L’Unión fait la force

Desde que se estableció como fiesta internacional la celebración del primero de Mayo, es el presente el primer aniversario en que marchan completamente unidos los que hasta el día estuvieron separados, más por recelos sin fundamento que por verdaderas incompatibilidades, los socialistas y los republicanos.

Late nuestro corazón con entusiasmo al ver realizado un ideal que durante tantos años hemos acariciado. Las reivindicaciones sociales, la redención del proletario, la plenitud del goce de la vida con disfrute de todos los derechos del ciudadano y todas las prerrogativas del hombre, sólo puede tener una realidad perfecta cuando la humanidad se rija por leyes que no amparen tradicionales primacías y privilegios, que pongan el gobierno de las naciones en manos de los elegidos del pueblo , que escogerá al que juzgue más digno, no dejando al azar de la herencia únicamente al Magistrado más alto del Estado.

Entonces, y sólo entonces, cuando la Libertad sea perfecta, y las leyes no la coarten, y los poderes no la restrinjan, entonces podrá el proletario participar del festín de la vida en la proporción equitativa que en justicia le corresponde.

¿Cuándo se realizarán los destinos de la humanidad? ¿Cuándo vendrá la plenitud de los tiempos? ¡Qué importa tal vez nunca! El hombre, ser esencialmente progresivo descubre a cada paso que adelanta nuevos horizontes; cada esperanza que realiza despierta un nuevo anhelo: éste es el progreso.

Laboremos por la realización de nuestros ideales, que el bien supremo de todos nuestros hermanos sea la finalidad de todas nuestras energías, no apartemos de nuestros labios el cáliz del sacrificio, si con ello labramos el bien ajeno. Marchemos serenos hacia delante, seguros de que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos bendecirán nuestra abnegación, aunque ya coronados por el éxito nuestros esfuerzos, dirijan ellos el timón hacia nuevas orientaciones.

Porque el porvenir es producto y perfeccionamiento del presente, como éste es resultado y mejora del pasado.

Benito Pons Fábregas.

Palma, 1º de Mayo de 1910

EL OBRERO BALEAR

Núm. 425, 9 de abril de 1910

fideus/