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Vida política

  

El jefe del partido radical, en unas declaraciones hechas a un redactor de El Liberal, de Sevilla, ataca a la Conjunción republicano – socialista, diciendo de ella que será tan estéril como Solidaridad catalana; que ha extraviado su sentido político y que todo esto se debe a una dirección equivocada y haber en ella elementos –los socialistas- que tienen espíritu de clase.

 

Examinemos estas tachas que el Sr. Lerroux pone a la Conjunción.

 

¿Tiene parecido ésta con Solidaridad catalana? En manera alguna. Había en dicha Solidaridad republicanos templados y avanzados, había regionalistas que no eran republicanos y había carlistas. Unidas estas fuerzas en un momento dado para luchar contra elementos que a todas ellas perjudicaban, era imposible que mantuviesen su unión para modificar las condiciones políticas de todo el país. Por eso fracasó. Republicanos y monárquicos de la extrema derecha no podían marchar juntos mucho tiempo.

 

¿Ocurre eso en la Conjunción republicano – socialista? No. El fin de éta es claro, concreto –derribar la Monarquía-, y todos sus componentes, republicanos templados, republicanos avanzados y socialistas, están de perfecto acuerdo en ese particular.

 

La conjunción, pues, podrá fracasar porque todos o algunos de sus elementos no cumplan con su deber, no porque sus fuerzas carezcan de una finalidad común.

 

¡Que la Conjunción ha extraviado su sentido político! ¿Dónde está la prueba de tal aserto? En ninguna parte.

 

Formose con el propósito de impedir la vuelta de Maura al Poder y de suprimir el régimen monárquico, y ese propósito tiene y a él obedecen todos sus actos, procurando siempre que en ella, en la Conjunción, figuren todas las fuerzas republicanas. Si alguna no la integran, si en vez de estar en sus filas las combaten y ponen obstáculos a su marcha, débese, no a que los elementos conjuncionistas dificulten su entrada o hayan ocasionado su salida, sino a las mezquinas ambiciones de los que guían o dirigen. Hubiéranse sentido animados esos guías o directores solamente por el deseo de implantar la República, y a estas horas no habría un solo republicano fuera de la Conjunción.

 

Y si ese sentido ha tenido y tiene la Conjunción, y los que están a su frente le mantienen y han realizado toda clase de esfuerzos para congregar en ella a la familia republicana entera, ¿puede decirse con razón que se han equivocado, que se desviaron de su papel que le correspondía desempeñar? Si eso hubieran hecho, los socialistas hubieran sido los primeros en llamarles la atención, tanto por ser ellos los que desde un principio más clamaron por que en la Conjunción se agruparon todos los republicanos, como porque el motivo de ingresar en ésta fue el de impedir que Maura volviera a gobernar y la Monarquía siguiera imperando en España.

 

Precisamente por esto es un profundo error atribuir al Partido Socialista, al espíritu de clase que le da vida, daño alguno para la Conjunción.

 

¿Acaso ha exigido este partido a los republicanos conjuncionados algo contrario a sus ideas? ¿Les ha hecho alguna imposición? ¿Les ha obligado a seguir rumbos que ellos no estimaran buenos? Nadie lo puede afirmar con serio fundamento.

 

Y si lo que ha dicho el Sr. Lerroux se refiere a lo que el Partido Socialista ha expuesto y mantenido fuera de la Conjunción, su yerro es mayor. Los partidos conjuncionados quedaron, como era natural, en libertad de defender sus ideales, y por eso el Partido Socialista, como los partidos republicanos, siempre que tienen ocasión los proclama y defiende. En virtud de esto combate la guerra tenazmente, expresa su propósito de abolir todas las instituciones burguesas; entre ellas el Ejército, y ataca, sobre todo, a la clase explotadora.

 

Nosotros hemos ofrecido a la Conjunción lo que le podíamos ofrecer: nuestra fuerza para derribar la Monarquía y nuestro apoyo para sostener la República cuando la combaren los elementos reaccionarios. Otra cosa, no. Le somos leales, y como leales procederemos. Pero ni ocultamos nuestro programa, ni dejaremos de defenderle a toda hora.

 

Por otra parte, así éramos y así nos conducíamos cuando el partido radical estaba en la Conjunción. ¿Cómo entonces no puso reparos su jefe? ¿Cómo no consideró peligroso para los fines de la misma el espíritu exclusivista de clase que caracteriza al Partido Socialista? Sin duda eran otros los vientos que corrían.

 

El tiempo dirá si la Conjunción realiza o no el fin que le dio vida. Mas aseguramos desde luego que si no lo realiza no será por culpa de los socialistas, Y aseguramos más: aseguramos que si la Conjunción republicano – socialista no trae la República, la Monarquía tendrá vida para algunos lustros.

 

Pablo Iglesias

 

(De Vida Socialista)

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 482, 10 de junio de 1911

 

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