Conferencia / Jaime Vicens

Dada en la “Federación de Sociedades Obreras” el 26 de Marzo del corriente año, por el compañero Jaime Vicens, desarrollándola bajo el tema

Táctica societaria

Compañeros: Dicen que la ignorancia es la madre del atrevimiento, y en este instante, yo puedo afirmarlo, porque como ignorante, me atrevo a ocupar este sitio, donde me han precedido señores tan dignos y distinguidos por su clara inteligencia y vastos y valiosísimos conocimientos intelectuales, D. Baltasar Champsaur y don Gabriel Alomar, que han desarrollado el tema de su conferencia con una maestría envidiable, con suma facilidad en la palabra y con una elocuencia galana, encantadora y admirable.

Además, hay la célebre frase que ha pasado a nuestros días, “Zapatero a tus zapatos” dicha en cierta ocasión por Apiles, el pintor más célebre de la antigua Grecia, a un zapatero, que se atrevió hacer la crítica de varios objetos de un cuadro pintado por tan renombrado pintor, porque ninguna relación tenían con su oficio.

Pero como yo no vengo en este instante a hacer la crítica de nada, ni a nadie; y mi atrevimiento al querer dar esta semi-conferencia, es extralimitarme y salirme de los asuntos de mi incumbencia, meterme en camisas de once varas que verme remontar en alto vuelo a la altura de conferenciante, para caerme en el más profundo abismo del ridículo.

Y, naturalmente, desde este momento, empiezo a arrostrar el peligro, ya que de vuestra cortesía, no cabe, temer manifestaciones expresas de desagrado, por creer con razón indiscutible, que, a otros mucho más expertos que yo en asuntos sociales, corresponde la misión de “desenredar esos equívocos” que yo sin autoridad ninguna me lanzo a “desenredar”, pero permitid que, en previsión de tales juicios, tan verosímiles, a pesar de vuestra indulgencia, me cure en salud, presentándoos mis disculpas, y que, en las mismas disculpas, vaya ya contenida parte de la propaganda que, a favor de la Federación Obrera Balear me he propuesto hacer, con lo cual, ganaremos tiempo, ahorraremos razones y discusiones, y se habrá hecho lo posible, para que, os salga relativamente barata la galantería de escucharme.

Yo no vengo a descubrir “nuevos mundos”, ni ha decir nada que, otros compañeros no hayan dicho en otras ocasiones, con más talento y mejor preparados, no, yo solo he de ocuparme de “táctica societaria”, expresando a mi manera de pensar, lo que son y como deben funcionar las sociedades de resistencia que quieran estar “federadas” y de la labor que debe realizar la Federación en beneficio de todos los federados.

Permitidme un poco de historia, no para los conscientes, pero si para los inconscientes y principalmente para los que combaten las sociedades de resistencia, ya sean católicos o anticatólicos, que yo los califico de enemigos del progreso y sustentadores del régimen burgués. En las sociedades gremiales, caben todos los hombres de buena fe, sean de la raza que sean, profesen la opinión política que les de la gana, y sustenten la creencia religiosa, que se les antoje.

Las sociedades de gremio, son el baluarte, recinto amurallado, trinchera fuerte, donde se estrellarán todas las granadas que la clase patronal lance a sus federados; son la barrera puesta entre explotados y explotadores; son la escuela práctica, donde el obrero puede capacitarse para poder solucionar todos los conflictos económicos que puedan acontecer entre capital y trabajo; son el centro de instrucción, donde puede el afiliado aprender y practicar la lectura, escritura y contabilidad; son la cátedra de perfección, donde por sí mismo el obrero, se aparta de las bancas de juegos, de los centros de prostitución, de las bebidas alcohólicas focos de perdición y perturbación mental; son el Instituto moral donde se calman y perfeccionan los temperamentos nerviosos  exaltados, haciéndose útiles a la vida y a la sociedad, es donde se aprende a prestar solidaridad a sus compañeros en todos los actos, haciéndose dignos hijos, files esposos, y modelos de padres cariñosos; son en fin, la plaza donde se enseña y cultiva la esgrima a los honrados y leales soldados para la lucha del trabajo.

Las sociedades al querer federarse es porque sienten ansias de reivindicación, unión y solidaridad.

