Dias de Júbilo
Los desheredados de la fortuna, los perseguidos,
los atropellados, los tildados de perturbadores
y revolucionarios tendrán ocasión de demostrar
la sinrazón, la injusticia con que casi siempre
han sido tratados.
La labor a realizar en la futura «Casa
del Pueblo» habrá de ser de suma importancia
para la clase trabajadora.
Habrá que irse en primer término a la
organización y reorganización de todos aquellos
gremios que hoy están sin asociar. La futura «Casa
del Pueblo» habrá de dar también gran
impulso a la enseñanza fundando escuelas para la
ecuación de los hijos de los asociados, con
profesores bien retribuidos y aptos para la
enseñanza moderna. Habrá de establecerse
cooperativa de consumo para las familias de los
socios, evitando así, en lo posible, el engaño y
el robo de que son víctimas por parte de tanto
intermediario. Se tendrá que ir también a la
fundación de una Biblioteca; de locales
apropiados para la lectura de periódicos;
organización de conferencias públicas, dando a
conocer a los grandes hombres para muchos
ignorados; fundación de agrupaciones para
fomentar la música, toda una obra, en fin, de
cultura y mejoramiento social.
Iremos a la «Casa
del Pueblo» a demostrar lo que somos, lo que
valemos y a donde vamos. A demostrar que no son
ni el odio ni la maldad, como nos atribuye la
gentuza reaccionaria, lo que anida en los pechos
de los trabajadores, sino el ansia de
mejoramiento moral y material, el deseo de una
más bien distribuida equidad y Justicia.
Y por eso, porque después de una negra noche de
ansiedades se presenta una mañana risueño y
lleno de esperanzas, es por lo que es grande,
inmensa la alegría de los trabajadores
concientes. Y esa alegría va unida a un deber de
gratitud que sentimos hacia el nombre de don
Juan March Ordinas.
Núm. 843, 4 de abril de 1918
casa del poble - 1918 EL OBRERO BALEAR - SFullana - 843.htm |