La guerra de Marruecos
Cada día se ve
con más claridad que el propósito de nuestros gobiernos es ira a la
conquista de Marruecos; y por si acaso cupiera duda, las declaraciones
hechas por el general Alfau ponen en evidencia la marcada intención de
nuestros mandarines sobre el asunto enojoso que tanto nos preocupa.
Según versiones
de dicho general, los pacomios de la novillería repotil han sacado de
quicio al Gobernador Militar con la publicación de planos y
movimientos. Tanto es así, que por dar la noticia que nuestras tropas
ocupaban lMonte Negrón, han motivado el retraso del avance a Tetuán, y
con este motivo, Alfau se ha dirigido al Gobierno para que este
influya en los directores de prensa, para que retiren de allí a sus
voriferantes noticieros.
Este aserto lo
confirma la actitud de la prensa, parte de ella, en estos días, que
cambiando de golpe y porrazo, con pretexto de derechos históricos, y
otras bagatelas como el acta de Algeciras, tratados secretos entre
Francia y España y cosas por el estilo, hace desde sus columnas
campaña muy contradictoria a la conducta que observó cuando la guerra
funesta con los Estados Unidos.
Otro de los
hechos que corroboran la cuestión de la guerra, son las prácticas
militares que se hacen con los quintos, a los cuales se les hacen dar
caminatas y ejercitarse con el tiro como si fuesen veteranos.
Estas
revelaciones dejan traslucir las intenciones del Gobierno, no dando
lugar a duda a pesar de las afirmaciones del Presidente del Consejo de
Ministros en contrario.
El que el Jefe
del Gobierno haya influido en parte de la prensa para que se ponga a
su lado, no debe cabernos el menor recelo, pues su cambio tan radical
no puede obedecer sino a órdenes superiores; pues al fin y al cabo,
los periodistas de la burguesía son asalariados y de aquellos que aún
comulgan con la lucha de clases.
Desembarco de
tropas en Larache, avance a Tetuán habiendo llegado ya hasta
Alcazarquivir, y todo con los hijos del pueblo. Es decir, con los
descamisados; pues los pituistas burguesitos están bien en las
Universidades tan tranquilos, no les asusta que mueran centenares de
hombres en los barrancos del Lobo; no protestarán por la
guerra, no hay miedo, si acaso se manifiestan será cuando pidan
vacaciones que es su comida favorita; a ellos las cuestiones guerreras
no les causa impresión,. únicamente se felicitan con gritar ¡viva
España! ‘viva la Patria! …
Los socialistas
debemos, a todo trance, emprender una viva campaña contra la guerra,
bien con los elementos que simpaticen con nuestras ideas, bien con
aquellos que se muestren adversarios a toda acción tomada en Marruecos;
pues sabido es que sucederá como en la guerra de Cuba y Filipinas,
que, después que se quedaron allí buena parte de nuestros hermanos,
después que sufrieron despedazados en los hospitales, la pobre madre
que tuvo la suerte de abrazar a su hijo, ¡bien puedo decirse que a la
alegría del momento le siguió un terrible desconsuelo! ¡Su hijo no era
conocido, era una sombra de lo que debiera ser; no venía útil para el
trabajo. En una palabra, las madres pobres, que no tienen seis mil
reales, no quieren guerra, y nosotros, con ellas, protestamos, no
tan solo de la guerra, sino de todo lo que sea hacer daño a nuestros
semejantes.
EL OBRERO BALEAR
Núm.
485, 1 de julio de 1911
Veure :
Guerra del
Marroc
fideus/
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