Las sociedades al federarse, aceptan en un todo el reglamento de la Federación, o sea el régimen de todas las entidades federadas. Las entidades federadas deben de procurar hacer por todos los medios lícitos, la propaganda gremial, ya sea en reuniones, conferencias o mitins, a fin de tener afiliados a todos los obreros de sus respectivos oficios, o a lo menos al mayor número posible, y mantener las más íntimas relaciones de amistad, unión, solidaridad y fraternidad.

Las entidades federadas, a fin de no crear conflictos, conservar la buena marcha y armonía de la federación, y mantener los lazos de compañerismo con las otras entidades de gremio; tendrán el especial cuidado de no extralimitarse, absolutamente en nada en el cumplimiento de sus deberes, y en  el acatamiento del reglamento de la Federación, poniendo en conocimiento de todos los federados, los acuerdos y movimientos interiores y exteriores, no perdiendo nunca la libertad social, no el carácter supremo de Sociedad de resistencia; rechazando todo lo que pueda derivar de pura personalidad o individualismo.

En esta forma se mantendrán siempre unidos los vínculos de paz, unión y armonía, de todos los federados.

La Federación y su funcionamiento

La Federación, tal como esta constituida es un organismo defectuoso, sin vida propia, ni representación, a merced siempre al individualismo de los más expertos, en perjuicio de la mayoría, o mejor dicho, en descrédito de todas las entidades federadas.

La Federación vive de un rutinarismo caduco, lánguido, pobre y miserable; no tiene personalidad ni representación directa; está vedada de altruísmo, solidaridad y progreso. La federación debe de cambiar total y radicalmente su estructura, modificando su régimen y administración, dándole desahogada estabilidad en el cauce del verdadero progreso en el desarrollo múltiple.

Se contionuará

EL OBRERO BALEAR

Núm. 487, 15 de julio de 1911

Conferencia

Dada en la “Federación de Sociedades Obreras” el 26 de Marzo del corriente año, por el compañero Jaime Vicens, desarrollándola bajo el tema

Táctica societaria

(CONTINUACIÓN)

Seamos pues racionalistas, racionalicemos con el cerebro tranquilo y sereno, y veremos con los ojos de la realidad nuestras miras mezquinas, tal como son y tal como deben ser para bien de los fines que perseguimos y para la futura sociedad humana. El progreso, es un factor importantísimo para nuestros ideales; la evolución, es gran maestro científico, no enseña prácticamente  que, hasta en la física no hay más remedio que seguirla paso a paso; nuestro mismo cuerpo nos demuestra palpablemente que no hay más remedio que seguir evolucionando, cubriéndonos o quitándonos ropa, según las evoluciones de las temperaturas, lo que hacemos por necesidad, para guardarnos de los peligros que constantemente nos amenazan de contraer alguna enfermedad o la muerte.

Ya que queda plenamente demostrado la necesidad indiscutible de una nueva y perfecta organización. Dejémonos pues de preocupaciones y antiguas teorías, con fe, seamos prácticos, progresistas y principalmente evolucionistas, en todo lo posible, a nuestro estado y modo de ser de la personalidad , de la presente sociedad.

Para lograr este indispensable cambio, hay que ser sincero y decirlo claramente, sin rodeos ni preámbulos; es de primera necesidad el despojarnos de todo hábito individualista, deponer nuestra deplorable actitud intransigente y egoísta; rechacemos la vanidad y presunción de la idolatría, que tanto nos rebaja y nos desacredita el nombre de buenos y conscientes obreros; procuremos calmar y dominar los impulsos de nuestros exaltados temperamentos nerviosos y los violentos ímpetus de nuestro corazón; es indispensable también, el respetar la libertad individual de pensamiento, en opiniones políticas, y creencias religiosas; es de suma necesidad, que todos, absolutamente todos, apartemos nuestra vista egoísta de los fondos de nuestras respectivas entidades, dando la mayor prueba de altruismo y abnegación, si así lo hacemos, es muy fácil de obtener el cambio que deseamos y voy a exponer la forma, que a mi me parece aceptable y beneficiosa para todos.

La Federación ha de ser autónoma en política y religión, ha de tener la superioridad en todo y para todo, a todas las entidades constituidas y cobijadas dentro su mismo seno; libre a la sujeción del cobro directamente de las entidades.

La Federación ha de recibir directamente la cuota del federado, sin la necesidad rutinaria de tanta complicación de repartos por cuota, presentación de los estados de cuentas, fondos de propaganda, de huelga, de delegados y de amortización.

La Federación ha de tener sus fondos propios con qué atender a todos los gastos de la organización, sin tener que molestar absolutamente para nada las entidades de su seno.

