Reembarque de las fuerzas antifascistas que operaban en Mallorca A.G, Gilabert Solidaridad Obrera Hemos esperado que estuvieran de regreso a Barcelona los milicianos y soldados leales que operaban en Mallorca para reseñar la retirada de nuestras fuerzas de aquella isla. No obstante, dificultades de orden secreto, anexas a toda guerra, impiden reseñar ciertos hechos que en su día llegarán a conocimiento de los lectores de SOLIDARIDAD OBRERA. No negamos que al gobierno de Madrid le habrán sobrado razones para ordenar la retirada; pero no queremos discutir esta orden por considerarlo prematuro, no por otras razones. La llega del Mar Negro a Punta Amer En la madrugada de día 3, jueves, llegó a Punta Amer el buque Mar Negro el cual llevaba a bordo setecientos milicianos y abundante material de guerra: tres mil bombas de mano, cuatro camiones blindados, cuatrocientas cargas de cañón, ametralladoras, material explosivo y dos mil quinientas toneladas de azufre. Para organizar el desembarco de milicianos y del material de guerra, descendió a tierra en una lancha motora el comandante Gil Cabrera y un delegado militar de Estat Català.
La aviación enemiga bombardea el Mar Negro Pocas horas antes que nosotros habían lelgado a Mallorca los cruceros Jaime I y Libertad, los cuales custodiaban el Mar Negro. Acabábamos de ganar la costa cuando apareció sobre nuestro campamento un avión. Los disparos de fusil y ametralladora no llegaban hasta la altura del avión enemigo, quien arrojó dos grandes bombas de cien kilos que fueron a caer a quince metros de la proa del Mar Negro.Los cruceros Jaime I y Libertad, los submarinos y el cañonero Tetuán, abrieron intenso fuego antiaéreo. El avión descargó seis bombas más sin que afortunadamente hicieran blanco. Después hoyó en dirección a Palma.
Apenas había trascurrido una hora volvió el avión fascista, en el preciso instante que el acorazado Jaime I estaba bombardeando el pueblo de Son Servera, causando graves daños a las fuerzas enemigas. El avión faccioso dejó caer otras ocho bombas sobre nuestros buques sin conseguir el objetivo que se proponía.
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Se organiza la toma de Son Servera Durante toda la mañana del jueves se lucho intensamente en Cala Bona y Son Cervera, donde un núcleo de fascistas se resistía desesperadamente. Pero mientras se estaba organizando la conquista de Son Cervera, tras el eficaz fuego del Jaime I, se recibió la orden de retirada. Otro bombardeo sobre el Mar Negro La orden de retirada fue dada por el gobierno de Madrid y comunicada al Capitán Bayo por el almirantazgo de nuestros buques de guerra. El capitán Bayo todas las horas de la tarde organizando la retirada, de forma que nuestras fuerzas no sufrieran la más mínima desmoralización. Al atardecer, cuando ya anochecía, se presentaron de nuevo dos aviones fascistas, los cuales arrojaron bombas de cien kilos. Una bomba fue a caer en nuestro campamento. La metralla alcanzó a un compañero que se hallaba en el puerto, que murió. Dos bombas más cayeron cerca del Mar Negro, sin ningún resultado positivo para el enemigo. La insistencia en bombardear el Mar Negro hace suponer que el enemigo estaba en antecedentes o suponía el cargamento que nuestro buque llevaba. La orden de retirada A las seis de la tarde, el capitán Bayo comunicó a todos los comisarios políticos y delegados militares la orden de reembarco. Ordenadamente y sin que se disparara un solo tiro, todos los soldados y milicianos abandonaron sus puestos de combate, recogiendo el material sanitaria y los efectos de guerra que poseían.
En el Marqués de Comillas, buque hospital, fueron embarcados los heridos y enfermos. Después fueron embarcados alimentos y material de guerra, milicianos y fuerzas regulares, así como familias que se habían pasado a las fuerzas desembarcadas La partida de los barcos A las siete de la mañana del viernes día 4, salió el Mar Negro custodiado por el crucero Libertad y un submarino. A las nueve y media, quedó totalmente listo el embarque, al tiempo que aparecían por última vez dos aviones enemigos. La salida del Marques de Comillas fue protegida por el Jaime I el Tetuán, que partieron en dirección a Barcelona entre una cortina de bombas que lanzaba la aviación enemiga. La odisea del Mar Negro La odisea del Mar Negro estuvo todo el día y toda la noche del viernes navegando en alta mar, sin rumbo fijo, a pesar de la carga peligrosa que transportaba -no había tenido tiempo de desembarcar el material explostivo que había embarcado en Barcelona, com ya se ha dicho- y los 4.000 milicianos que lo ocupaban permanecieron sin comer y sin espacio material donde descansar. Llegados nosostros a Barcelona sin novedades a las diez de la noche del viernes, nos enteramos después que el Mar Negro había llegado a Valencia la noche del sábado.
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