Contra la Ley de Jurisdicciones

Organizado por la Agrupación y Juventud Socialista de esta Ciudad, el pasado domingo 26 diose un mitin en el Casino de Unión Republicana de Palma, para protestar de la inicua ley de Jurisdicciones, y al mismo tiempo pedir la pronta aprobación de la ye que prohíbe el trabajo nocturno de la mujer, concurriendo y adhiriéndose a él, la Federación de Sociedades Obreras, el Partido Republicano y Juventud Radical de esta Capital.

A las 11 dio principio el acto el compañero Francisco Roca como presidente de la Agrupación Socialista, manifiesta el motivo de celebrar dicho mitin, que para pedir la pronta derogación de una ley  que afrenta al pueblo español y también pedir la aprobación inmediata en el Senado del proyecto de ley que prohíbe el trabajo nocturno de la mujer y recordando a los que seguirán en el uso de la palabra, mesura para no caer bajo las garras de la inquisitorial ley de Jurisdicciones, pues considerando que no hay otra igual en todo el mundo civilizado, los hombres libres y que aman la democracia, venimos hoy, dice, a protestar de tan nefasta como injusta ley de Jurisdicciones.

Seguidamente el compañero Emilio Balaguer, de la Juventud Socialista hace uso de la palabra, manifestando a los asistentes que en el Congreso se ha aprobado una ley que prohíbe el trabajo nocturno de la mujer y de la infancia, pero no el Senado, la cual duerme el sueño del descanso, y esto se comprende bien –dice- porque allí está representada la sociedad parasitaria; extendiéndose en este asunto el cual parodiándola con la ley de Jurisdicciones hace comprender al auditorio, que mientras una está durmiendo, la otra la aplican sin miramientos, haciendo todo lo posible para que no se derogue, pues sirve para que no sean censurados en sus chanchullos.

Al terminar su peroración suenan aplausos.

El compañero Frau (E) de la Juventud Socialista, se levanta para leer las cuartillas que siguen:

“Ciudadanos: El mitin que ahora celebramos, no es por propagar ideales de ninguna clase; no es propagar doctrinas socialistas ni tampoco doctrinas republicanas, solo este acto se celebra para que todos los amantes del Progreso; todos los amantes de la civilización, del altruismo de nuestra nación, junten sus voces para que en magno concierto coral, vayan a herir los oídos del gobierno de España, pidiéndole la pronta derogación de una infamante ley.

No es por hacer política para llevar representantes a los Centros del Estado, en los que se agrupan los representantes del pueblo como son: los Ayuntamientos, Diputaciones Provinciales, Congreso; es por llevar a los estrados del Estado, las voces mil que en este día, ya de antemano determinado se juntan para hacer prevalecer el derecho del ciudadano que quiere emitir el pensamiento, el cual fue hollado por un gobierno restringidor del libre albedrío de su pueblo.

El acto que hoy estamos celebrando, compañeros, es por derogar de allí donde se sienta, no un gobierno, no un Estado, no una institución, es por derrumbar del solio en que descansa un articulado hecho ley, baldón de ignominia para el honrado pueblo español.

La ley de Jurisdicciones ese absurdo jurídico ha de desaparecer, A de desaparecer de las leyes condenatorias. Y, por eso compañeros, hoy venimos los que anhelamos prosperidad para España, a hacer profesión de nuestro altruismo, de querer ser cultos, de ser europeos, y por eso venimos aquí, a la tribuna, para deciros que como os rebelan los malos actos, hagáis remover los átomos que hoy se agitan en toda España y se engrandezcan con uno más que sois vosotros, y que todos juntos, cual uno solo, vayan a pedir la pronta derogación de la ley de Jurisdicciones, por inmoral e inhumana.

Y digo inmoral e inhumana porque yo al igual que todo aquel que se precia de tal, encuentro grandemente de esa forma ha todo aquel que, por hacer prevalecer un derecho se vale de la fuerza suministrada por un determinado número de personas, y con ese derecho labra, elabora un objeto, un privilegio para que sirva de látigo tirano y herir a los mismos que le han dado el derecho de esa fuerza.

Y la ley de Jurisdicciones es ese látigo tirano; es ese privilegio de unos cuantos que sirve para atormentar y tener cohibidos en sus ideas, en su pensamiento a todo un pueblo; y ese determinado número de personas, es el pueblo, sois vosotros, compañeros, vosotros que dais con vuestra confianza, con vuestro voto a un hombre, el derecho de mandar sobre vosotros mismos, y con el cual, con ese derecho se vale el hombre para después de tener la confianza, fabricar una ley para teneros, aunque no le deis vuestro voto ni vuestra confianza, sujetos a sus caprichos transformados en leyes por el que le encumbrasteis y le disteis un poder, una fuerza tan grande, tan poderosa, como es la que da el tener que regir los destinos de una nación.

