1920 –  A LOS ALBAÑILES

Y A TODOS LOS OBREROS EN GENERAL

Es necesario, si no queréis ser otra vez aquellos esclavos de antaño, que abandonéis este indiferentismo en que os habéis colocado desde que el gremio está dividido en dos sociedades, esperando que venga “la unión”, esta unión tan pregonada por los que no la quieren; pues si la quisieran dimitirían de los puestos que ocupan en el Parlamento y en los Municipios, porque saben demasiado que ningún provecho han de resultar de la clase desheredada (ellos mismos lo han dicho). La unión estará hecha el día que acudáis todos al sindicato único, libre de prejuicios políticos y religiosos, esta unión, sí, la queremos y la deseamos, cual pueda desearla el más ferviente luchador por la emancipación del proletariado; pero la unión con los concejales y aspirantes, con los políticos trampistas, con los feudales de la C. del P. no la queremos, ni existirá nunca, en vano esperaréis, compañeros albañiles, tan descabellada pretensión.

Es hora ya que os despertéis del letargo en  que yacéis y que acudáis al sindicato único para que todos unidos podamos defendernos de la vil explotación de que somos víctimas y de la cruel tiranía a que nos someten nuestros infames victimarios. Somos hombres y como tal nos hemos de presentar a la defensa de nuestros derechos pisoteados.

Si así no lo hacemos, si nos presentamos como hombres castrados ¡pobres de nosotros! La miseria y la esclavitud será el blasón que podremos ostentar y legar a nuestros hijos.

Si así no lo hacemos, si nos presentamos como hombres castrados ¡pobre de nosotros! La miseria y la esclavitud será el blasón que podremos ostentar y legar a nuestros hijos. Seremos duramente anatomizados por ellos, cuando al ser hombres se den cuenta de la labor tan poco emancipadora que hemos realizado.

Levántate, masa inerte, y acude a engrosar las filas del ejército rojo del sindicalismo revolucionario y abandona, que ya es hora, la parsimonia de estos legalistas moderados que aún esperan arrancar, sin violencia, los privilegios de que goza la burguesía, que aún creen (o lo demuestran creerlo) transformar la sociedad presente dentro la legalidad. No y mil veces no; no cederá la burguesía empedernida sus plenitudes, sus privilegios y sus satisfacciones, sin violencia, será necesario que la echemos por la fuerza, obligándonos a luchar fuera de la ley, ilegalmente, puesto que la ley ampara y defiende la clase privilegiada, abandona y oprime la clase desheredada.

La burguesía explotadora y gobernante defenderá sus intereses con la vida, nosotros defenderemos los nuestros con la sangre; la burguesía apelará a todos los medios para someternos a la esclavitud, nosotros apelaremos a todos los recursos para libertarnos; la lucha entre amos y esclavos fue sangrienta, la lucha entre burgueses y asalariados será aterradora, violenta, tendremos que salir de la legalidad, nos obligarán a actuar fuera de la ley, no lo dudéis, y preparaos que la lucha se acerca.

Ya los sabéis, compañeros albañiles, si queréis prolongar los días de agonía y de esclavitud seguid indiferentes a la organización moderna, seguid con las adormideras; si queréis tener el paso libra para la vida, venid con nosotros a luchar, a conquistar mejoras parciales y prepararnos para la conquista de la Tierra y Libertad.

Jorge Aloy

CULTURA OBRERA nº 55

28 de agosto de 1920