1922 – A Sebastián Ferretjans

 

En tu artículo inserto en “El Obrero Balear” nº 1056 y titulado Sindicalistas “fúls”, injurias de la manera más descarada a los que pertenecemos a la C.N. del T. y sobre todo a los que gloriosamente supieron sucumbir en defensa de nuestro sublime ideal. Y que te conste, nos estoy dispuesto a tolerártelo, en memoria de aquellos mártires de la Libertad. Como dichas injurias merecen una debida reparación, entiendo yo que esto ha de consistir, en primer lugar, en que jamás vuelvas a atreverte a ofender a los miembros de la C.N. de T., que tan heroicamente han luchado para el bienestar de todos (también del tuyo), y mucho menos a aquellos que han caído para siempre.

 

Por otra parte puedes seguir honrándote en ser discípulo de Bisbal y diciendo que éste es el mejor maestro que tiene la clase obrera palmesana. De si Bisbal es o no es hoy el maestro de los obreros palmesanos, todos lo sabemos. Bisbal cuando podía engañar a los trabajadores era un jefecillo más o menos regular, pero hoy que se ha dado a conocer por lo de las judías podridas y otras porquerías concejiles, es un Don Nadie, y lo seguirá siendo in eternum. Así que puedes honrarte tanto como quieras en ser su discípulo.

 

Afirmas que la U.G. de T. es el único organismo nacional obrero que existe. No es extraño que digas esto, como buen discípulo de Bisbal que eres. Un discípulo de Bisbal no puede ser imparcial, solo puede ser bisbalista, como tu.

 

Aunque tu asegures que la C.N. del T. solo logró adeptos en algunas capitales de provincias importantes, lo cierto es, como sabemos todos, que en cualquier rincón de España tiene buenas secciones de adheridos. Y todo a pesar de esa cruenta y vil represión que ha durado tres años (gloriosa campaña de dos generales) y de la cual jamás saliste tú en defensa, y sin embargo ahora vienes en defensa de tu correligionario Indalecio Prieto, aun habiendo salido sano y salvo de una supuesta agresión, y en cuyo incidente el despechó unas cuantas bofetadas sin ser agredido. De modo que par ti es más grave el incidente de Prieto que las siniestras consecuencias de tres años de represión, puesto que de aquel protestas y de este no te atreviste a protestar. Tratas de “repugnante” a la lucha de los sindicalistas y anarquistas con patronos y los del “libre” y porque os repugnaba seguramente es porque los socialistas hicisteis los posibles para que los sindicalistas perdieran el pleito entablado traicionando todos los movimientos.

 

Haces alarde de que la U.G. de T. es muy numerosa y que la C.N. de T. cuenta con pocos afiliados. No es así, pero nada extraño sería que así fuera, después de tan larga y cruenta represión. Tengo la seguridad de que si la U.G. de T. hubiera pasado por lo que ha tenido que pasar la C.N. de T. estaría hoy disgregada por completo, lo que está muy lejos de ocurrir con el organismo sindicalista.

 

En fin, voy a terminar, porque al fin y al cabo mi objeto no fue refutar tus afirmaciones, las que se van al suelo por erróneas, tan solo quise advertirte que fueses un poco más comedido al habar de sindicalistas y anarquistas que de un modo o de otro fueron víctimas de la represión gubernamental, o de los contrario apelaré a un freno contundente ¿entiendes?

 

FRANCISCO SABATER.

 

    CULTURA OBRERA nº 146

    3 de Junio de 1922