INAUGURACIÓN DE LA CASA DEL PUEBLO – LA CASA DEL PUEBLO Y SU ORGANIZACIÓN – Sebastián Ferretjans La Casa El amigo Roca me pide unas cuartillas para el número extraordinario de EL OBRERO BALEAR, y me indica que haga la descripción de la Casa del Pueblo de dentro y fuera, es decir, del edificio y su organización. En cuanto al primer punto estoy casi por negarme a hacerlo, ¿cómo voy yo un insignificante electricista a describir el magnífico edificio? Pero a obedecer tocan y aunque en forma desaliñada vamos a intentarlo someramente. La Casa del Pueblo de Palma de Mallorca la considero la más espléndida de todas las que posee España. Y no es conato de regionalismo esta afirmación. Todos cuantos compañeros de la península han visitado la Casa han hecho semejante afirmación. Cordero, Ríos, Comaposada, etc., etc. Para la Dirección y Administración de edificio hay un Patronato compuesto de cinco miembros. Actualmente hay dos vacantes las otras las ocupan Lorenzo Bisbal, presidente; Vicente Torres, secretario y Miguel Rexech, vocal. Basta el ver el enorme trabajo que requiere el administrar un edifico como la Casa del Pueblo, para demostrar la inmensa labor que realizan estos tres compañeros sobre todo Bisbal quien una vez más y ‘va la milésima! ha puesto a prueba su voluntad de hierro, siguiendo su camino incansable pese a las más o menos veladas obstrucciones. Se da acceso al edificio por tres grandes y hermosas entradas, dos de las cuales dan en el mismo vestíbulo, de forma redonda, en cuyo centro pende artística lámpara de gusto griego. Al traspasar el vestíbulo el visitante se encuentra a mano izquierda con las habitaciones del Conserje de la Casa, y a la derecha con el ancho y confortable Café amueblado modestamente, en la misma planta baja están siete Secretarías, y los locales del Patronado, Escuela y Cooperativa. Luego por ancha y hermosa escalera se sube al piso desde el cual el visitante puede admirar la artística lumbrera de gusto gótico por la que penetra abundante luz. En este piso están otras siete Secretarias, Salón de lectura, espléndido de luz y con su buena Biblioteca, la secretaría de la Agrupación Socialista amueblada con gusto, la de la Federación Local y dos grandes salones de reuniones. Por último lugar dejamos la visita del soberbio Teatro, éste es magnífico distribuido aún más magníficamente, sobre todo el patio de butacas es soberbio, en ella están colocadas 450 confortables butacas, arriba está la galería con su fila de sillones, anfiteatros y detrás ancha gradería. El escenario no decae en nada ni en gusto ni en dimensiones del salón, reúne todas las condiciones de seguridad y sanidad. Hay tres camerinos para los artistas y el día de la inauguración se estrenaran cinco magníficas decoraciones obra del pincel de Antonio Arrom, el telón también es una joya de arte. En cuanto a luz ya no se puede pedir más, es espléndida, deslumbrante. Además en toda la Casa hay seis higiénicos mingitorios, un patio y otras dependencias. ¿Es esto lo que me pedía el amigo Roca? Pues si es así, ya esta servido, puede que éste relato esté huérfano de sonoridades artísticas, pero se ajusta a la realidad sin exageraciones. La clase trabajadora de Palma hoy por hoy posee la mejor Casa del Pueblo de España y bien orgullosa de ello puede estar. Esta afirmación basta para demostrar las cualidades que reúne el edificio donado voluntariamente por D. Juan March y Ordinas y cuyo coste se evalúa en cerca de 500.000 pesetas. Su organización En cuanto a este punto es más fácil cumplir el cometido. Por un trabajador que lleve un par de años en el seno de la organización no le es difícil hablar un poco de ella. Yo considero que la organización obrera de Palma ha sido desgraciadísima. No se ha librado de los traidores, de los débiles de espíritu, de los falsos “Readers”, de los furibundos revolucionarios, de los espirituales ácratas. Por culpa de unos y de otros la Casa del Pueblo batalló en múltiples ocasiones y en las que por desigualdad de fuerzas salió quebrantada. Pero a pesar de todo esto y merced al constante esfuerzo de un grupo de camaradas conscientes de sus actos la Casa del Pueblo no naufragó. Esta existe y aunque débil, poco a poco, pasado el embate del temporal, barridos los comunistas y anarqueros la clase trabajadora va encauzándose por el camino que en un momento de debilidad abandonó, para seguir a los que les ofrecía el espejuelo de una pronta revolución. Esto unido al descr´dito de que goza la clericalla cuya insignificancia de su organización pseudo-obrera es bien notoria, hace que el poderío de la Casa del Pueblo vaya renaciendo. Actualmente su organización se compone de la siguientes fuerzas: Organizaciones de Resistencia Afiliados “El Trabajo, Sociedad de Albañiles ………. 