1922 – ANTE EL CONGRESO EXTRAORDINARIO DE LA CASA DEL PUEBLO – ANTE EL EPÍLOGO COMUNISTA

A los albañiles

Camaradas: Fuera insigne cobardía el no exponeros mi opinión ante el próximo Congreso que intenta celebrar el Comité de la Casa del Pueblo, Congreso que tendrá todos los aspectos de verdadera catástrofe y de la cual quieren haceros coparticipes y como quiera que al prestarse a hacer de comparsa en este sainete grotesco, barajáis vuestra propia dignidad de obreros conscientes, es por lo que quiero haceros recordar algunos hechos, ocurridos en el seno de vuestro Sindicato y cuyos protagonistas son los mismos que ahora os pretenden llevar al citado Congreso, para que salgan con la suya.

Recordad, albañiles, aquellas memorables juntas en las que tratasteis la conducta de tres individuos llamados anarquistas y que con vuestro propio voto fueron declarados traidores al Sindicato y expulsados del mismo.

Recordad, compañeros, los montones de vilezas e injurias que estos tres individuos lanzaron contra vosotros y especialmente contra vuestro presidente, a quien en plena reunión del Sindicato le escuperon a la cara la vileza de vendido a March.

¡Recordad, albañiles, que a vosotros por el mero hecho de no seguirlos al burdel donde se cobijaron, os llamaron “manada de borregos”, “carnaza” y otros epítetos por el estilo.

Recordad que a vuestro propio presidente, estos anarquistas a altas horas de la noche le amenazaron de muerte.

Y por fin, contemplad como ahora al frente de vuestro Sindicato, pisoteando vuestra dignidad volvéis a tener a estos tres ácratas que tanto os insultaron, que tanto se mofaron de vuestro presidente cuya honra hicieron rodar de tugurio en tugurio y de burdel en burdel y vosotros fuisteis escarnecidos con lenguaje de taberna. Y lo más asombroso camaradas, es que es vuestro propio presidente quien ha vuelto  meteros la idea anarquista en vuestro Sindicato. Y ante este escandaloso CASO ÚNICO en el historial del obrerismo palmesano pregunto yo: ¿Podéis, vosotros albañiles, si tenéis dignidad colectiva, callar por más tiempo estos hechos?

Y vosotras, las Sucursales del Sindicato que fuisteis las que con más bríos y tesón defendisteis la dignidad del gremio, ¿podéis ahora colaborar de nuevo con los mismos que declarasteis traidores? ¡Tan pronto olvidáis las injurias y ofensas¡ No, yo creo que no, al fin hombres creo que saldréis por los fueros de vuestra dignidad colectiva maltrecha.

Pero es necesario que este grupo de albañiles que militan en nuestro partido salgan inmediatamente de la modorra en que yacen, no hay derecho a adoptar esta actitud de retraimiento que ya se hace ridículo, y que nuestro ideal nos prohíbe, vosotros más que yo sabéis que contamos con muchas simpatías en el gremio. Pues bien: hay que agitar a esta parte de opinión sana, y con vosotros al frente de ella dar la batalla definitiva a los sindicalistas.

¡Arriba pues, que no es tan grande el gigante anarquista que haya temor de que nos devoren. Basta un diminuto David para echarlo a rodar decapitado. Y lo más interesante es evitar que con vuestros votos prosperen, los mentecatos propósitos de la “peña” anarquista que vive en el seno del flamante Sindicato Único del Ramo de Madera y Anexos de Palma y sus Contornos.

Sebastián Ferretjans.

EL OBRERO BALEAR nº 1046

17 de marzo de 1922