Correspondencia / Lluchmayor

El pasado domingo, día 5 del que cursa, se celebró el anunciado mitin de propaganda Socialista. El espacioso local del teatro Mataró resultó insuficiente para contener el numeroso gentío que en el se aglomeraba, momentos antes de darse el principio al acto. La lucha entablada entre obreros ávidos de penetrar en el salón, fue titánica, los pasillos se hallaban atestados.

La asistencia de un considerable contingente de mujeres decididas y en mayor grado jóvenes; simpatizantes de nuestras doctrinas y aspirantes a una tal emancipación de su sexo, fue causa más que eficiente para que dieran al acto un aspecto más que halagador, sublime.

La magnificencia de aquellas caras alegres, sonrientes que desde el patio se vislumbraban lo más nobles sentimientos del observador.

Con todo y sobre todo y bajo un entusiasmo indescriptible, el presidente que lo era el compañero Miguel Mas, de la Juventud Socialista, declaró abierto el acto a las cinco de la tarde.

Seguidamente hicieron uso de la palabra, por la Juventud Socialista, el compañero Rafael Garau, y el que estas líneas escribe; y las demás entidades que integran el Centro Obrero, estuvieren representadas respectivamente, por los compañeros.

Miguel Munar, Tomás Miguel y Miguel Stela.

Concretándose ambos oradores a hacer labor Socialista desde el campo económico y social, quie, con los datos prácticos aportados por los argumentos expuestos y por la lógica que guiaba sus convincentes razonamientos, conquistáronse entusiasta aprobación de un público que no bajaría de un millar de personas, de ambos sexos.

Especialmente, el compañero Stela, hoy presidente de la Agrupación Socialista, estuvo acertadísimo en su largo y razonado discurso y el público supo apremiar su labor, tributándole estruendosas salvas de aplausos al final de cada una de sus muy elocuentísimas oraciones del incansable luchador.

Tras un breve resumen del presidente, dióse por terminado el acto, desalojándose el local en medio del mayor orden y compostura.

Día de gloria fue pues, para nosotros el día 5. No obstante ser el primer domingo de cuaresma y dar de campanadas la clerigalla llamando a sus feligreses, el pueblo trabajador estuvo de nuestra parte. No se dejó reducir por el amortiguado sonido de las campanas. Ya empieza a ser libre.

Estoy convencido una vez más de que, adonde quiera que vayan los socialistas, no estaremos solos.

Y si esto es así: ¿Podremos secundar la campaña contra la ley de Jurisdicciones, yendo a la lucha a cuerpo descubierto el domingo día 16 del actual, ¿Si? … Pues a probarlo.

José Monserrat

EL OBRERO BALEAR

Núm. 469, 11 de marzo de 1911

 

fideus/