La Federación y su comité, debe intervenir en todos los movimientos de gremio, siendo de su competencia, el cobro y pago de todo los relacionado con el movimiento; no permitirá que ningún gremio, declare huelga mientras que sus afiliados no sean dados de alta en el manejo de las armas societarias, como bravos luchadores; antes de declarar la huelga, estudiará detenidamente las condiciones del gremio, consultará noblemente a todos los federados; apelará y agotará todas las consultas que la buena diplomacia enseña, entre las partes litigantes; consumadas todas las gestiones de arreglo, paz y armonía; no siendo posible una honrosa y prudente avenencia; estudiadas detenidamente las consultas y causa del conflicto, resultando favorables y con seguridad clara de triunfo, entonces podrá sin apresuramiento, arrebato, no obcecación, declarar la huelga reglamentaria, procurando tomar todas las prevenciones y medidas, que la táctica enseña y aconseja, desplegando todas las energías posibles, formando guerrillas y trincheras que para el caso se requiera, evitando que ninguno de los compañeros puestos en lucha, pueda ser perjudicado en lo más mínimo en sus intereses morales ni materiales; traicionando ni vejado en sus derechos constituidos por las leyes del estado, encarcelado ni procesado, que son los únicos beneficios que se obtienen por medio de la huelga.

Efectivamente, la huelga es una de las armas de que dispone la clase explotada en contra de sus explotadores, que se ha esgrimido desde tiempos muy remotos; pero es una arma muy ofensiva y de funestos resultados; porque si no se sabe manejar, se vuelve airada en contra del que la esgrime, ocasionando siempre víctimas, aunque se hayan ganadas dichas huelgas, pero por desgracia la mayoría se pierden; además, la huelga, es un trastorno moral, y un desequilibrio material para la familia obrera, por lo tanto debe desecharse, salvo en rarísimas y muy contadas excepciones.

También puede afirmarse, que la mayoría de las veces las consecuencias de las inconsecuencias, de las huelgas, por bien organizadas y dirigidas que se hallen, son un descalabro y desmembramiento de fuerzas para la misma organización obrera.

Por lo tanto la Federación debe seguir un derrotero más práctico, beneficioso y de resultados positivos. La Federación sin apartarse de su principalísimo fin de crear y organizar sociedades de todos los gremios no constituidos, y no dejar de vista los organizados, a dedicar todas las fuerzas mixtas y energías posibles a la fomentación y sostenimiento de la “Cooperativa Social”, a la “sección de socorros y retiros”, hacer es esfuerzo supremo para edificar un local de su propiedad, para la “Casa del Pueblo”.

SE CONTINUARÁ

 Jaime Vicens.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 488, 22 de julio de 1911

Conferencia

Dada en la “Federación de Sociedades Obreras” el 26 de Marzo del corriente año, por el compañero Jaime Vicens, desarrollándola bajo el tema

Táctica societaria

(continuación)

He aquí tres factores importantísimos que son la brújula de la dirección proletaria; el apoyo y sorteo de la clase obrera que sufre y padece, vendida y lleno de fatiga o en el lecho del dolor; el salvo conducto, para defenderse de la explotación, adulteración y del robo.

Dicen que de los “escarmentados”, nacen los “avisados”, seamos pues previsores, al alcance de nuestra mano está, el poner mano a la obra que a de conducirnos a nuestro mejoramiento, moral y material; busquemos la vía más directa y fácil para llegar a la realización de tan importantes factores.

La Cooperativa es el condensador que por medio de sus poderosísimas válvulas con que puede disponer, puede alimentar la familia obrera sin el riego inminente de robo y envenenamiento; puede la clase obrera proveerse de la cooperativa de todo cuanto necesita para la nutrición, alimentación, abrigo, utilidad, limpieza y decoro, en una palabra, de todo lo que tenga relación con la vida humana; con seguridad palpable de obtener mejores beneficios; por lo menos en calidad, peso, medida, falsificación y adulteración; es pues, de todo punto necesario, que todos, absolutamente todos, (yo el primero) figuremos en las listas de accionistas a fin de engrosar el capital social, siendo asíduos proveedores de la misma.

La sección de socorros y retiros. ¿Hay institución más noble, útil beneficiosa y genuinamente obrera constituida en Palma? No. Pues a pesar de los resultados y beneficios positivos obtenidos por parte de los que se han visto en el trance de necesitarlos; han sido tan solo una minoría respetable, han sido los afiliados a nuestra benéfica institución, y a pesar de que han sido muchos, los que han ingresado en ella como socios, por una fatal consecuencia de sus inconsecuencias, ha tenido la junta directiva de la misma sociedad, el disguto de darlos de baja de la lista de afiliados.

