Las huelgas

 

A la hora en que escribimos estas líneas continúan en pie las huelgas de metalúrgicos y albañiles, si bien están las dos en período de negociaciones con la clase patronal para ver de hallar una solución satisfactoria.

 

Por nuestra parte quisiéramos se hallara la fórmula apetecida a fin de que pronto se reanudara el trabajo en bien de todos.

 

Los conflictos obreros a que estamos abocados en Palma desde hace algún tiempo son hijos de un hondo e inaguantable malestar que existe en la clase trabajadora.

 

Al razonamiento de que estas huelgas son inoportunas porque hay crisis de trabajo y los materiales de construcción están caros, se puede contestar que los trabajadores tienen derecho a vivir y a que se les reconozca un mayor valor puesto que el coste de su vida es también más caro.

 

¿Por qué los patronos se avienen tan fácilmente a pagar los aumentos sobre las primeras materias del trabajo y en cambio se niegan y se rebelan a aumentar el valor de la materia viva del obrero que es la más importante y necesaria? ¿Es que no merecen igual consideración por lo menos un trabajador que un lingote de hierro? ¿Por qué no se considera al obreros hijo de las circunstancias como las demás mercancías?

 

Por otra causa ha surgido las huelgas que hoy existen en Palma, porque al obrero se le mira con más consideración que a cualquier otra materia útil para el trabajo, por qué la oferta de brazos es mayor que la demanda.

 

Más como los trabajadores son elemento vivo y orgánico que necesita nutrirse para poder subsistir y trabajar, la falta de medios de nutrición les obliga a pedir mejoras en el salario.

 

Si así lo comprendieran los patronos facilitarían esos medios y se evitarían conflictos tanto más peligrosos cuanto más hijas son del hambre y el desespero.

 

EL OBRERO BALEAR

Núm. 838, 1 de marzo de 1918

 CRISIS DE SUBSISTÈNCIES