Un año de liberalismo y democraciaAl mágico conjuro de los amantes de la libertad de allende el Pirineo y de los partidos liberales españoles, debió su caída al coloso mallorquín, el nunca bien ponderado César de, despotismo, el hombre funesto que ensangrentó la patria entera esparciendo por doquier la cizaña del mal con su continuada política del favoritismo personal en perjuicio del débil, del mísero obrero que falto de pan no podía, ni tenía alientos para protestarde tanta ignomínia, que sobre él pesaba. Más pasó lo de Melilla, arrebatados que fueron sus hijos del hogar para empuñar el arma en defensa de la integridad de la patria, ¡no! en beneficio de unos cuantos explotadores dueños de unas riquísimas minas en el continente africano Barcelona, la provincia de Cataluña protestó virilmente de tanto arrebato; y vino la semana roja, la semana que glorificó una vez más a los invictos catalanes; después la represión, que acabó con lavida de unos cuantos honrados e inocentes ciudadanos; glorificando al mismo tiempo la humilde y respetable persona del maestro Ferrer, precursor de una España nueva, libre y feliz. Muerto Ferrer, la clerigalla nacional no cabía de júbilo; hasta hubo quien veía próximo el restablecimiento del Tribunal del Santo Oficio; la avalancha del oscurantismo amenazaba de muerte toda esperanza de libertad y de ciudadanía. Así lo comprendieron nuestros hermanos del extranjero, que unidos cual mágico conjuro con los partidos avanzados de España (liberales, republicanos y socialistas), opusiéronse gallardamente a que continuara por más tiempo en el poder el político soberbio que tan inicuamente nos perseguía a nosotros los hijos del trabajo que de no ponerle coto a su frenética ceguedad hubiera acabado haciendo desaparecer del mapa Mundi nuestra nacionalidad, el nombre de nuestra patria, España. El primer golpe cedió la columna donde alzábase orgulloso el espanta pñajaros conservador, manejado hábilmente por manos ultramontanas. Moret, caudillo liberal encargóse de la formación del primer ministerio liberal; el país esperaba algo de él a causa de sus continuadas promesas de defenda de la libertad atropellada, pero por desgracia no le vimos hacer nada, a excepción de una pequeña R.O. autorizando la reapertura de ciertas escuelas laicas que al cerrarse tenían tanto de laicismo como Francisco Ferrer de participe e los sucesos de Julio, por los cuales fue fusilado; y con la promesa en los labios y bastantes simpatías en el país (que no recordaba que a la debilidad del Sr. Moret se debe la Ley de Jurisdicciones) tuvo que abandonar el poder más que de prisa, debido a ciertas intrigas fraguadas en la sombra, por ciertos liberales y el propio Sr. Maura enemigo declarado del partido liberal encarnado en el poderpor el señor Moret. Vencido por su debilidad política D. Segismundo, sucedióle el caudillo de la democracia D. José Canalejas, siendo recibido con lisongeros aplausos por el Sr, Maura y demás comparsa conservadora que veñian en la democracia de D. José la salvadora pantalla no tan solo apra detenerel avance de la Conjunción Republicano – Socialista, sinó el arma destructora para hacer desorientar a las masas que se agrupan bajo las banderas de los ejércitos de la Libertad y de la República. Casi, casi, del brazo iban demócratas y conservadores, cuando se convocó al pueblo a elecciones legislativas, otorgando estas el triunfo a unos 50 candidatos de la Conjunción. ¡Oh! que sarcasmo. ¡España! su España, se declaraba por la República. ¡No! eso no podía ni debía ser, había que arrebatarles algunas actas. ¿Y cómo? Embrollando documentos y anulando la elección en varios distritos. Así fue, en efecto, unos cuantos republicanos fueron despojados del acta que tan dignamente había recibido del pueblo; con esas 8 o 10 actas tan pérfidamenteescomoteadas y entregadas al Sr. Maura aliado de D. José, los conservadores estaban satisfechos, habían conseguido la primera victoria sobre la democracia del Sr. Canalejas, con ello quisieron demostrar al país que eran ellos los que gobernaban aún, por más que el jefe demócrata proclamara una y mil veces que su gobierno no abandonaba ni uno solo de los proyectos que llevaba como trofeo de guerra en la oposición en favor del obrero y contra la preponderancia clerical. Bastantes meses han pasado ya, el Sr. Canalejas cual fonógrafo nacional nos repite cada día lo mismo, el partido demócrata llevará a la práctica proyectos tan radicales, que hasta los mismos republicanos no se atreverían a implantarlos. Un año ha que nos gobierna la democracia liberal. ¿Y qué ha hecho? Nada ... ¡No! A costa de sudores ha llevado a puerto la llamada Ley del Candado pero tan completamente transformada que hasta el mismo Canalejas ha dudado si efectivamente era el proyecto que el forjó quizás en momentos de arrebato oratorio, o si habia sido víctima del tan conocido timo de los perdigones; porque a decir verdad, la barrera infranqueable no se vé por ninguna parte, pero en cambio vése a merced de libero airecillo levantarse a una especie de espanta pájaros ante el cual el elemento ultramontano celebra con estrepitosas carcajadas y espléndidos banquetes, la flexibilidad de la ya célebre y cacareada Ley del Candado. Durante esa misma etapa que han dado en llamar democrática y que aún continúa, hase denunciado innumerables de veces a la Prensa avanzada, suspendido mitines y procesado a bastantes oradores radicales por estralimitarse en los conceptos vertidos; el conflicto de las huelgas da una completa y clara idea de como se practica la democracia, encarcelando la Junta de huelñga de metalúrgicos de Barcelona por delitos que no cometieron; en Sabadell, a más de haber hecho cerrar el local de la Federación Obrera, fueron atropellados y heridos bastantes ciudadanois; a que hablar de Palma, donde se proceso a la Junta de hueloga, habiéndose atropellados a pacíficos obreros, siendo cacheados a la menor sospecha; en Jérez, cerrado y lacrado el Centro Obrero a más de ser presos tres compañeros de trabajo, etc, etc. A qué decir más, si en dos palabras está dicho todo: ¡Predicar no es dar trigo! Decíamos ayer y repetimos hoy. Con un año de vida y una página tan brillante, pide el Sr. Canalejas al país un poco de tregua, para emprender él solo, el áspero camino que ha de conducirle sin ningçun tropiezo a la tan soñada Ley de Asociaciones. Cesad de combatirme vosotros republicanos y socialistas y continuaré soñando un poco más con el tantas veces suspirado proyecto de Ley de Asociaciones. Cesad de combaturme ha vuelto a repetir y soñemos; mientras pasará volando la discusión del proceso Ferrer y los conservadores cobrarán con ello más bríos para volver a dirigir la maltrecha nava. ¡Soñemos! ... mientras la clerigalla entona cantos de triunfo creyéndose nuevamente en vísperas de la implantación de lo que ellos llaman Tribunal del Santo Oficio. ¡Soñermos! ... mientras centenares de vapores parten de nuestros puertos abarrotados de ciudadanos españoles que emigran forzosamente al Nuevo Mundo, para no ser víctimas del hambre, esperando la tan pregonada felicidad que nos prometió el Sr. Canalejas para allá el año 50 y tantos. A. R. C. Núm. 468, 4 de marzo de 1911
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