LA EXPEDICIÓN A MALLORCA

Preparando la expedición.- El "Almirante Miranda" con Bayo, su Estado Mayor y las primeras fuerzas expedicionarias, llega a Mahón.- Los errores de Bayo y la retirada de sus efectivos.- Acusaciones contra Bayo.- Repercusiones del fallido intento.- Consejo de Guerra contra los principales mandos militares de Mallorca.-

PREPARANDO LA EXPEDICIÓN

El capitán de Infantería y de Aviación, Alberto Bayo Girot, nacido en Cuba en 1892, que el 18 de julio de 1936 servía en la escuadrilla de aviación del Prat de Llobregat siendo oficial de enlace de dicha unidad con el Estado Mayor de la 4a. División y el mismo 19 de julio, había participado activamente en las operaciones contra los sublevados de Barcelona ametrallando con los aparatos bajo su mando las fuerzas de artillería del cuartel de San Andrés cuando éstas salían para tratar de dominar la situación y luego, al frente de un grupo formado por soldados de aviación y paisanos armados consiguió reducir a las fuerzas de zapadores del cuartel de la Gran Vía y en colaboración con las fuerzas de Asalto participó en el ataque al cuartel de Atarazanas, propuso a su jefe superior, el teniente coronel Díaz Sandino, Conseller de Defensa del gobierno de la Generalitat, llevar a cabo un desembarco en Mallorca a fin de restituir dicha isla y las Pityusas a la legalidad republicana, ofreciéndose para ponerse al frente de dicha expedición militar

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Alberto Bayo arengando a la marinería del la Base Naval de Maó

 

Intrépido e impulsivo, Bayo se había distinguido en África, donde perdió un ojo luchando con las tropas indígenas de la Legión, pero en opinión de nuestro paisano el coronel Vicente Guarner, subsecretario de Defensa que fue de la Generalitat y director de la Escuela de Estado Mayor durante la guerra, Bayo "no parecía el más indicado por sus conocimientos de la profesión, su falta de espíritu organizador y sus condiciones personales de vanagloria y arrogancia, para ejecutar el difícil mando de una expedición efectuado con fuerzas milicianas defectuosas, sin medios de guerra suficientes, que implicaba una gran complicación y presentaba obstáculos, puede decirse que imposibles de vencer".

Díaz Sandino aceptó de inmediato la idea de Bayo aunque al participarla a su íntimo amigo el presidente Companys, éste le objetó la falta de medios navales bastantes para realizarla, pero finalmente autorizó la operación. Se puso en conocimiento de ello al presidente el Consejo de Ministros y Ministro de Marina, señor Giral, el cual dio cuenta del proyecto en una reunión del Consejo en la que el Ministro de la Guerra, general Luis Castelló, expuso las razones que le aconsejaban oponerse a la idea siendo las principales que no podía disponerse de hombres ni de material destinado a objetivos prioritarios como Zaragoza y Huesca, máxime habida cuenta de que las fuerzas que se enviaran tendrían que quedarse en Mallorca constituidas en guarnición en el caso de que la expedición triunfara.

Finalmente, y siendo que el gobierno de la Generalitat había decidido seguir adelante sin contar con la ayuda ni la anuencia del gobierno central, Bayo continuó febrilmente los preparativos, logrando reunir unos tres mil hombres

Desembarco en Punta Amer de las fuerzas expedicionarias el 16 de agosto de 1936

 

.El "Almirante Miranda" con Bayo, su estado mayor y las primeras fuerzas expedicionarias llega a Mahón

El diario La Voz de Menorca en su edición del 4 de agosto publicó esta noticia A las 7 de la tarde de ayer llegó el destructor "Almirante Miranda" con crecido número de milicianos. Retornó al puerto de procedencia para traer otro.

