Joan Monserrat Parets                                         |    |    TEMA:  SOCIALISME |
 

El “Verga” y la Casa del Pueblo

Hay quien pide la palabra

CARTA ABIERTA

A mi amigo Bisbal

Me gustó, y casi casi la apruebo, vuestra contestación al Barón de Pinopar al intentar éste veladamente acusar de contrabandista y acaparador de subsistencias a D. Juan March. Pero más me hubiera gustado y más aprobaría vuestra actitud, si cara a cara, sin ambajes ni rodeos y echándole los calzones encima a la a la opinión, hubierais dicho a ese noble, a ese que no sé si es un aristócrata de la sangre o del dinero, a ese Barón de Pinopar, que el “Verga”, por muy acaparador, contrabandista y millonario que sea, siempre tendrá el mérito de haber donado a los obreros la Casa del Pueblo. Que es precisamente lo que le duele al Barón y a todos los de su clase.

 Porque admitamos, amigo Bisbal, que el “Verga” es un contrabandista y acaparador. Bien. Miles de acaparadores, de contrabandistas, de defraudadores hay en Mallorca que han preferido y prefieren encubrir sus vicios, sus estafas, sus fraudes, sus robos, en una palabra, erigiendo altares y capillas, regalando mantos y pedrerías a la Virgen y al Altísimo, a devolver, en forma que lo ha hecho el “Verga”, parte de su botín al pueblo productor.

 Y dijisteis muy mal, mi querido amigo, al decir de que si os constara que D. Juan March era un contrabandista de subsistencias, no pondríais los pies en la Casa del Pueblo. Rectificad, amigo mio. ¿Acaso vos desde que andais por el mundo habeis puesto los pies en algo que no tenga igual o peor origen que el que pueda tener nuestra casa? ¿No se arrodillan los católicos ante una imagen que pudo regalar un señor de horca y cuchillo, un negrero, un miserable explotador? Os consta, mi buen amigo, que los ricos hayan dejado de visitar sus predios, que conquistaron los que después fueron sus esclavos? Sabeis de alguno que haya dejado de habitar la señorial casa que otros por el esfuerzo y el dolor le proporcionaron? O de alguno que haya renunciado, en fin,  las riquezas que por el fraude o por el robo se apropió? ¿Dónde pondréis vuestra planta que antes el crimen, la injusticia, el irritante privilegio, no la posaran?

 No seamos cándidos, antes que existiera D. Juan March había en Palma, había en Mallorca gentes enriquecidas con el contrabando de subsistencias y con toda clase de contrabandos, y no me consta haber visto combatido a ninguno de aquellos con la saña con que se combate al “Verga”. Y es porque aquellos cuidaron muy bien de ofrendar sus regalos a otros que no eran precisamente los obreros: y si pudieron llamarse ilustres y piadosos varones.

 Para mí la cuestión es clara y diáfana.

 D. Juan March regala a los obreros la Casa del Pueblo. Que no cuanda el ejemplo, han dicho los de su clase. Hagamos que los obreros no se lo agradezcan y no se le ocurrirá nunca más a otro capitalista regalar ni auxiliar a los perturbadores del orden social. ¿Medios para conseguirlo? Hay escasez y carestía de subsistencias, hay acaparamiento y hay contrabando. Pues bien, de todo esto tiene la culpa D. Juan March, este señor es el causante del hambre y la miseria del pueblo saqueadle, linchadle y así habremos conseguido lo que nos proponíamos: que el pueblo no comprenda que todos nosotros los capitalistas y autoridades que nos amparan, somos los verdaderos responsables del conflicto, y que ese mismo pueblo se ensañe con preferencia con el que cometió el delito de donar 20.000 duros a los descamisados. ¿Está claro?

 Pues a mi no me la pegan, amigo Bisbal, y digo que de entre los capitalistas el más amigo de los obreros organizados de Palma es D. Juan March, mientras no venga otro capitalista que con hechos demuestre lo contrario. ¿Qué por qué? Muy sencillo. Los capitalistas pueden invertir su dinero, según se dice, como mejor le plazca. Así pueden invertirlo en obras francamente opuestas a nuestros fines e ideales o, como caso extraordinario, ayudarnos en nuestra obra demoledora. Estos últimos, pues, son mis amigos lo que me protegen y auxilian.

 ¿Qué estos auxilios proceden de negocios sucios?

 Repito que no lo son más que los que sirvieron para levantar templos, erigir altares, enjoyar imágenes y elevar oraciones a Dios. ¿Acaso puede admitirse la existencia de un capital que no chorree sangre, suciedad, injusticia?

