OTRA ENTREVISTA CON DON JUAN MARCH

El lunes de la presente semana hizo una visita a D. Juan March una numerosa comisión compuesta de representantes de las Juntas Directivas de las Sociedades Obreras, con objeto de cambiar impresiones con dicho señor en vista de la negativa del Ayuntamiento sobre la concesión del solar para la Casa del Pueblo.

 El Sr. March con la popularidad que le caracteriza saludó y estrechó la mano a todos los comisionados, entablándose luego larga y animada conversación sobre la construcción de la Casa del Pueblo.

 Siento dijo el Sr. March, que el Ayuntamiento no haya cedido el solar y que una parte de la opinión haya interpretado mi actitud como un medio de querer utilizar a la clase obrera para mis fines particulares. La prueba de que no es así es que yo quería desprenderme de todos los derechos de la finca a favor del mismo Ayuntamiento, reservando para las Sociedades Obreras el derecho de uso perpetuo de la misma. Ni por asomo, añadió, he pensado yo hacer servir a los trabajadores de instrumento de mis particulares negocios: primeramente porque tengo la certeza de que no se prestarían a ello y en segundo lugar porque no me conviene ni necesito de ellos, pues yo hago los negocios con la burguesía y no con los obreros.  Y tanto es así, que no quiero utilizaros para nada –añadió dirigiéndose a los reunidos- que yo os autorizo para que con toda libertad y sin temor alguno me combatáis cada vez que a vuestro juicio lo merezca, sin que os sea obstáculo el bien que yo haga a los obreros; y esto lo digo; agregó para que no tengáis ningún recelo ni sospecha de que yo os quiera tener cohibidos en la gratitud de mis dádivas.

 La Casa del Pueblo, continuó diciendo, se hará, y se hará, naturalmente, sobre un solar apropiado para ello que yo pondré al efecto. Pero como quiera que la construcción del edificio no podrá empezarse hasta el mes de Julio o Agosto (por razones que expuso a los comisionados y que estos consideraron fundadas) desde ahora, dijo, ya podéis contar con los intereses de 100 mil pesetas al 5 por 100 para alquilar una casa en condiciones de capacidad para las Sociedades Obreras, hasta tanto esté construida la Casa del Pueblo, que siempre, dijo, por muy deprisa que se hagan las obras tardarán un año o año y medio en terminarse.

 De modo que el Sr. March no solo construirá el edificio para la Casa del Pueblo, y costeará el solar, sino que además e interín no se halle construida la finca y en condiciones de ser habitada por las Sociedades Obreras, éstas, desde hoy mismo, pueden disponer de 5.000 pesetas al año para el pago de alquiler de otra casa.

 ¡Qué chasco se habrán llevado los que pregonaban que si el Ayuntamiento no cedía el solar el Sr. March no construiría el edificio!

 Los comisionados manifestaron su gratitud al Sr. March por sus desprendimientos altruistas a favor de la clase desheredada, la que guardará eterno recuerdo de sus actos generosos y de su nombre, que quedará esculpido en el corazón y en la mente de todo trabajador consciente y bien nacido.

 Pues esta clase de dádivas, hechas en la forma desinteresada que lo hace el Sr. March, lejos de humillar a quien las recibe y envilecer a quien las da, ennoblecen y dignifican a éste y despiertan en aquél el amor y el agradecimiento hacia su protector.

 Y ahora todo el mundo seguramente se preguntará: ¿Adonde se desplazará la Casa del Pueblo? No estamos autorizados para decirlo fijamente, pero podemos asegurar a nuestros lectores que estará en un sitio mucho mejor y más alegre que el que se había escogido antes.

EL OBRERO BALEAR nº 842

Palma, 29 de marzo de 1918