En la película Hampa Dorada, dirigida en 1930 por
Mervyn Le Roy y protagonizada por el
genial actor Edward G. Robinson, se nos cuenta la vida del
gangster Cesare Rico Bandello. La película, un clásico
del cine negro, nos muestra la
ascensión al poder, el apogeo y la caida posterior de Cesare
Rico. El argumento esta basado en la novela de
W. R. Burnett
“El Pequeño César”. En el momento cumbre de la obra uno de los
protagonistas espeta un famoso comentario: “el jefe esta
acabado, pega pero ya no encaja”.
En la vida
real estamos presenciando como J. M. Rodríguez y su entorno
popular, en fase de caída en picado a consecuencia de su anómala
actuación en relación con el entramado delictivo descubierto en
Andratx, reparten golpes de ciego que no consiguen evitar
sufrir certeros contragolpes cercanos al KO. No en vano uno
de los hechos más lamentables que le están sucediendo al
responsable máximo de los populares isleños, secretario general
del partido y, que nadie lo olvide, consejero de Interior del
Govern Balear, es sufrir las consecuencias de no haber
desarrollado una impecable actividad de ayuda y soporte a los
servidores de la ley y haber optado, como es públicamente sabido
que hizo, por obstruir la labor de la justicia frente a unos
presuntos delincuentes en el marco de la operación Voramar.
Sólo la
existencia de un mayor grado de responsabilidad de la cúpula
popular balear en el caso citado de corrupción urbanística
explicaría el empecinamiento en ocultar su actuación en la
vaguedad y la mentira y, como último recurso, al tiempo que se
aplica la política del ventilador, intentar amedrentar a los
medios de comunicación que no les son fieles con amenazas de
querellas judiciales.
El Muy
Honorable Jaume Matas debe aplicarse la máxima referida a la
mujer del César que, como es sabido, no sólo tiene que ser
honrada sino también parecerlo y, en este caso, debería saber
que la duda existente sobre la correcta actuación de él y
algunos de los suyos - en este lamentable espectáculo que ha
situado el nombre de Mallorca y el del pueblo de Andratx en los
titulares de todos los medios de comunicación, por cierto, no
por obra del Fomento de Turismo -, posee la legitimidad
deducible de los hechos conocidos, y, por tanto, debe ser
consciente que resulta intolerable escudarse en fantasiosas
conspiraciones al estilo 11-M y otras patrañas incalificables
para ocultar sus responsabilidades y las del partido a cual
pertenece.
Pep Vílchez / desembre 2006 |