1920 –  ¡Cuánta calumnia! Regional del ramo de Albañileria

Teníamos el propósito de no hacer caso de las felonías que pudieran emplear ciertos individuos para presentarnos como culpables ante los demás obreros de la división de los albañiles, porque por muchas verdades que digamos solo lo serán ante los conscientes y libres de los prejuicios políticos y estos, por desgracia, son pocos en esta Roqueta de la calma, de la miseria, del hambre, de la esclavitud y de la explotación, pues, “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira; todo es según el color del cristal con que se mira”, palabras del gran poeta, Calderón de la Barca.

Y ante estos obreros no importa aclarar, porque nos conocen, saben nuestra honradez y saben que somos incapaces de mentir y de luchar traidora y canallescamente; nuestra lucha es noble, frente a frente y cara a cara, sin felonías ignominiosas como las que han empleado los albañiles socialistas, zahiriendo nuestra honra personal, hasta el extremo de poder llevarlos al tribunal si no empleásemos las palabras del Profeta de Galilea “Perdonadlos que no saben lo que se hacen”.

Faltando, pues, al propósito que teníamos de no contestar a tanta infamia bochornosa, diremos dando por terminada tanta polémica embrutecedora, de semanarios que su misión es combatir a la burguesía y a los aspirantes a burgueses, a los gobiernos y a los aspirantes a gobernar, y no a los obreros mismos, que estudiéis quienes son los luchadores de combare y los de Salón y quienes son los que han defendido el gremio y quienes le querían hacer fracasar la última huelga, proponiendo y acordando en una reunión de directivas de la Casa del Pueblo, que se nos negara el apoyo moral y el material en castigo de no se qué faltas según él; éste es vuestro Jefe, el que por castigar a tres o cuatro quiere sacrificar a todo un gremio; ¿y no tenéis jefe decís y votáis lo que él os dice, negando por dos veces vuestra palabra y vuestra firma, y firmáis documentos llenos de cieno porque él os lo dice, sin meditar los embustes traidores que encierra?

¿Qué acuerdo del Congreso de la Casa del Pueblo han cumplido vuestros jefes? Ninguno. ¿Qué potencia puede tener un Sindicato, dándose de baja con calumnias, de la Confederación Nacional del Trabajo? Ninguna. ¿Se podrán tolerar tantos desmanes unidos a los alborotos que promovían las protestas de los socialistas contra el Regional, cuyas bajas en el número de socios eran numerosas?

¿Se puede convivir con elementos que nos hacen el blanco ante las autoridades, con elementos que prefieren la desorganización antes que la organización sindicalista?

¡Pobres de nosotros si llegabais a gobernar! Serían más crueles que la burguesía. Seguid, seguid, vuestra lucha encanallada contra nosotros que pronto cogeréis el fruto de vuestra obra.

Jorge Aloy, Antonio Salvà y Miguel Rigo

CULTURA OBRERA nº 33

27 de marzo de 1920