Esta noticia no coincide con la publicada por Ricardo Cerezo en su libro Armada Española, siglo XX recogida por Massot y Muntaner en su obra El desembarcament de Bayo a Mallorca donde se dice que ya el 3 de agosto a las 7,30 de la tarde partieron de Barcelona hacia Mahón el destructor "Almirante Miranda" y el mercante "Marques de Comillas" -barco hospital- que transportaban al capital Bayo y su Estado Mayor, ochocientos milicianos y algunos hombres de la Aeronáutica Naval de Barcelona. Resulta así que Cerezo da equivocadamente como día y hora de salida de Bayo con parte de sus fuerzas desde Barcelona, aquella misma que el mencionado diario mahonés da como la de llegada a nuestro puerto, la cual, evidentemente, era la correcta.

La frase de Andrés Murillo - Ver Revista de Menorca primer semestre 1986 - que dice: "Bayo, present a Menorca des del dia 4 d'agost després que haguessin estat morts 87 caps i oficials de l'escala activa ...", puede hacer suponer que el jefe de la expedición permaneció en nuestra ciudad desde el día 4 - en todo caso hubiese sido desde el 3 - hasta el 16 que la expedición salió hacia Porto-Cristo cuando, por supuesto, no fue así.

Bayo regresó inmediatamente a Barcelona, pues según Massot y Muntaner y otras fuentes, a las 11,45 de la noche del día 5, el Almirante Miranda zarpó a de Barcelona hacia Valencia llevando a bordo un millar de hombres el mando de Bayo. En la capital valenciana debían unírsele las fuerzas de Ulibarry con las que marcharían a la conquista de Formentera e Ibiza, operaciones que se realizaron entre los días 7 al 9.

Debido a diferencias de criterio entre Bayo y Ulibarry, éste y sus leales desistieron de ir a la conquista de Mallorca. Bayo marchó en un hidro de Ibiza a Barcelona del día 10 y utilizando idéntico medio vino a Mahón el día 12 para ultimar los preparativos del desembarco, según cuenta en su libro Mi Desembarco en Mallorca.

Era de gran importancia mantener en secreto los planes concebidos por lo que se hizo correr la especie de que las fuerzas que se organizaban tenían a Marruecos como destino, pero el 5 de agosto, el diario La Vanguardia de Barcelona publicó dos fotografías del Almirante Miranda con un título que decía Preparando el desembarco en Mallorca. La increíble indiscreción suponía invalidar el indispensable factor sorpresa de toda operación militar, lo que indignó a Bayo, según asegura él mismo en su citado libro, en cuyas páginas se narran las incidencias y discusiones que tuvo con García Oliver, con el Comité de Guerra de las Milicias Antifascistas de la Generalitat y con el Comité de Guerra Anarquista que en Cabrera se negó a participar en el desembarco a Mallorca.

Instantánea del destructor Almirante Miranda sede del Estado Mayor del capitán Alberto Bayo durante el desembarco en Mallorca

Hallándose el 14 en Mahón, Bayo recibió un radio del Comité de Milicias Antifascistas de Cataluña ordenándole que la expedición debía tener lugar antes de 48 horas. Por ello, en la madrugada del 15, voló a Cabrera para instar a los elementos de la CNT, a que desembarcaran en Mallorca a la hora y sitio convenidos, mas, al no poder convencerles, regresó a Mahón tras siete horas de inútil discusión.

Puntualizaré que los que sí permanecieron en Mahón desde su llegada el día 3 fueron el diputado socialista Ángel Galarza y los responsables políticos de la columna expedicionaria, Vila Cuenca, Helios Gómez y Virgilio Llanos, quienes junto con el dirigente socialista menorquín Antonio Gomila tomaron parte en un mitin celebrado en la Plaza de Toros de nuestra ciudad el día 10. Recuerdo perfectamente que Gomila me había presentado el día siguiente de su llegad en el local de la FOM, al diputado Galarza y a Helios Gómez, con quienes mantuvimos animada charla en compañía de otros militantes socialistas.

Conminado Bayo a realizar el desembarco antes de 48 horas como se ha dicho y ante la amenaza del enlace anarquista, quien le dijo que si no lo efectuaba en el plazo marcado, se darían órdenes a los anarcosindicalistas que estaban en Menorca para que fueran a Aragón y dejaran mi mando -según escribe Bayo en su libro-. se fijó la fecha del 16 y a la una de la madrugada de dicho día salió en el Almirante Miranda del puerto mahonés hacia Mallorca.