100 “La Igualdad, Sociedad de Zapateros ……... 70 “El Progreso, Sociedad de Sombrereros ….. . 35 “Desarrollo y Arte” Sociedad de Obreros en Madera 45 “Unión Tipográfica Balear” 40 “El Progreso!, Sociedad de Gasistas y similares 97 Sociedad de Profesiones y Oficios Varios 52 “El 1º de Mayo” Sociedad de Panaderos 45 “Unión de Aserradores” 52 “Unión de Cordeleros” 105 “Unión de Curtidores” 170 “Unión Cerillera” 200 Suman 1.011 Otras organizaciones Agrupación Socialista 35 Cooperativa Obrera 20 “Salud y Cultura”, Sociedad Artística 45 Grupo Pro-OBRERO BALEAR 40 Suman 185 TOTAL 1.196 Esta es actualmente la organización de la Casa del Pueblo. La reciente constitución de las Sociedades de Oficios Varios y Salud y Cultura nos demuestra que aquella va marchando en forma ascendente. Otras entidades merced a constantes propagandas ven aumentar sensiblemente sus cuadros numéricos, entre ellas se destaca ka Unión Cerillera cuyos componentes en su casi totalidad son mujeres, pero mujeres con amplia visión de los beneficios que reporta el estar asociados. La Unión de Curtidores es también digna de mención, cuando ya se debatía en los estertores de la agonía, un grupo de entusiastas jóvenes emprendieron la tarea de arrancarla de la muerte, y a fe que lo han conseguido con creces, los compañeros Bosch, Frau, Roca, Seguí y Moll, pueden estar orgullosos de haber conseguido que cerca de doscientos curtidores se agrupen en la Sociedad. ¡Así se trabaja camaradas. Otra Sociedad que sube es la de Oficios Varios con un par de semanas de actuar son ya más de medio centenar sus afiliados, entre ellos abundan los metalúrgicos y los hay tan significados como los compañeros, Ribes, Galiana y otros en cuyo entusiasmo ciframos la esperanza de que en breve volverá a resurgir la formidable Sociedad “La Metalúrgica” cuyos triunfos que alcanzó no se borrarán nunca de nuestra memoria. Somos pues optimistas en cuanto al porvenir de la Casa del Pueblo. Unidos todos los trabajadores de Mallorca con los del resto de España, compenetrados con la Internacional Sindical de Amsterdam que es l cuna de la gran familia universal, el porvenir es nuestro. El pendón de la libertad que aparecía devastado por el ciclón reaccionario que azotaba al mundo ha sido recogido vigorosamente por Inglaterra, quien aplastando al conservadurismo, se yergue victoriosa empuñando la antorcha de la democracia, con cuyos resplandores se ilumina el camino de la emancipación proletaria. Francia ni corta ni perezosa se apresta a derribar el bloque de Poincaré, la próximas elecciones de diputados será un triunfo clamoroso de las izquierdas. Estamos, pues, en vísperas de grandes conmociones y es necesario que la clase trabajadora de Palma se sacuda la desidia de que está apoderada y sacando fuerzas de flaquezas se aliste en la Casa del Pueblo y con el mismo ardor y entusiasmo de aquellos años de intensa lucha se disponga a resistir estas conmoaciones. Porque no hay derecho de que los obreros de Palma, poseyendo una Casa del Pueblo como la que poseen esté apartada de todo contacto con todo lo que se relaciones a la vida social. ¡Acudid pues trabajadores a alistaros en el magnífico palacio obrero! ¿Qué este año que empezamos tan brillantemente con la inauguración de la Casa del Pueblo, a su final tengamos ocasión de hacer un magnífico resumen lleno de victorias y entusiasmo. Que a ello gustoso me brindaría Sebastián Ferretjans Palma 19 de Enero de 1924 EL OBRERO BALEAR nº 1136 18 de enero de 1924
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