MAURA, NO
En una plaza de toros habló Maura. Es el sitio
más adecuado a su personalidad, pues si las
plazas de toros, son el sitio donde se reúnen
los que van a la retaguardia de la civilización
y del progreso, en una plaza de toros era donde
debía de hablar Maura, el hombre funesto, el
hombre reaccionario, el hombre, en fin, que mató
a Ferrer y nos abocó en una guerra que ningún
provecho da ni dará a España.
Y habló Maura ante un público numeroso, aunque
es de esperar no sean todos los que profesan sus
mismos ideales.
El discurso pronunciado por Maura nos ha dejado
otra vez confusos y no es de extrañar en un
político de tal jaez.
El señor Maura tuvo que decir y hablar de lo que
los organizadores quisieron pues no le quedó
otro remedio ante las exigencias, pues al saber
que eran todos neutralistas, el hombre sucumbió
y se sometió a los caprichos de sus oyentes.
El hombre ambicioso, que se cree el
representante de todas las grandezas morales de
la patria ha comprendido y cree que nuestro país
ha de mantenerse neutral, que Alemania no nos ha
agraviado en nada, pues los barcos echados a
pique no representan nada ni tiene importancia
para este Señor, que los que gobiernan a España
son parásitos, etc, etc.
¿A qué negarlo? El discurso del señor Maura no
nos ha convencido.
Sus palabras han sido las palabras de un hombre
que se ha avasallado a los deseos de otros, que
le han puesto una mordaza y él ha tenido que
sucumbir ante las exigencias y de ahí que su
discurso haya sido distinto de lo que
esperábamos.
Al señor Maura le ha faltado la virilidad que el
caso requería y para no disgustar a los que le
siguen, y evitar que le dejen solo, ha hecho un
discurso neutralista, pero de intervención si
fuese para salir en ayuda de Alemania.
Maura sueña con el poder, quiere volver a
gobernar los destinos de España y está tanteando
a la opinión para ver que camino seguir, una vez
sabido el resultado de sus tanteos. Pero la
clase obrera, los que recibieron sus caricias en
su última etapa política no duermen y están
prevenidos para todo evento que pudiera venir,
pues Maura no puede gobernar otra vez y antes
que esto suceda el pueblo trabajador, el pueblo
consciente luchará hasta el final pues no puede
consentir ser gobernado por el hombre funesto de
1909.
Y si no fuese así, las sombras de los que
cayeron víctimas en 1909 por los desaciertos de
este hombre, saldrían de sus sepulturas y nos
echarían un salivazo en la cara por ser hombres
sin dignidad.
Antes que Maura vuelva estamos dispuestos a
derramar hasta la última gota de sangre.
Maura no; no puede gobernar.
Jaime Riera Albertí
EL OBRERO BALEAR
Núm. 795, 5 de mayo de 1917
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