Marcha de un compañero

 

Con hondo sentimiento nuestro damos hoy la noticia de que nuestro protector y consejero, catedrático del Instituto de Palma D. Baltasar Champsaur muy en breve se marchará de esa hacia Canarias con motivo de haber permutado con un Sr. Catedrático del Instituto de dichas islas.

 

La clase obrera mallorquina perderá de su lado a un padre; uno de estos hombres que en su vida nunca encuentran cansancio cuando se trata de hacer un bien a los asalariados a todos aquello que viven de un jornal y que necesitan de personas como éstas para infiltrarles en su mente, cual lo sabe hacer él magistralmente, el pan de la inteligencia.

 

En todas cuantas ocasiones la clase obrera le ha pedido su concurso, siempre le hemos tenido presto a nuestro lado para ayudarnos en nuestros actos. Sería prolijo el numerar los muchos trabajos prestados a favor nuestro, pero no obstante, no nos queda más remedio que enumerar algunos de los recientes.

 

Todos los obreros y principalmente los organizados recordarán cuando la “Federación” trató de construir su “Casa del Pueblo” en época no muy lejana que había una mayoría en nuestro Municipio republicana, pues este buen señor fue el nervio de que la “Federación” solicitara del Consistorio un donativo para tal efecto; lo que consiguió gracias a los trabajos y desvelos del Sr. Champsaur. Pero la obra no puedo llevarse a cabo por la desgracia de cierta persona que estaba interesada en ello. Y el Ayuntamiento visto que la “Federación” no había retirado dicha cantidad la incluyó en los siguientes presupuestos.

 

Pero vuelta a ponerse sobre el tapete esta cuestión por la “Federación” de la “Casa del Pueblo”, tenemos a D. Baltasar Champsaur a nuestro lado (como siempre) llevando su granito de arena para que pronto sea un hecho su construcción.

 

Con sus valiosos donativos de libros ha enriquecido la biblioteca de la escuela que tiene la “Federación” y una de las últimas obras regaladas es la “Historia Universal”.

 

Por lo agradecidos que estamos y la estima en que tenemos al que consideramos nuestro compañero, debemos decir o hacer recordar una de tantas obras buenas hechas por él. Yo recuerdo que un día que D. Baltasar estaba de visita a la Federación, pocos días después de ocupar el local en que está hoy, entró en la habitación de la escuela que eran dos salas, las cuales le separaba un tabique.

 

Cuando hubo reconocido aquello indicó la necesidad de derribar el tabique y levantar un techo de una de las salas que era más bajo que el otro y empapelar la sala de nuevo.

 

Pero uno de los compañeros que se encontraba presente le indicó que la comisión de la escuela en aquellos momentos se encontraba sin dinero, y, por lo tanto imposibilitada de hacer reforma alguna.

 

El Sr. Champsaur contestó que esto no quería decir que no se llevara a efecto la reforma porque era de necesidad, indicando que se hiciera, y él se comprometía a satisfacer la mitad del coste como así lo hizo.

 

Muy pocas alabanzas al que siempre se ha desvelado tanto moral como materialmente por nuestra clase, lo que podemos dedicar desde este simpre semanario, pero queda grabado en nuestra mente la valía del hombre de ciencia, de corazón noble que siempre a puesto al servicio del desvalido su saber y sus servicios en un todo.

 

Muy sinceramente sentimos la marcha del Sr. Champsaur; lo recordaremos todo el tiempo de nuestra vida y hasta nuestros sucesores sabrán que en la “Federación” pisó sus ladrillos un hombre que en todo momento daba su concurso, prestaba su apoyo, esparcía luz en sus conversaciones particulares y conferencias; allí está su obra el “Centro Instructivo”.

 

Deseámosle triunfos en las Canarias que bien merecidos los tiene.

       

EL OBRERO BALEAR

Núm. 495, 9 de septiembre  de 1911

 

fideus/