1919 – LA ACTUALIDAD

Las subsistencias / Urge remedio

Es una vergüenza lo que está pasando con el precio de las subsistencias.- Al acabar la guerra-se decía- volverán a bajar- y ha acabado la guerra, han descendido los fletes, agente al que se atribuía parte principal del alza, y los precios ¡tan altos!

Han llegado los abusos de acaparadores a llenar la medida. Ir al mercado para la clase media y el proletariado es llevarse una decepción: hay que ir con la bolsa bien repleta si se quiere adquirir las viandas necesarias.

El Ministro de Abastecimientos ha dado terminantes órdenes a las Juntas Provinciales de subsistencias para que de un modo inflexible, pongan remedio al mal, señalando tasa a los principales mantenimientos y especialmente al pan.

Veremos que resultado da la terminante orden del señor Argente.

Puede dar buen resultado en la cuestión del pan, pues por algo el Ministro sabe el precio a que se facilita el trigo argentino, el precio del flete y los que representa el trabajo del tahonero. Con todos estos antecedentes la tasa del pan, lógica, justa, puede ser un hecho, cuyos beneficios recoja el consumidor.

¡Pero, dudamos!

Dudamos, porque se tasó el azúcar, se tasó el aceite, se tasó el arroz, ¡el arroz que tan grandes cantidades se han exportado y que sepamos ninguna de estas tasas se cumple escrupulosamente. Hace falta para ello voluntad, voluntad y voluntad.

Con voluntad, la primera autoridad civil puede hacer que desde hoy dichas tasas no sean letra muerta.

El problema de las subsistencias requiere una gran actividad, no dejarlo de mano, estar siempre sobre las armas. Autoridad que así obrara lograría arreglar bastante la intrincada cuestión.

Pero su actuación no debe estar aislada; el Ayuntamiento no puede aporta un considerable fuerza para despejar de estorbos el camino. Se ha ido a la municipalización de los huevos; no se debe comprobar por el éxito del ensayo la bondad de la municipalización; se topan con las resistencias de todos los elementos lesionados en sus intereses y la Alcaldía fracasará si no cuenta con medios para batir con las mismas armas a los que le han declarado la guerra. No debe omitirse gasto ni trabajo para que el Ayuntamiento se salga con la suya de abastecer a la ciudad de huevos al precio de tasa. Será la conquista de la primera trinchera, y ya en ella sería más fácil alcanzar las otras, la principal la municipalización de las verduras y hortalizas, pero si el Ayuntamiento flaquea, si la ciudad es vencida por los acaparadores, vendrá la desconfianza en el público, el desaliento en los administradores, que es como dejar el campo abierto a todos los que mangonean en el provechoso ramo de las subsistencias.

El Gobernador, con la Junta Provincial de Subsistencias, con la apremiante orden del Ministro, pueden lograr que se vendan al precio de tasa el pan, el aceite, el azúcar y el arroz.

El Ayuntamiento, si en el hay varios miembros que quieran abordar seriamente el problema de las subsistencias, puede abastecer la ciudad de huevos y de hortalizas y verduras, a precios estas últimas, que tengan alguna paridad con los que alcanzaban años atrás, bajándolas del alto nivel a que se han colocado, sin razón alguna y pueden abastecer la ciudad de pescado, también a precio de tasa, que es cómoda para el público y remuneradora para el pescador, mientras haya en el Mercado quien haga cumplir lo dispuesto.

He aquí todo un programa fácil de realizar. Sólo falta para ello lo que pedimos más arriba: voluntad, voluntad y voluntad.

Si no aparece esta y se deja que las cosas marchen fatalmente por el sendero por donde van ahora, será cosa de pedir que se retiren los que no quieran o no puedan laborar por la Ciudad, dejando las armas a quienes se sientan con arrestos para batallar por la alimentación del vecindario.

LA ALMUDAINA

18 de febrero de 1919