He aquí el nombre de los barcos y unidades que formaron parte de la expedición, según nota inserta en la página 86 del libro de Bayo: Destructores Almirante Miranda y Almirante Antequera haciendo las veces de buque del Estado Mayor el primero; cañonero Xauen; Torpedero 17; Submarinos 2, 3 y 4; barcazas K-26 y K-12; Aljibe 3, barco Ciudadela teniendo a su cargo el correo y transporte de heridos; Ciudad de Cádiz, Mar Negro -transporte de tropas-, Mar Cantábrico -mercante-, y Marqués de Comillas -barco hospital-, hidros de la Base Naval de Mahón y de la Aeronáutica de Barcelona.

Dotación del destructor Almirante Antequera

Colaboraron también en el desembarco los veleros Cala Marsal, Isabel Matutes, Carmen Picó, Pons Martí, Trinidad y los buques Jaime II, Ciudad de Barcelona, Ciudad de Tarragona e Isla de Tenerife.

En Mahón uniéronse a los milicianos un batallón del Regimiento de Infantería núm. 37 al mando de su Jefe, Jaime Palou, una fuerza de Marinería y Artillería, el centenar de guardias civiles que procedentes de Albacete habían llegado a Mahón siendo encarcelados y un contingente de voluntarios entre los que había varios miembros de las JSU, entre ellos la alumna de la Escuela de enfermeras de la Caja de Pensiones, Sofia Sintes, de 18 años residente en San Luis, el joven Valentín Orfila Vinent de las Juventudes Socialistas de dicho pueblo, el cual murió el 20 de agosto al ser alcanzado por una bala en la cabeza en el llamado Puig de Sa Font donde también murieron el sanluisense Javier Fiol y el mahonés Santiago Pons Petrus en el curso de una retirada. Al frente de aquella centuria de menorquines cuyo número total frisaba en los ochenta, estuvo el sargento Jesús Gabaldón Baños y entre sus elementos había jóvenes de Ciudadela, Alayor, Mahón y San Luis. La mayoría carecían de instrucción militar, habiendo sido apresuradamente adiestrados durante unos días en Mahón.

A las siete u ocho mujeres enroladas como enfermeras y servicios auxiliares se les enseñó el manejo de armas cortas para casos extremos de defensa personal. Constituyó una verdadera sorpresa el que, a última hora, embarcasen varias mujeres de vida alegre residentes en Mahón, las cuales posiblemente habrían trabado conocimiento con algunos milicianos.

Los errores de Bayo y la retirada de sus efectivos

Sobre la expedición a Mallorca existe abundante bibliografía en la que se da pormenorizada cuenta de aquel episodio por lo que omitiré entrar en detalles toda vez que ello no forma parte del objetivo que me guía al redactar estas líneas, pero sí recordaré que caracterizados técnicos militares coincidieron en señalar el error de Bayo al escoger para el desembarco la zona comprendida entre Porto-Cristo y Son Servera, carente de objetivos vitales y alejada de la capital, teniendo en cuenta que para llegar a Palma las fueras republicanas hallarían cada vez mayor resistencia por parte del enemigo preparado y pertrechado para repeler un ataque del que tuvieron amplias noticias anticipadamente

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El submarino B-4. huído de Palma el día 20 de agosto, llega a la Base de Mahón con su tripulación amotinada. El 1 de septiembre participó en la recuperación de la isla de Cabrera

 

No olvidemos el duro comentario que aquella operación suscitó al presidente Azaña, el cual la calificó de disparatada y nacida de la tartarinesca vanidad, petulancia y desvariante ambición de algunos políticos barceloneses ... para cualquier persona enterada, militarmente era una improvisación loca. Gente allegadiza, sin mandos ni disciplina, sin espíritu combativo, sin material bastante, sin sanidad ni hospitales se lanza a desembarcar a viva fuerza en una isla bien defendida sin que a nadie, en Barcelona, se le hubiera ocurrido informarse en el Ministerio de la Guerra acerca de los recursos y fuerzas que podía haber en Mallorca.