 Por otra parte, me explico perfectamente el odio, que la clase capitalista tiene al Verga. Porque el Verga, personificación del capitalismo es un destructor. Un demoledor de la sociedad actual, sin darse cuenta, naturalmente. Los antiguos butifarras que un dia injustamente se repartieran el botín por el pueblo conquistado y que solo a este pertenecía, se ven expoliados por un segundo D. Jaime, por los “Verga” que, amparándose en ese régimen que a macha martillo todos defienden van labrando la bancarrota de los pobrecitos nobles de ayer. Estos pagan hoy lo que ayer sin derecho cobraron de demás, interín les llegue el turno a los Vergas de la actualidad.

 ¡Cuan triste para los butifarras contemplar como los predios, las señoriales mansiones, las riquezas todas, pasan a manos de los modernos capitalistas. Solo aquí en Llucmajor, dicho sea entre paréntesis, son varios los predios que el Sr. March ha adquirido y vendido con todo género de facilidades en pequeñas parcelas a los obreros.

 No tienen los capitalistas, derecho alguno a acusar de contrabandista y acaparador al “Verga”, porque todos ellos, en una u otra forma, viven del fraude, del engaño, de explotar al prójimo. No deben quejarse, pues, de que uno de su clase, un capitalista más trabajador, más arriesgado, más conocedor de esto que se llama el arte del engaño, les expolie y se los tire por primos. ¿Qué no es honrado? Pero no son ellos los que pueden tirar la primera piedra.

 No, no hay derecho a censurar, a combatir al “Verga” como caso especial, aislado, único. Vergas lo son todos los capitalistas, Los que así pueden llamarse o tienen sus antepasados en el infierno o para ellos les guardo el sumo hacedor esta recompensa. Porque ha sido su oficio el agio, la usura, el engaño, el robo. Porque esto, robar, es lo que hace el rico que no entrega el producto íntegro del trabajo a sus obreros, el contribuyente que no pago lo que le corresponde, el comerciante que engaña a sus parroquianos, el tendero que roba en el peso, el que agua el vino, el que adultera los comestibles, el que vive del cupón, el que no trabaja el … ya basta para no ser prólijos en la enumeración. Cualquiera de estos actos son producto de igual psicologia. No esta, pues, sólo el “Verga” son muchos que forman parte de la cuadrilla,.

 Pero sobre todo es un “Verga” ruin y mezquino, el que ejerce un cargo público cuyo deber es perseguir a los acaparadores y contrabandistas y puede, sin la protesta del Ayuntamiento de Palma, manifestar que el Sr. March es un acaparador, porque lo cual demuestra que hay autoridades cómplices, encubridoras del contrabando de subsistencias o el barón de marras no sabe lo que se pesca y tiene en poca estima su dignitdad concejil.

 Ya  lo sabe el pueblo de Palma, su Ayuntamiento cree que D. Juan March es un acaparador y contrabandista de subsistencias, y a pesar del deber que tiene ese Ayuntamiento de perseguir a los acapradores, D. Juan March no ha sido denunciado, anda suelto aún, no ha dado con sus huesos en la cárcel. Y así continuará por ahora: el barón y el Ayuntamiento se conformarán en eso: en personificar en D. Juan March al único acaparador.

 A esa jugada hay que verla, amigo Bisbal, y no dejarnos tomar por primos. A mi, con franqueza os lo digo, no me dolerían prendas: como capitalista combatiría al “Verga” y demás capitalistas; pero para mí, ahora y siempre será el Sr. March el donante de 20.000 duros para la Casa del Pueblo, y esto, para nosotros, no debe necesitar ninguna clase de comentarios.

 Y si alguien ha podido gritar en día de saqueo: Cuidado, que el Sr. Salas vende el aceite barato, yo tengo, en día parecido, derecho a decir: cuidado con el Sr. March, el donangte de la Casa del Pueblo.

 Porque créame, amigo Bisbal: “Verga” ese millonario, si no estropeara negocios, mermara haciendas y arruinara nobles; si diera dinero a los curas, mantos a la virgen y no regalara Casas de Pueblo, sería un piadoso varón, modelo de santas virtudes.

 Y a mí no me la dan ni con queso.

 Vuestro y del “Verga”, que dirán los otros

 J. Monserrat Parets.

Lluchmayor 10 de marzo de 1919

EL OBRERO BALEAR, Nº 890

Palma de Mallorca, 14 de marzo de 1919

Manifestació de les societats obreres al Coliseu Balear de Palma

 

SINDICALISME I MOVIMENT OBRER

 

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