1922 –  LA NUEVA CASA DEL PUEBLO

Se hallan ya muy adelantados los trabajos de construcción de la nueva Casa del Pueblo, pues antes de fin de año es casi seguro que estará terminada por completo.

Varias veces hemos visitado en poco tiempo el futuro local social de la clase trabajadora palmesana y cada vez que hemos estado allí contemplando la magnificencia y capacidad de su salón teatro y de sus salas para reuniones, para Escuela, Café, Cooperativa, Secretarías de las Sociedades, etc., nos hemos sentido orgullosos de ser obreros apoderándose de nosotros la emoción y la alegría al ver que al fin tendrán los trabajadores una casa propia donde poder reunirse con comodidad y holgura para organizarse, instruirse y recrearse.

¡Y que casa, compañeros! Hay que verla para creerlo. Cuando uno entra allí dentro recibe la sensación de que visita un gran palacio. El buen gusto del arquitecto Sr. Forteza resalta en todo el edificio, tanto en su parte exterior como interior, ofreciendo un aspecto señorial que infunde veneración y respeto. Hay unas arcadas y unos corredores y sobre todo un pequeño patio que da en la segunda sala que hacen revivir el sentimiento arquitectónico mallorquín.

Y no decimos más porque nuestro objeto no es, ahora, hacer una descripción detallada de las condiciones que reúne el edificio, que esto lo reservamos para el día de la inauguración. Sólo hemos querido adelantar nuestra impresión para que nuestros lectores se formen una idea de su importancia.

Nuestro principal objetivo en este momento es llamar la atención de las Sociedades Obreras para que empiecen a tratar sobre el día y forma en que debe ser inaugurado, que a nuestro juicio precisa que se estudie con tiempo para que el acto revista la solemnidad de un gran acontecimiento. El día que la clase trabajadora tome oficialmente posesión de su Casa del Pueblo debe ser un día que quede grabado en la memoria y el corazón del proletariado palmesano, y para ello hay que organizar la fiesta, que fiesta debe ser, donde tenga expresión la alegría de los trabajadores.

El día que quizás fuese más apropiado es el 1º de Mayo, por ser la fiesta del Trabajo. Pero acuérdese el día que se acuerde creemos indispensable que para un acto de tanta trascendencia sean invitados dos propagandistas del continente de los mejores que tiene el proletariado español, que muy bien podrían ser, de no haber dificultades que se opusieran a ello, Indalecio Prieto y Fabra Ribas, o Besteiro, Ovejero, Teodomiro Menéndez, Saborit, etc., para lo cual deben hacerse cuanto antes las gestiones necesarias.

Además debemos estrenar nuestro hermoso teatro con una obra y una Compañía buenas. La obra podría ser “YO NO MATO” del camarada Vicente Lacambra, de Valencia, que tan ruidoso éxito está obteniendo, y seguramente conseguiríamos que viniera el autor a presenciarla. En fin, conviene que las Sociedades y la Federación Local piensen y estudien la manera de confeccionar un buen programa para el día de la inauguración.

Otro día volveremos a ocuparnos del asunto.

EL OBRERO BALEAR nº 1076

13 de octubre de 1922