Y aún hay la más deplorable y sensible, que casi la totalidad de los federados, puede decirse sin temor de molestar a nadie no pertenecen a la sección de socorros y retiros, y en cambio pertenecen a otras entidades de menos beneficios para los afiliados, es más todavía, y es que, por falta de calor y cooperación de todos, no hemos podido ensanchar la esfera de beneficios y ventajas, por ser el número de afiliados con que cuenta hoy actualmente, insuficiente para poder garantizar la estabilidad vital actualmente; pues a pesar de los pesares, y de haber hecho esfuerzos inauditos y sin resultado beneficioso para los fondos de la sociedad, estamos dispuestos los afiliados hacer todavía los mayores esfuerzos para lograr el ingreso de todos, que, seguramente con tan poderosa palanca podríamos encontrar el manantial que apetecemos los que desinteresadamente la dirigimos y administramos, Arnaldo el bien de todos y para todos los hermanos.

“La Casa del Pueblo” propiedad íntegra de la familia obrara Balear, el edificio social, morada de paz y unión proletaria; centro instructivo, para la educación de la futura sociedad trabajadora, fuente inagotable de fecunda riqueza. He aquí la nota más culminante para resolver el problema de la estabilidad vital de la personalidad productora mallorquina.

Demasiado conozco las necesidades de la vida, y la imposibilidad imperante de hacer un nuevo aunque modesto sacrificio pecuniario. Además, hay la mayoría de los compañeros federados, que, al tratar de la compra de un solar y edificar la Casa del Pueblo propiedad absoluta de la Federación Obrera, lo creen de todo punto imposible, un sueño irrealizable, o una ilusión de pura fantasía.

Pero, la verdad es que no es ilusión, sueño ni imposible realización, sino una gran verdad.

En todos nosotros está la facilidad, solo hace falta la voluntad, esa voluntad que todo lo sacrifica para emanciparse del yugo que se halla sumida; voluntad que todo lo puede y logra; esa voluntad que todo lo puede y edifica. Con voluntad puede la clase obrera, hacer de un monte, un llano, y volver el llano en monte.

Al avio pues compañeros; echemos nuestra indiferencia y nuestra apatía en la tumba del olvido; pongamos todos nuestra voluntad inquebrantable y manos a la obra, el porvenir es para nuestros hijos; a la gran obra del edificio social que a de transformar en un todo a la presente Sociedad Obrera.

Estad seguros y no lo echéis al olvido lo que os voy a decir; “El día que la Federación se vea libre del yugo e imposición del casero y las entidades obreras vivan en la “Casa del Pueblo” propiedad suya; las organizaciones estarán muy nutridas de socios conscientes; la Cooperativa será el gran bazar de todo y para todos; la sección de socorros y retiros, también será la única en su clase que proporcionará verdaderos y cuantiosos socorros en metálico, asistencia facultativa, pudiendo disponer de todos los especialistas que la ciencia declare; medicamentos, ataúd, coche fúnebre y sepultura, en una palabra, el asociado se verá libre de tener que acudir a los hospitales de caridad individual en todos los casos para que fue creador esa noble institución.

La Federación, tendrá dependencias capaces y separadas para cada una de las entidades federadas, escuela, biblioteca, salón de reuniones, local suficiente y adecuado para la Cooperativa y demás necesidades propias de la organización

(Se continuará)

Jaime Vicens

EL OBRERO BALEAR

Núm. 489, 29 de julio de 1911

Conferencia

Dada en la “Federación de Sociedades Obreras” el 26 de Marzo del corriente año, por el compañero Jaime Vicens, desarrollándola bajo el tema

Táctica societaria

(conclusión)

Si por todo lo dicho, no procuramos enmendar y salir de nuestra rutinaria e indecible apatía, la Federación continuará siendo un organismo anémico, sin fuerzas ni alientos de lucha, humillada sin respetos no consideración social, derramando toda su sangre y vida en la sorda e implacable avaricia del casero, que por su gracia humanitaria, le tendremos que pagar por adelantado, el doble valor del alquiler al que pararía un particular, de un local por ejemplo, como el que actualmente ocupamos, que no tiene capacidad suficiente, teniendo que tener las mesas casi amontonadas, café en la sala de lectura, que no es café ni sala de lectura; la Cooperativa es un cuchitril sin poderse mover los compañeros expendedores; la sala de reuniones, que parece un almacén de sillas amontonadas, mesas en desorden, sacos de harina y legumbres y lo más deplorable que para celebrar reuniones generales, nos vemos continuamente precisados a pedir local prestado, quedando los federados coartada su libertad al tratar ciertos asuntos en casa extraña, siendo contadas excepciones las entidades que nos lo quieran prestar, con la imposibilidad inaudita de poder obtener permiso para celebrar en ningún local público la celebración de actos públicos.

