No queremos
aventuras bélicas
El gobierno de
Canalejas al
igual que el de
Maura, proyecta si ya no tiene ultimado, la resolución de empezar
de nuevo la triste y calamitosa aventura guerrera en el Imperio
magrebino.
Prueba de ello
creo yo, y la mayor opinión nacional, es lo que el general Aznar
proyecta; y otra prueba también muy convincente son las conferencias
que el Mokri hace con el ministro de Estado; y deduciendo de ello que
se rompieran las tales entrevistas, causa de ello la indemnización que
nuestro gobierno pide por gastos de guerra al sultán Muley Haffit,
hele aquí que las kábilas hostiles a nosotros, sabedoras de la ruptura
de negociaciones, ármanse de valor independiente, y a la primera
provocación de parte nuestra, viene lo que el pasado año tuvimos;
desolación en los corazones, tristeza en las caras, miseria en la
nación.
Ya no es tan
solo Maura que
a la faz del mundo encauza sus pasos hacia el suelo africano: ya no es
el político odioso, que por relajación de una pequeña parte de la
burguesía manda a los Barrancos del Lobo a la nación, sino que el
demócrata de la monarquía el más radical de los monárquicos,
aconsejado o no, intenta mandar dentro plazo breve, a otro Barranco
mortífero, a la nación española.
¡Ah! Señor
Canalejas,
esta vez saldrán defraudados sus instintos, porque ahora es muy
diferente de la anterior aventura, puesto que habrá la huéspeda que
habrase vuelto huésped, pues será el pueblo que levantándose en un
acto viril, se opondrá con su fuerza arrolladora a que otra vez los
reservistas tengan que ir a derramar su sangre por dar provecho a una
plutocracia.
Se demuestra
plenamente que el pueblo no quiere aventuras bélicas, pues ¿por qué
los gobiernos nos quieren llevar a conquistar cosas que a nosotros nos
importa un pito? ¿es por ganar riquezas que luego habremos de dar a
plutócratas y extranjeros? ¡Ah! Sr.
Canalejas,
esto es una barbaridad, y como tal, el pueblo que es el que paga en
dinero y en sangre, se opondrá.
El pueblo no quiere ni puede querer aventuras bélicas como la del año
pasado, si el Presidente de Ministros va a ella, nosotros nos podremos
valerosamente.- J.
EL OBRERO BALEAR
Núm. 451,
22 de octubre de 1910
fideus/
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