1921 –  ¿Qué se pretende?

 

Como saben nuestros lectores, por orden de la autoridad militar fue encarcelado, después de un minucioso reconocimiento en casa del camarada Juan Marroig, nuestros compañero Juan Perona. Después de varias declaraciones sin resultado, por el mero hecho de que el compañero Jorge Aloy, tuviese al compañero Perona a comer en su casa, también se le ha detenido. ¿Delitos? Ninguno que sepamos.

 

Sin embargo se acusa al compañero Perona de haber repartido unas hojas clandestinas, seguramente antimilitares. Nos consta de que a ninguno de los dos se les ha encontrado prueba alguna que demostrase fueran ellos los autores ni repartidores de las hojas en cuestión. Y sin embargo, la justicia militar, creyendo sin duda prestar un gran servicio a la Patria, no repara en los prejuicios que puede ocasionar después del consiguiente disgusto de sus familias, a dichos compañeros.

 

El compañero Perona, ha sido sometido unas cuantas veces a la rueda de presos, en presencia del acusador, para ver si éste lo reconocía, y después de tanta legalidad, dicho acusador siempre ha dicho que ninguno de los presentes era el que había visto repartir dichas hojas.

 

Pues, ¿Por qué señor Juez, se obstina en retener en la cárcel, a los mentados compañeros, siendo evidentísima su inocencia? ¿Será que tal vez para no demostrar su incapacidad ante sus superiores? ¿o para seguir la corriente de las demás capitales de España? Optamos por creer lo último, ya que está demostrado hasta la evidencia de la persecución sistemática de que se hace objeto a los sindicalistas, persecución que pudiera ser muy bien, exasperara al pueblo y este, indignado se lanzara a la calle, para vengar tanta ignominia.

 

¡Obreros! ¡Camaradas! Tened en cuenta las injusticias de que somos víctimas todos los trabajadores, en esta España inquisitorial, en la que se ha llegado abolir la ley de asociación, para que no podemos hacer frente al egoísmo desenfrenado de la clase capitalista, entregándonos por lo tanto; atados de pies y manos a la organización de estos. Es necesario pues, que todos los proletarios conscientes, no olvidemos ninguno de los atropellos de que somos víctimas, para el día de la gran liquidación social, que ya se acerca. Stad todos dispuestos a aplastar al monstruo de tres cabezas, que tanto nos explota y vilipendia.

 

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Al entrar en máquina este número nos entremos por medio de “La Almudaina” de que ha sido detenido nuestro compañero Juan Gelabert, delegado del Sindicato Único del Vidrio. Según “La Almudaina” por el delito del cobro de cuotas de dicho Sindicato. Señores del orden, ¿os habéis olvidado de que dicho Sindicato esta legalizado y en uno de los artículos del Reglamento se autoriza el cobro de las cuotas de sus asociados?

 

No protestamos de tan arbitraria detención, por no demostrar a los representantes, del orden, que esto nos indigne, es muy al contrario, nos alegra, porque así, lograrán que el trabajador se de cuanta de la inhumana represión de que es objeto y se dispondrá a dar el traste a tanta basura.

 

CULTURA OBRERA nº 73

1 de enero de 1921