Carta dirigida al Sr. Luis Jover

PEP DELGADO |   juliol  2009  |  

Cuenta  usted lo que sufrió un niño de 10 años, y  justifica a los “Jinetes de Alcalá” diciendo que se negaron a la República para que no ocurriera lo que por desgracia ocurrió. 

Yo le contaré lo que sufrieron mi madre, una niña de 10 años como usted, y sus hermanos más pequeños, después del 19 de julio del 36, cuando se encarceló a su padre, el cabo de carabineros del Port de Sóller,  al sargento y a un carabinero,  y a partir de aquel momento sucedió lo mismo que usted cuenta, pero a mi madre y a sus hermanos. Les  mataron a su padre, les negaron el pan, los medicamentos, los atemorizaron, insultaron, despreciaron,  y vale más no contar lo que un grupo de fascistas de Sóller hicieron cuando cobardemente, por las noches,  entraban en la casa de mi abuela. Y todo ello sin que ni uno de los “Jinetes de Alcalá” hiciera nada para detenerlo. Mi abuelo no salió vivo, los “Jinetes” sí.

 A mi abuelo su capitán, su alférez y su sargento le ordenaron que “no permitiera que nadie se acercara a la estación de radio de Muleta”, y cumpliendo la orden se dirigió hacia la estación de radio, cuando por el camino se encontró a unos individuos vestidos de militar, uno de  teniente, que era uno de los “Jinetes de Alcalá”, desconocido en la zona y que no llevaba ninguna orden escrita, ni ninguna documentación. Por disciplina  a las órdenes recibidas mi abuelo los detuvo, desarmó y  envió custodiados hacia sus mandos. Después vino el encarcelamiento de mi abuelo, y  un juicio lleno de falsedades y mentiras, con declaraciones intencionadas y sin valentía, ni honradez, de cuatro de “los Jinetes de Alcalá” (su padre no era uno de ellos). Asesinaron a mi abuelo en el Fortí de Illetes, con sus compañeros, y mi madre –aquella niña de 10 años– lloró toda su vida al padre que le robaron.

Tal vez pueda entender usted lo que son “los Jinetes de Alcalá” para mi familia. No son unos héroes, fueron nuestra desgracia, por sus actos, por sus mentiras, por su cobardía y por lo que no hicieron para evitar la tortura de unos niños iguales a usted.

La historia de verdad es la de los sufrimientos y tristezas que provocan las guerras y la represión.

Todavía hoy hay un monumento en Sóller que recuerda como asesinos a los carabineros leales que no hicieron sino cumplir las órdenes recibidas de sus mandos, y fueron por ello asesinados.

Lo que no queremos son monumentos que puedan ser ofensivos para nadie, que glorifiquen hechos que nunca debieran haber ocurrido, y que aún hoy hacen sufrir.

Si todos los monumentos o lugares que recuerdan la barbarie de una guerra entre hermanos los hubieran retirado el Sr. Fajeda o la Sra. Cirer, y si igual hubiesen hecho los alcaldes de Sóller, como continuación de lo que hizo el Sr. Aguiló, hoy no hablaríamos de ellos, ni nos recordarían los padecimientos sufridos por la barbarie de una guerra y su represión.

(PUBLICAT A : Memòria Històrica de les Illes Balears )

 

fideus/