Reportaje. Crucero ´Baleares´. Nadal Antelm, último superviviente mallorquín

La voz del último superviviente

MAR FERRAGUT. PALMA. El monumento de sa Feixina erigido en homenaje a los que murieron en el hundimiento del crucero Baleares está, más que nunca, en boca de todos. Todo el mundo tiene una opinión al respecto.

Unos creen, y defienden desde hace años, que hay que retirarlo y desde el pasado mes de octubre apelan a la Ley de la Memoria Histórica para ello. Otros, en cambio, defienden que ese monumento fue erigido gracias a donaciones voluntarias de los mallorquines y que rememora a víctimas de la Guerra Civil y que por tanto debe permanecer en pie.

Nadal Antelm se incluye dentro de este último. Su opinión merece ser escuchada porque este hombre de 83 años es el último superviviente mallorquín del buque Baleares, que se hundió tras ser bombardeado por la flota republicana el 6 de marzo de 1938 frente al Cabo de Palos.

"Que le quiten los símbolos que hacen referencia al franquismo, pero que no lo quiten, es un monumento que hicieron los mallorquines con donaciones populares", dice este marinero retirado que señala además que es "un homenaje a las víctimas de una guerra".

Nadal tiene la mente clara y recuerda con nitidez como transcurrió esa noche. Él era un flecha naval de apenas 14 años que estaba en el crucero haciendo prácticas, como recompensa por haber sido el número uno de su promoción en un curso de radio y señales. Así que estaba allí por casualidad. Y se salvó también casi por casualidad.

Eran las doce y media de la noche y estaba durmiendo en su colchoneta cuando escuchó la llamada de zafarrancho de combate. Por pereza, prefirió pensar que era un simulacro y no acudió a su puesto en la estación del puente. "Me desperté una hora más tarde por el estruendo de un torpedo", explica. El destructor republicano Lepanto les estaba atacando precisamente por el puente. Nadal cuenta que "todos los que estaban allí, murieron; yo me salvé por perezoso".

Una vez en cubierta, comenzó la lucha por sobrevivir. "Había cierto caos, pero no pánico", describe Nadal, que asegura que estaba tranquilo, "no sé si por la inconsciencia de los 14 años". La tripulación, a oscuras porque el sistema eléctrico ya no funcionaba, trajinaba cubos de agua para apagar los distintos fuegos, trataba a los heridos e intentaba hacer balsas "con cualquier cosa: cajones, pasamanos, las cuerdas de los coys... lo atábamos y lo tirábamos al mar para tener algo a lo que agarrarnos, porque los pocos botes salvavidas que había, se rompían porque se tiraban al agua de cualquier forma", explica.

No recuerda si, cómo tantas veces se ha oído, los marineros cantaban el Cara al sol mientras el buque se iba a pique. "Se veía mucho brío, energía y sé que se cantaba algo, pero la verdad yo no sé si canté el Cara al sol, una Salve marinera o Sor Tomaseta", reconoce.

Cuando se escuchó el ´sálvese quien pueda´, se lanzó al agua. El recuerdo que más grabado tiene es cuando los ingleses del destructor ´Boreas´, le "pescaron" . "Estaba cubierto de petróleo, tenía mucho frío y me quedé acurrucado como un pollito en el suelo de la lancha", narra,"tardé varios días en quitarme el petróleo, parecía una gaviota de las del ´Prestige´", bromea.

"Después, cuando llegó la aviación republicana y nos bombardeó, sí que pasé miedo", cuenta Antelm, que recuerda con emoción cuando sus padres le fueron a buscar al puerto y cómo su madre le abrazó. De los 1.200 hombres que iban en el crucero, sólo 402 llegaron vivos a las costas mallorquinas.
Hoy, en Mallorca sólo Antelm puede contar en primera persona lo que sucedió aquella noche en el crucero.

Para honrar a los fallecidos se levantó el monumento de sa Faixina, hoy en boca de todos por la polémica sobre su pervivencia. Antelm opina que el monolito dedicado a sus compañeros debe mantenerse. "Lo hicieron los mallorquines con donaciones voluntarias, no puede quitarse", indica, "es un homenaje a víctimas de una guerra". Señala que le deberían quitar los símbolos que hacen referencia al franquismo, pero que no lo retiren. Una idea podría ser

Diario de Mallorca

25/12/2007

ESPECIAL:

Creuer Baleares