¿Por qué no se unen y viven juntas las
sociedades obreras de Palma?
Es indudable que la vida lánguida que hoy llevan
en su mayoría los organismos obreros de Palma es
debida en gran parte a su aislamiento y falta de
cohesión entre sí. No es posible que una
sociedad de resistencia pueda perpetuamente
vivir alejada de las demás del mismo carácter.
Siendo todas hermanas e hijas de una misma
naturaleza y persiguiendo iguales fines, ese
mismo principio de hermandad y esa afinidad
común las obliga a formar una sola familia en
indestructible lazo de solidaridad proletaria.
Todo obrero asociado debe estar convencido de
que el antagonismo entre el capital y el trabajo
es un hecho fatal del actual régimen económico y
por consiguiente pone frente a frente y en lucha
perpetua a los capitalistas y trabajadores.
Estos pues deben formar ejército aparte de los
primeros con cuarteles societarios bien
dispuestos y preparados para las necesidades de
la lucha común. Los patronos nos dan el ejemplo:
vedlos a todos unidos por secciones gremiales al
amparo de “La Unión Industrial”. La defensa de
sus intereses de clase les ha obligado a crear
un organismo de clase también, un centro o
federación patronal cuyo local espacioso y
céntrico los cobija a todos.
Y si los patronos sienten ese sentimiento de
clase y proceden a formar una organización común
de sus colectividades de gremio, que sirva
precisamente de baluarte inexpugnable ante las
justas demandas de los obreros, éstos, con más
motivo y razón, ¿no deben también formar su
Centro de Sociedades Obreras cual
fortaleza que ampare y defienda los sagrados
principios y justas aspiraciones del trabajador,
del explotado del capital, ya sea zapatero o
albañil, barbero o sastre, pescador o
dependiente de comercio? ¿Qué razón hay para que
vivan aisladas e indiferentes unas sociedades de
las otras? ¿No seria hermoso, útil y necesario
crear una
Casa del Pueblo donde juntas viviesen y
fraternizasen todas las sociedades obreras que
existen en Palma respetándose mutuamente unas
con otras y conservando cada cual su libertad y
autonomía en las cuestiones de táctica y régimen
interior? ¿No se lograría con ello un más
perfecto conocimiento de nuestras necesidades
comunes, hacer más estrecha i solidaridad
obrera, más fecunda la propaganda y más eficaz y
efectiva nuestra acción?
Además la unificación de todas las sociedades
obreras en un mismo local, aparte de su aspecto
moral, tendría la ventaja grande de poderse
alquilar un local grandioso en punto céntrico
con menos esfuerzo pecuniario del que hace ahora
cada sociedad, viviendo aisladamente, pues los
gastos de alquiler y alumbrado pagados en común
por medio de prorratas resultarían más
económicos.
Estudien las sociedades obreras de Palma la
iniciativa a este fin lanzada por el Centro
Obrero y vean deponer la mejor voluntad para
hallar la fórmula conciliadora que conduzca a
establecer la unidad obrera bajo un techo único.
Ello es problema de vida o muerte para las
dichas colectividades.
Núm. 801, 15 de junio de 1917
|