1919 –  Objecciones a los de enfrente / a propósito de la conferencia de Serra Moret

El sábado 15, a las 9 de la noche, el alcalde de Pineda, Sr. D. Manuel Serra Moret, socialista intelectual, venido expresamente de Barcelona, dio una conferencia en la Casa del Pueblo desarrollando el siguiente tema “El socialismo como doctrina humana”. Seguimos con atención todos sus conceptos, recogimos con el oído el timbre de su voz, y con la mirada seguíamos su ademán, todo, en relación, bondad que dejaba entrever un pesimismo respecto a la educación de las multitudes, para vivir en un comunismo de Estado, según creo que será el programa del socialismo autoritario gubernamental, del cual el apóstol Sr. Moret no se ocupó; sólo exponía la alta moral del partido dogmatizado, al presentar a Carlos Marx como único maestro e indiscutible sociólogo, procurando aunque de una manera débil ridiculizar a la filosofía lírica, según él, a la vieja y autópica escuela anarquista. En fin, un sacerdote estudioso, un orador místico. No tuvo un pensamiento para el gran economista autor de la biblia moderna “La conquista del pan”, Pedro Kropotkin, ni la merecida consideración al espíritu del anarquismo, Miguel Bakunin, que supo arrojar al fuego sus títulos académicos; que estuvo encerrado nueve años en los sótanos de la fortaleza de Pedro y Pablo y que paso entre los demás luchadores en la Siberia, una vida de dolor sin doblegarse jamás, que se fugó cruzando el desierto y escuchando el rugido de las fieras; aquel hombre que fue sentenciado a muerte por los representantes de la justicia histórica por distintas naciones: el pensamiento, su voluntad, todo su ser lo había ofrecido a sus ideales. ¿Porqué no se imitan esos ejemplos?

Porque seguramente será más cómodo ser concejal, alcalde o diputado; saborear una taza de moka aromático, y debatir la cuestión social en tertulia entre burgueses, o verse en el despacho rodeado de libros mientras en la calle se mueren de hambre.

Sois, pensadores fríos que no sentís. Lo confiáis todo al tiempo porque no tenéis alma, y a pesar de llamarnos líricos, os hacéis vuestra la realidad rusa. ¿No comprendéis que los sueños de hoy pueden ser realidades mañana? ¿No habéis leído las locuras de un Quijote, o los cálculos de Julio Verne? Y mejor que yo podéis saber que el que no sueña no tiene derecho al porvenir, y mientras que en la marcha progresiva de la evolución humana, vosotros os colocáis detrás de los republicanos para asaltar el poder, los anarquistas vivimos sujetos a vuestra tiranía, pero libre nuestro espíritu, atentos a la verdad científica, y fijos en la naturaleza, ha de ser imposible toda sugestión de la pluma o la palabra, por muy ilustre que sea el maestro convencional, a por hábil y cortés que sea la política empleada, jamás se anulará nuestra razón ni se castrarán nuestras energías.

El progreso es ilimitado; mi existencia no es ninguna utopía; la vida no es un lirismo: en cada rebelde hay una dignidad; el que se hace suyas las desgracias del prójimo no es un malvado.

¡Viva la Anarquía!

EL DUENDE ROJO

CULTURA OBRERA nº 15

22 de noviembre de 1919