Las elecciones del domingo
Al unirse todos y tomar por bandera las
conclusiones de la Asamblea de parlamentarios
constituyeron una fuerza y una esperanza. La
prueba de ello son las elecciones del domingo,
en que se sacaron triunfantes tres candidatos de
los seis que presentaba, obteniendo una buena
votación D.
Luis Martí.
En el tercer distrito en que luchaba nuestro
compañero
Bisbal frente a los candidatos liberal y
conservador, la lucha fue reñidísima y hermosa
como pocas se han visto. El pueblo trabajador
quiso demostrar su simpatía a dicho compañero
desbordándose en entusiasmo a favor de su
candidatura. En todos los colegios afluía la
gente ansiosa de ayudar a la elección, evitando
coacciones y compra de votos, pues todo el mundo
sabía que sin sobornos no chanchullos el triunfo
había de ser para Bisbal. Más nadie esperaba que
este fuese tan colosal, todos creían que el Sr.
Barceló obtendría el primer puesto con unos
centenares de votos de mayoría y fue nuestro
correligionarios quien los obtuvo sobre el Sr.
Barceló. Al conservador le ganó de unos
trescientos.
Al conocerse el resultado del escrutinio el
compañero
Bisbal fue aclamadísimo y acompañado por más
de mil personas al Centro Obrero entre vítores y
aplausos.
En el 21 y 5º distritos también fue la batalla
encarnizada y en este último había gran empeño
en derrotar a D.
Fernando Pou, a quien faltaron solo seis
votos para alcanzar el primer puesto.
Si se tiene en cuenta que el
Bloque
es de recientísima formación y que acordó ir a
la lucha ocho días antes de las elecciones, sin
ninguna preparación ni estudio del censo
electoral, y que además tenía enfrente una
coalición de liberales, conservadores,
mauristas, jaimistas, católicos y reformistas
disidentes; si se observa que los partidos
reformistas, republicano y socialista estaban
poco menos que desechos, el más lego habrá de
convenir que la jornada del domingo fue
favorable para dicho
Bloque
y que el pueblo despierta de su letargo porque
ve en él la encarnación de sus anhelos.
A los partidos asambleistas toca ahora recoger y
encauzar esos anhelos haciendo una propaganda
extensa e intensiva a favor de la nueva política
asambleísta, sin perjuicio de que cada partido
de por sí haga lo que corresponda a su propio
credo.
D esperar es también que los concejales elegidos
del
Bloque
el domingo hagan en el Municipio una labor digna
de los anhelos del pueblo, pues éste cifra en
ellos sus esperanzas y espera ansioso que se
inicie en el Consistorio una nueva conducta
administrativa.
Núm. 823, 16 de noviembre de 1917
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