Tal ha sido, es y será la situación obrera, por los siglos de los siglos, si no llegamos a la meta de construir en propiedad nuestra “Casa del Pueblo”.

El proyecto esta presentado a esta Federación, por uno de nuestros compañeros; el esfuerzo es muy modesto, está en fáciles condiciones y a la posibilidad y alcance de todos; con acciones de 25 pesetas pagaderas a 5 céntimos por acción semanales, podemos lograr ver realizado nuestro sueño dorado, la pura felicitad obrera.

Ya veis compañeros con cuanta facilitad podemos reunir el capital necesario; y no lo dudéis que serán muchas las personas que simpatizan con nuestras aspiraciones y por el mejoramiento de la clase productora, que, desinteresadamente nos prestarán su valiosa influencia y su decidido apoyo moral y material.

Ya solo falta nuestra decidida eficacia y perseverancia, seamos una vez más, verdaderos soldados de la causa proletaria, luchemos denodadamente con fe y esperanza, en bien de una causa tan deseada y noble; ¡a la brecha pues compañeros! Declaremos la huelga general a “La tabacalera”, sociedad monopolizadora del tabaco y a los fabricantes de alcoholes, guerra sin cuartel, hasta ver enarbolada la bandera del trabajo, en el edificio social, en la “Casa del Pueblo”, propiedad genuina de toda la familia obrera.

Voy a terminar, dispensadme que os haya molestado dándoos una lata, en vez de una conferencia digna de vuestros merecimientos; pero desde muy joven abandoné la escuela de las letras, para dedicarme al trabajo; y ya en el último tercio de mi vida, lo que os he dicho, lo que he aprendido en las sociedades que he pertenecido, llevándome el orgullo a mi tumba, de haber hecho cuanto he podido y sabido, en bien de todos. Permitidme que os repita y diga, que, “la obra de los trabajadores, ha de ser obra de los mismos trabajadores” y que toda creación tiene su funcionamiento,  y por su consecuencia natural. El hombre, la tierra, el mar los vientos, el agua, funcionan y se mueren por medio de sus elementos; por lo tanto la ciencia, las máquinas, los barcos, las herramientas y todo lo existente en este mundo terrenal, que tenga relación de utilidad y provecho con la humanidad, es dirigido, movido, y elaborado por el mismo hombre; y el mismo hombre, mejor dicho; todo ser humano al venir a este mundo, viene con una misión sagrada que cumplir y llenar una página en la Historia donde quedan escritas las palabras y los hechos que ha realizado durante su miserable vida; para ser juzgadas por las generaciones venideras, de manera qué, todos los hijos del trabajo, todos los amantes del progreso, de la libertad y de la justicia, debemos unirnos en indisoluble lazo de amor, armonía, paz y amistad; y siendo como somos los únicos y legítimos eslabones de la cadena del trabajo, debemos unir y caldear los eslabones, enlazar y consolidar en duro yunque, eslabón con eslabón, formando la fuerte y compacta cadena de la rueda del trabajo; dicha rueda de cadena esta enchavetada magistralmente al macizo y sólido eje del embarrado que revoluciona todas las demás ruedas de engranaje para el movimiento del mecanismo productor.

Funcionemos en cadena; demos a la rueda una gran revolución; pongamos todo el mecanismo social en movimiento y la humana sociedad si no es injusta, nos dará a cada uno lo que nos corresponda.

Secundemos ese noble proyecto presentado a la Federación; prestemos todos nuestro calor y cooperación; desechemos aquello de palabras, palabras, palabras, (como dijo Calderón), con obras; dejemos nuestra página escrita en la Historia; juzguemos como quieran, pero las generaciones venideras, verán que nuestra misión fue cumplida, cumpliendo con un deber de conciencia.

He dicho

EL OBRERO BALEAR

Núm. 490, 5 de agosto de 1911