Y esta es la ley de Jurisdicciones, esta es la fuerza, el privilegio tan poderoso, tan grande que al solo mandato suyo, obedecen ciegamente sus ejecutantes aunque sus ejecutados sean inocentes, no sean delincuentes, que su delito haya sido tan solo el mencionar indirectamente, y   nótese bien ésta palabra, indirectamente a un organismo, a una persona, a una institución determinada.

Pues esto es la ley de Jurisdicciones, poder por medio de dicha ley, encarcelar a mansalva; poder condenar a simples protagonistas de una comedia social, siendo los que de esa ley se sirven una de las partes protagonistas ¡Es monstruoso, monstruosos compañeros, y además injusto, innoble y antinatural.

Pues ese hombre que engendró tal enormidad jurídica; que concibió en su volcánica cabeza tal vesania, ha existido y aún existe; y ese pueblo existe, y ese objeto, ese privilegio que concede a unos pocos un derecho inicuo, pues el de sin delinquir hacer un delincuente, existe. ¿Y que concepto, toda vez que sabemos que estas tres cosas existen, hemos de formar de ellas?

Del hombre compañeros, que valido de una fuerza de un derecho que no era el suyo, labra por un fútil pretexto un látigo cruel para atormentar al que le encumbró ¿qué concepto hemos de formar?

Y del pueblo que consiente tal cosa, que consiente no tan solo su elaboración, sino su manejamiento por espacio de cinco años, también ¿qué conceptos le hemos de formar?

Y del privilegio, de ese objeto con el cual un determinado número de personas pueden por su capricho, de uno que no ha delinquido hacer un delincuente y tenerlo encerrado por especio de años y años en una prisión, y si el caso viene, tener potestad bastante para decapitarlo como ocurrió al maestro Ferrer ¿qué concepto hemos de formar de estas tres cosas?

Del hombre que tal cosa hace, el concepto que se le ha de formar a de ser el de un tirano que teniendo mucha fuerza aún quiere tener más, de cruel, de regresivo en los tiempos más crueles del feudalismo, y formar de un hombre un concepto de esta clase, para los que quieren y aman la libertad, es demostrarle el desprecio, el encono que el pueblo siente hacia el hombre que labro tal objeto, tal privilegio.

Y del pueblo, ¿qué concepto se le ha de formar consintiendo, como consiente, tal bofetón, tal salivazo a su dignidad? Que no es viril; que no tiene vitalidad destructora para lo malo; que no tiene conciencia de lo que es; que es un ignorante, y formar de un pueblo tal concepto es despreciarle; y esto han hecho, y esto hacen, y esto harán los pueblos cultos, si no derogamos ley tan afrentosa como es la de Jurisdicciones.

¿Y del privilegio, compañeros, de ese objeto que medra el poder de todo ciudadano?¡Ha! de eso hemos de formar el concepto más monstruoso que se piense. No hemos de formar el concepto de que es una monstruosidad sin límites, por cuanto prohíbe, veda, entorpece, cohíbe, aprisiona, estanca, lo más santo, lo más noble, lo más altruista, lo más progresivo del hombre como es la libre emisión del pensamiento, de la idea, de la progresidad de los pueblos, por cuanto enseña a doctrinar al pueblo ignorante por las vías del progreso, del modernizamiento de los pueblos; siendo esto compañeros, la obra más fecunda para el engrandecimiento de los pueblos y el bienestar de la humanidad. Y, formar de ese privilegio tal concepto, es demostrar bien claramente que ha sido un absurdo jurídico, y como a tal, los hombres honrados; los pueblos cultos; los pueblos que quieren civilización han de protestar y pedir la derogación de ley tan infamante, tan monstruosa, tan fuera de razón, tan incivilizadota como esta, con un grito único de todos los átomos que hoy se agitan en España, y ese grito, compañeros, es bien sencillo y al mismo tiempo grande, sublime. Es, compañeros, una rebeldía santa.

‘Abajo la inicua ley de Jurisdicciones!

Al terminar su hermoso trabajo fue estruendosamente aplaudido.

