Todos contra una ley Moret, el que tildándose furibundo liberal dictó en uno de sus momentos de suprema debilidad política, una Ley afrentosa para España verdaderamente liberal; no debió merecer los honores de dirigir otra vez las riendas del poder. El país, o mejor dicho, la mayoría de los españoles no recordaban que ese hombre era el creador de una monstruosidad convertida en Ley, atentatoria a la libertad ciudadana, a cuya sombra habíase llegado a convertirla en abuso continuo, la cual se adaptaba a gusto del cualquier funcionario público, porque lo que no era denunciable en Madrid lo era en Gerona, Jaén, etc., lo mismo que los conceptos vertidos en los mitines de Cataluña por ejemplo, no eran permitidos en Madrid y demás provincias, y así sucesivamente; con estos procedimientos casi inquisitoriales, las cárceles se llenaban de honrados ciudadanos, por el sólo hecho de hacer uso del espíritu de crítica a que tiene derecho todo hombre libre, a no ser que el Sr. Moret forjase en su mente a raíz de su discusión, el retrotraernos a los pasados tiempos de la inícua esclavitud. Soñó y soñó despierto D. Segis; aquellos tiempos son para no volver más, y si salió con su empeño en aquellos días, hoy que van transcurridos algunos años de la fecha de su aprobación, los que aún sienten algún amor a la libertad ciudadana, apréstanse a combatirla briosamente, no como la combatió aquel conglomerado político que se llamó Solidaridad Catalana dirigido en sus últimos tiempos por el vanidoso Cambó. Basta ya de privaciones y de encarcelamientos, han dicho los Juventudes Socialistas de España; el eco e su voz potente y juvenil, repercutido por todos los confines de la nación Hispana, los socialistas y republicanos han respondido caballerosamente al llamamiento, empezando una intensa campaña de agitación y propaganda en pro de la derogación de la vergonzosa Ley de Jurisdicciones; adhiriéndose con ello al grandioso movimiento de protesta nacional contra Ley tan abominable. Hasta en la prensa militar véase de tarde en tarde algún que otro artículo contra ese horrible engrendro del Sr. Moret, tan avanzado .. tan liberal … Hay que luchar briosamente, sin perder ni un solo momento, sin escuchar las fáciles promesas que es seguro hará el Sr. Canalejas para entibiar la campaña y dar tiempo al tiempo. Nada de eso. Solo puede obligar al cese el ver derribada cual columna de Vêndome a la susodicha Ley; lo cual nos dará nuevamente el título de ciudadanos libres que nos osó arrebatar aquél tantas veces fracasado político que con la máscara de la libertad la traicionó pérfidamente. A.R.G.. Núm. 469, 11 de marzo de 1911
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