La dimisión del Alcalde
A este efecto el mismo día recibió
Bisbal
del señor Martínez la siguiente carta:
Palma 23 de enero de 1918
Sr. D.
Lorenzo Bisbal
Muy señor mío y de mi respeto: Después de mis
caballerosas y sinceras explicaciones dadas a V.
ante todos nuestros compañeros de Consistorio en
la reunión privada que celebramos el martes
último, me ha sorprendido amargamente la carta
que ha creído V. deber publicar en “La Última
Hora” de esta noche. Ella lejos de dar por
terminado un incidente para mí muy sensible en
cuanto dio hasta ocasión a que se viniera a
sembrar la alarma e intranquilidad a mi pobre
mujer y a mis inocentes hijas, ajenas por
completo a lo sucedido, da una vez más la nota
de su serenidad en estimar como un agravio lo
que estuvo muy lejos de mi ánimo entonces ni
nunca el inferir a V.
Yo le aseguro, amigo señor Bisbal que no volveré
a dar ocasión de que tenga V. que reprocharme
faltas de tacto. Con este motivo me es grato
suscribirme de V. muy alto y afmo.
s.s.q.b.s.m.
Pedro Martínez Rosich
oooooOooooo
Al recibir nuestro compañero Bisbal la carta que
antecede y adivinando los propósitos del señor
Martínez, inmediatamente le escribió la que a
continuación reproducimos.
Palma 24 de enero de 1918
Sr. D. Pedro Martínez y Rosich
Presente
Muy señor mío y de mi consideración: Acabo de
recibir su carta en la que me expresa la
amargura que le ha producido la publicación de
la mía en “La
Última Hora”
de anoche, después de las caballerosas y
sinceras explicaciones que Vd. me dio en la
reunión privada de señores concejales celebrada
el martes último.
Yo siento tanto como Vd. el haberme visto
obligado a publicar dicha carta ya que el asunto
parecía haber quedado zanjado en la mentada
reunión sin menoscabo para la dignidad de nadie
y bajo la promesa de que en la próxima sesión
del Ayuntamiento se daría lugar a votarse mi
proposición motivo del incidente ocurrido.
Pero la forma en que “La
Última Hora”
informó al público de lo tratado en la susodicha
reunión me dejaba en terreno tan poco airoso que
no tuve más remedio que restablecer la verdad de
lo ocurrido con la publicación de mi carta.
Por lo demás lamento muy de veras y condeno que
el incidente ocurrido hay sido motivo para
sembrar la intranquilidad y la alarma en su
familia, ajena por completo a estos asuntos.
Igualmente reconozco, sincera y noblemente, que
jamás estuvo en su ánimo el inferirme agravio
alguno, al contrario, en todos sus actos
aprecio, aparte del acierto, muy buena voluntad
y sanos propósitos;
Si Vd. cree, amigo señor Martínez, que con la
publicación de la presente carta pueden salvarse
todos los escollos del incidente ocurrido y
quedar cada cual dignamente en su puesto, queda
autorizado para usar de ella en la forma que
estime conveniente.
Lamentándolo todo me es grato reiterarme de Vd.
atento s.s.q.b.s.m.
oooooOooooo
Al enviar nuestro amigo esta carta al señor
Martínez, éste ya había dimitido el cargo y a la
hora en que escribimos estas líneas (jueves a
las 4 de la tarde) no sabemos que actitud tomará
en vista de su contenido.
Para que nuestros lectores se hagan cargo de la
carta que nuestro concejal publicó en “La
Última Hora” y que motivó la dimisión del
Alcalde, a continuación la insertamos.
Dice así:
Sr. Dtor. de “La
Última Hora”
Le agradeceré publique en su diario las
siguientes líneas:
En la información que su diario publica de la
reunión de concejales celebrada en el día de
ayer, en el despacho de la Alcaldía, se dice que
todos los
señores concejales presentes en dicha reunión
aplaudieron la conducta del Alcalde y le
reiteraron su apoyo para robustecer su autoridad.
Como el que suscribe era uno que estaba presente
en la mentada reunión, me interesa hacer constar
que lejos de aplaudir al señor Alcalde le
reproché su conducta observada en la sesión del
lunes, a la cual atribuí y atribuyo el escándalo
que se promovió en el público; pues la falta de
tacto de dicha autoridad y el atropello que
cometió contra mis derechos de concejal al
negarse a pasar a votación una proposición mía
produjeron las protestas del público y los demás
que ocurrió después y que soy el primero en
lamentarlo.
Conste también que todos los señores concejales
presentes en dicha reunión me reconocieron el
derecho de que hago mención y, por tanto,
implícitamente desaprobaron la conducta
observada conmigo por el señor Alcalde, aunque
todos reconocieron y yo también, que al hacerlo
no fue con la intención de desairarme ni de
coartar mis legítimos derechos.
Le da las gracias su atento s.s.
Palma, 22 de enero de 1918
Núm. 833, 25 de enero de 1918
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