Después se levanta a hablar el compañero Frau (B) como presidente de la Juventud Socialista Palmesana, el cual condena enérgicamente al gobierno moretista por el engendro que dio al pueblo español, el cual nos presenta ante la faz de la Europa culta como un país incivilizado, exponiendo pruebas contundentes de lo injusta y dañina que es la llamada ley de Jurisdicciones. Después pasa a tratar el proyecto de ley de prohibición del trabajo nocturno de la mujer, y dice, que pronto ha de ser un hecho la implantación de tal ley.

El joven Simón Fullana de la Juventud Republicana Radical manifiesta en tonos violentísimos su opinión atacando a la ley de Jurisdicciones, diciendo de ella que es la bofetada más infame que en el siglo XX se ha inferido a la España liberal y a los hombres honrados que luchan por las libertades.

Terminada su peroración escucho bastantes aplausos.

Después D. Francisco Julià, como presidente de la Juventud Radical republicana, en tonos duros ataca a los facinerosos que no quieren dar libertad al Pueblo. En cada uno de sus párrafos brillantes suena una salva de aplausos. Después con una claridad maestra, expresa lo que es el trabajo nocturno de la mujer, y dice, que lo que en el Congreso está aprobado y más siendo una mejora para el pueblo, también lo a de ser en el Senado.

El compañero Jaime Bauzà, de la Agrupación Socialista, hace uso de la palabra teniendo para los gobiernos Moret y Canalejas conceptos durísimos, diciendo que no espera nada de nadie, pero si que lo espero, dice, de los republicanos y socialistas, los cuales llegaremos si el caso viene hasta hacer el sacrificio de nuestras personas para conquistar la libertad que todo ciudadano tiene derecho a gozar.

Se concede la palabra al compañero Jaime Vicens en representación de la “Federación de Sociedades Obreras de las Baleares”. Dice que respecto a la ley de Jurisdicciones otros con más conocimiento de causa han dicho y dirán más. Respecto a la ley de prohibición del trabajo nocturno de la mujer, explica de una manera concisa y clara, lo esclava que es y modo que se la trata; terminando su razonador discurso diciendo que hagamos votos para que salga del Senado la ley que ha mucho duerme allí tranquilamente.

El compañero Jaime Marí de la Agrupación Socialista, se levanta a hablar, manifestando que no tan solo se ha de hacer propaganda para derogar ley tan bochornosa y absurda como es la de Jurisdicciones, sino que no nos hemos de dormir sobre las pajas y hemos de arremeter contra el régimen presente, que es, dice, un régimen despótico y tirano. Después pasa a tratar de lo que es el trabajo de la mujer nocturno, diciendo que en la Cámara de Diputados esta aprobado, también se ha de aprobar en la del Senado siendo como es una ley beneficiosa para el bello sexo, el cual es, a su entender de necesidad suma; al terminar su peroración resuenan prolongados aplausis.

El ciudadano David por deferencia al presidente del acto dirige la palabra a la concurrencia. Explica con datos concretos lo que es la ley de Jurisdicciones, manifestando que él ha estado a punto de ser fustigado por dicha monstruosa ley, y sabe como y de qué manera se aplica, y por lo mismo, porque yo lo conozco, dice, es una ley inquisitorial, una ley funesta, y, como afrenta al pueblo español, hemos de sacrificarnos e ir al peligro no tan solo para derribar una ley, sino para que el régimen presente se transforme en uno de paz y de amor. Al terminar su brillante y hermoso discurso una salva general de aplausos suena en el local.

Se levanta a hablar el republicano D. Luis Martí el cual dice que viene en representación del partido republicano de Palma. Manifiesta que lo que él siente es ser abogado porque considera que todas la leyes son inícuas, se extiende en este asunto y en términos duros e irrebatibles de lo que es la dañina y absurda ley de Jurisdicciones. Luego entra en el asunto del trabajo nocturno de la mujer, manifestando que una vez aprobada dicha ley por el Senado, protestemos de todos los privilegios que mermen el salario; termina su razonada peroración diciendo que el partido republicano invita a los socialistas a un acto que en breve se celebrará para protestar de los Consumos. Sus palabras son acogidas con un aplauso general.

El Presidente del acto resume brevemente los discursos pronunciados por los oradores que le han precedido, leyéndose luego las conclusiones que se mandaron al Presidente del Gobierno actual, las cuales son: pedir que se derogue la ley de Jurisdicciones y que cuanto antes el Senado apruebe el proyecto de ley que prohíbe el trabajo nocturno de la mujer y de la infancia, las cuales son aprobadas por unanimidad dándose por terminado el acto.

Reinó el más completo orden y compostura.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 472, 1 de abril de 1911

 

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