Aparte de la defectuosa y precipitada organización militar y la falta de instrucción de la gran mayoría de las fuerzas expedicionarias, Bayo consiguió algunos éxitos tomando ciertas posiciones, pero la llegada a Palma de barcos cargados de víveres, aviones con sesenta pilotos italianos y otras decenas de oficiales del fascio capitaneados por un estrambótico personaje que se hacía llamar Conde Rossi, motivaron un cambio radical de la situación, ya que los aparatos Fiat y Caproni neutralizaron la acción del acorazado Jaime I y del crucero Libertad llegados el 2 de septiembre a la bahía de Punta Amer donde bombardeaban las posiciones enemigas habiendo logrado hacer saltar un polvorín. Empezó la desmoralización de los milicianos no habituados a los ataques aéreos y formado el 3 de septiembre un nuevo gobierno presidido por Largo Caballero con Prieto ocupando los ministerios de Marina y Aire, se comunicó al presidente Companys que ante el cariz que presentaban los acontecimientos, resultaba imposible que los buques de guerra republicanos continuaran la acción de apoyo

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El acorazado Jaime I vigila la zona donde se produce el reembarque y con sus antiaéreos protege a los demás buques atacados por la aviación enemiga

 

Así fue como el Conseller de Defensa de la Generalitat dio orden a Bayo para que se retirara reembarcando sus fuerzas y material hacia Mahón, operación que se efectuó en medio de un deplorable desorden y sin fuerzas de cobertura. El día 4 de septiembre llegaron a Mahón los primeros evacuados en el velero Cala Marsal y en el remolcador de la Base. El día 6 entró el Ciudad de Barcelona y el 7 el Mar Negro, Bayo llegó a Barcelona el día 6.

                                                                                     Acusaciones contra Bayo

Una delegación del Comité de Milicias formada por los coroneles Jiménez de la Bezara y Vicente Guarner, presidida por Juan García Oliver, recibió a Bayo en la Capitanía General. García Oliver demostró gran animosidad contra el jefe de la expedición al que varios miembros de la Comisión formularon preguntas considerándole responsable, por su ineptitud, del fracaso, mostrándose la mayoría inclinados a imponerle un severo castigo de lo que le salvó nuestro paisano, el coronel Guarner, al recordar al Comité que carecía de atribuciones para imponer pena alguna, ya que en todo caso era preciso ordenar la formación de un expediente judicial militar seguido de un Consejo de Guerra.

Fue el propio Guarner quien telefoneó al ministro Prieto informándole de la presencia de Bayo en Valencia. Enviado Bayo con una escolta a la capital levantina, Prieto le eximió de responsabilidad y le nombró ayudante personal suyo, lo que provocó la sorpresa y disgusto del Comité de Milicias. Aunque Prieto se había opuesto desde un principio a la aventura de Mallorca por considerar que la República debía concentrar todos sus esfuerzos en otros frentes, consideró que la mayor responsabilidad la habían contraído aquellos que desde la Generalitat habían autorizado la expedición que luego fue desbaratada por la llegada de fuerzas de aviación italianas

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La aviación italiana vigiló a partir de su entrada en acción en agosto de 1936 los cielos de Mallorca

 

Ingresado Bayo en el partido comunista, cuando este partido llevó a cabo una intensa campaña para destituir a Prieto, aquél formuló contra el ministro diversas acusaciones mostrándose tan versátil como ingenuo.

Tras el fracasado episodio de Mallorca, Bayo participó en la batalla de Brunete ascendiendo a comandante y luego a teniente coronel. Al final de la guerra se exilió a México. Allí publicó un libro sobre el desembarco en Mallorca, yendo por fin a parar a Cuba, donde instruyó a los guerrilleros de Fidel Castro en Sierra Maestra y dirigió una escuela de activistas para operar en Sudamérica. Murió en La Habana en 1967.

