No debemos abandonar la Casa del Pueblo

¡Qué mas quisieran los hombres del Partido Socialista Moderado que los sindicalistas y comunistas salieran de la Casa del Pueblo! ¡Con qué regocijo contemplarían la separación de aquellas entidades afectas a la Confederación General del Trabajo de España! ¡Qué más quisieran ellos que vivir en paz dentro su torre de marfil guarnecida de comodidades, sin que nadie les contradijera! ¡Con qué gusto desarrollarían su política pancista!

Cometeríamos un error formidable si abandonásemos la Casa del Pueblo a merced de la comparsa socialista.

Si bien hay entidades que no quieren tener el más mínimo contacto con estos elementos, también hay un artículo en la escritura de donación de la nueva Casa del Pueblo, el cual concede a las entidades obreras la más completa autonomía.

Y haciendo uso de esta autonomía que nos concede la escritura ¿no nos sería más conveniente formar un bloque dentro la Casa del Pueblo, todas aquellas entidades adheridas a la Confederación y al mismo tiempo estar en relación directa con la Federación Regional? ¿No seria más beneficioso para nuestros ideales y para la clase obrera, que la Federación Regional y el Ateneo Sindicalista, haciendo uso de los derechos que les concede la escritura, pasasen a residir dentro la Casa del Pueblo?

Esto deben meditar los camaradas que por su mente ha pasado la idea de abandonar la Casa del Pueblo.

Continuando dentro la Casa del Pueblo representaremos la oposición contra el reformismo. Seremos la pesadilla más terrible para los mangoneadores socialistas.

No debe preocuparnos que la dirección de la Federación Local esté en manos de los reconstructores. Sabemos de sobra hasta donde llega su capacidad. Así más pronto se convencerán los trabajadores de la ineptitud de los figurines decorativos del Partido Socialista-pancista.

EL REPORTERILLO

El Comunista Balear

Nº 14, 30 de marzo de 1922