Gloriosa jornada

 

Los eternos enemigos del proletariado no pueden ocultar su impotencia ante la huelga general del 18 de Diciembre en toda España. Tranquilos demuestran estar, pero “la procesión” va por dentro, y aunque exterioricen su satisfacción, según su modo de discurrir, al vez que no ha pasado nada formalmente grave, es lo cierto que durante las veinticuatro horas de huelga el temor no los dejó un instante, llevándolos a refinar sus medidas extremas de previsión …, a rebasar los límites del sentido común.

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Más el problema societario queda en pie, y con mayor pujanza lleváronse a cabo los acuerdos formidables de la Unión General de Trabajadores y de la Confederación Nacional del Trabajo. No se molesten, pues, los acérrimos defensores de la plutocracia desprestigiando ese movimiento obrero que España entera acaba de admirar.

 

Si para dar satisfacción cumplida a la burguesía autómata llegan al extremo de simular que desconocen el terreno que pisan, diz que a su lado el bobo de Coria resulta una personalidad sublime ….

 

¡Basta ya de farsas, señores gobernantes! Y reconoced y declarad francamente que la sociedad moderna española corre a impulsos de una corriente reivindicadora, pura de toda intención menguada, para llegar al concierto de la paz rotundamente europea.

 

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La huelga del 18 ha sido solemne, espiritual. Una acumulación ordenada ha sido de energías de todo un pueblo que harto sufrió los desaciertos y desórdenes del Poder público … El camino está trazado. Sólo falta el colofón, que lo mismo puede ser el que afluya de una recta y regeneradora armonía entre gobernantes y gobernados, que aquel que se derive de las “resoluciones extremas” a que está dispuesto a acudir, en último término, toda la España proletaria que reclama íntegro el respeto a su valiosísima condición.

 

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Por de pronto, y a despecho de los caciques máximos, felicitémonos de la gloriosa jornada del día 18 de Diciembre de 1916. Si la regeneradora armonía no surge y los secretos de la diosa Cábala surten su efecto, séame permitido aceptar el horóscopo que a continuación señalo, transportando a mis lectores a un ensueño de tonalidades meridianas, del cual habrá de surgir la realidad, la medida exacta de nuestros febriles anhelos.

 

El año 1916 lo descompongo en sus primeras y sus dos segundas cifras,

 

Las primeras son 1+9=10.

 

Diez son las letras que se compone la palabra REVOLUCIÓN.

 

Las segundas cifras de 1916 son 1+6=7. Número igual al de las letras de esta palabra: TRIUNFO.

 

Suménse los guarismos que componen la fecha de 1916 y nos darán este resultado: 1+9+1+6=17, número igual al que terminan las últimas cifras del próximo año 1917, fecha en la cual, si los secretos de la diosa Cábala responden, España se habrá salvado; habrá barrido toda la repugnante escoria de un Régimen caduco y topo.

 

Pedro Rosselló Orfila.

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 778, 30 de diciembre de 1916

CRISIS DE SUBSISTÈNCIES