Conviene recordar que Manuel Aznar, franquista acérrimo, embajador y director que fue del diario La Vanguardia de Barcelona, su libro Historia militar de la guerra de España, al referirse al desembarco en Mallorca, dice "... la fuerza del capitán Bayo va siendo considerable. En un momento dado. un grupo de españoles residentes en Roma y singularmente un financiero mallorquín de gran pujanza económica acuden en auxilio de la isla amada. El 18 sale de Italia una escuadrilla compuesta de tres aviones cuyos servicios han sido gestionados por el grupo español. En días sucesivos, esta primera escuadrilla seria reforzada por otros aparatos".

A partir de entonces la ayuda de Mussolini a Franco es ya pública y descarada. Y será la aviación italiana pilotada por "voluntarios" la que obligará a Bayo, falto de medios para contrarrestar los ataques aéreos, a reembarcar sus fuerzas. Una vez más la mano invisible del financiero mallorquín de gran pujanza económica que desde el principio de la rebelión havia manejado los hilos para posibilitar los primes éxitos de Franco, intervenía para evitar que Mallorca cayese en manos de la República, el régimen que le había declarado enemigo público número uno.

Repercusiones del fallido intento. 
Consejo de Guerra contra los principales mandos militares de Mallorca

En tanto que Bayo, como hemos visto, logró que su fracaso en Mallorca no le reportara ninguna sanción o castigo, pese a que la intentona costó un cierto número de heridos, víctimas mortales y cuantiosas pérdidas de material, no les ocurrió lo mismo a ciertos mandos militares de la vecina isla a quienes Franco no perdonó delitos calificados de negligencia y desorganización, incumplimiento de órdenes recibidas e incluso de traición.

El 20 de septiembre de 1936 llegaba a Palma el nuevo Comandante Militar de Baleares, coronel de Ingenieros Benjumea del Rey, nacido en 1879, encargado por Franco de poner orden en la isla y proceder contra aquellos mandos militares cuya actuación no había sido la que de ellos esperaba la llamada Junta de Defensa Nacional. Unos días después, el 9 de octubre, Benjumea recibía un telegrama de Franco en el que le decía tener noticias "de haber existido gravísima cobardía en conducta coronel Díaz de Freijó, Comandante Militar, Jefe de Estado Mayor Garrido de Oro, Comandante Clar, Capitán Sanchiz y otros y haber sido desobedecidas mis órdenes movilización y organización fuerzas esas isla. Que hubo muertes de oficiales por carabineros todavía sin castigo sin que se hayan cumplido Bandos, aplicado penas, ejecutando sentencias con daños graves para la Patria y poniendo en trance de pérdida esa isla ..."

Benjumea designó Juez Instructor al coronel de Infantería Ricardo Fernández de Tamarit, quien procedió a instruir los juicios sumarísimos contra el coronel Comandante Militar que fue de Baleares, Aurelio Díaz de Freijó. Aunque Tamarit trató de excluir del juicio sumarísimo al citado Díaz de Freijó, pasado a situación de reserva el 27 de octubre por haber cumplido la edad reglamentaria para ello el 28 de agosto último Franco insistió para que todos los mandos que le habían sido denunciados fuesen procesados. Finalmente, los días 10 y 11 de diciembre, celebróse un Consejo de Guerra presidido por el general de brigada Jerónimo Palou de Comasema y Moragas contra los coroneles Díaz de Freijó, Ramos Unamuno, el teniente coronel Garrido de Oro, el comandante José Clar Pujol y el capitán Francisco Sanchiz Candela. Los dos primeros fueron condenados a doce y diez años de prisión mayor respectivamente con la accesoria de separación del servicio del Ejército, tras examinar las propuestas e informes de las autoridades militares, acordó retirar del servicio al colaborador de Ramos Unamuno durante los días del desembarco de Bayo, teniente coronel de Infantería Pedro Llompart Ramis, el también teniente coronel de la misma arma, Andrés Xifre Munar y el comandante Hilario Vicente Castro.

Texto recogido del Capítulo V  LA EXPEDICION A MALLORCA de la obra

La Guerra Civil en Menorca 1936 - 1939

Relato histórico de un testigo

Deseado Mercadal Bagur

Maó, 1994