1917 – SOBRE LA “ISLEÑA MARITIMA”

El patriotismo del capital

Ante el nuevo sesgo que va tomando la cuestión de la “Isleña Marítima”, debido a la venta a “La Transmediterránea” de todas las acciones que poseía el acaudalado don Juan March, cuestión muy diferente a la subida de fletes y pasajes que motivó la protesta del Ayuntamiento, creemos del caso exponer nuestro criterio y determinar nuestra actitud.

La subida de los fletes y pasajes y la reducción de los servicios de “La Isleña” eran pretensiones a nuestro juicio injustificadas y además implicaban un perjuicio grande para la industria y el comercio y por tanto un nuevo encarecimiento en las subsistencias. Mirándolo así era natural que el partido socialista y la clase obrera en general se solidarizaran con la actitud del Ayuntamiento y prestaran todo el calor de su fuerza a la protesta, pues la inmensa mayoría de los manifestantes eran trabajadores, mientras que los industriales y comerciantes brillaron por su ausencia y estos últimos ni siquiera se dignaron cerrar sus tiendas durante el acto de la manifestación.

Fracasadas las pretensiones de “La Isleña” y vendidas por el señor March sus acciones a “La Transmediterránea”, surge el peligro de que la flota mallorquina pase a manos de dicha compañía y ante esta eventualidad el comercio y todos los capitalistas se sientes alarmados y muy patriotas, poniendo el grito en el cielo contra el señor March, a quien se acusa de traidor a Mallorca y de falta de patriotismo.

Para nosotros el patriotismo de Vega es poco más o menos el mismo de los otros accionistas de “La Isleña” y de todos los demás capitalistas habidos y por haber. El capital no tiene patria y es codicioso por su naturaleza, no teniendo otra finalidad que la ganancia por la ganancia. El capital es acumulación de riqueza o trabajo no pagado al trabajador, milagro que se realiza gracias al régimen económico burgués basado en la propiedad individual de los medios de producción y cambio que permiten la explotación del hombre por el hombre, siendo los explotados víctimas de sus propios productos al transformarse estos en capital.

Que la compañía “Isleña” sea mallorquina o forastera, para los trabajadores nos es indiferente. En uno y otro caso el patriotismo de loa accionistas consistirá en exprimir el jugo de sus obreros y en realizar grandes negocios a costa de los intereses mallorquines. ¿Es que no sabemos que para entrar un obrero a trabajar en “La Isleña” ha de ser a condición de tener muchas influencias y de abdicar de su personalidad ciudadana? ¿Es que el personal de “La Isleña” no es el peor retribuido de todas las compañías navieras? ¿Es que en las huelgas que sus obreros le han declarado no ha procurado sustituir los huelguistas con personal forastero y de los pueblos? ¿No es reciente el hecho ocurrido con motivo de la demanda formulada por los telegrafistas?

Y si esto es así ¿dónde está el patriotismo de la compañía para con los trabajadores de aquí? ¿Qué beneficios ni que ventajas tiene la clase obrera con que la compañía sea mallorquina? Ninguna.

Lo sucedido con motivo de la venta de acciones a “La Transmediterránea” por don Juan March es un conflicto que podrá interesas a los capitalistas, pero a la clase obrera no le interesa un ápice y por tanto no se prestará a hacer de comparsa en la comedia burda que se está representando bajo el nombre del patriotismo mallorquín, virtud que no han sentido nunca ante los intereses obreros ni mallorquines en general.

Lo hecho por Verga y por la Junta de “La Isleña” al aprobar su conducta y ofrecerles todas sus acciones para venderlas a “La Transmediterránea”, pone bien al descubierto que el verdadero patriotismo del capital es el negocio y nada más que el negocio. Allá ellos.

EL OBRERO BALEAR nº 829

28 de diciembre de 1917