ERA NECESARIO

Dado el incremento que la asociación obrera ha alcanzado en España, sobre todo desde la conclusión de las guerras últimamente sostenidas, se hacía necesario que los trabajadores baleáricos no fuesen una nota discordante en este gran concierto obrero, y no lo han sido. Comprendiendo al fin su verdadera misión, van sacudiendo su musulmana indiferencia, aprestándose por todas partes a trabajar para mejorar su miserable condición de asalariados.

La verdad proclamada por la vieja Internacional de que “La emancipación de la clase trabajadora, había de ser obra de los trabajadores mismos”, va penetrando paulatinamente en su cerebro y no tardará el día en que viendo claramente en donde estás sus verdaderos intereses, se lance decididamente por el camino que le traza su deber.

Motivo de satisfacción es para nosotros, antiguos luchadores de la causa del trabajo, contemplar el rumbo emprendido por los trabajadores, ingresando por centenares en las sociedades de oficio, porque, al par que demuestra que van comprendiendo que allí tienen la obligación moral de estar, la solidaridad se robustece, y la convicción societaria se afirma.

Largos años de incesante trabajo han tenido que realizar los contados obreros que en Palma se preocupaban del movimiento obrero internacional, para llegar a este resultado. Después del memorable año de 1890 en que los trabajadores españoles al igual que los de los demás países arrastrados por la demostración universal del 1º de Mayo realizaron aquel grandioso acto en realidad (la vez primera) más extenso que intenso, la parte inconsciente, que por desgracia formaba la mayoría en estas islas, dejó entrever su entusiasmo de momento, más la mayor parte volvió a abandonar las organizaciones en las cuales militaban, conservando, sin embargo, en su interior, rescoldo de las nociones que habían adquirido.

Este rescoldo, avivado por los continuos trabajos que hemos venido realizando los que persistimos en luchar por el bienestar de nuestra clase, y más que todo un mayor conocimiento de la realidad que van adquiriendo los obreros, ha dado por resultado el magnífico movimiento societario que se ha iniciado en estas islas, y sobre todo en Mallorca.

Sigamos sin interrupción ni desmayos por el camino emprendido de la asociación, y pronto veremos los buenos resultados que siempre da de sí, la práctica de tan preciado derecho consiguiendo con ello aumento relativo de bienestar, y el conseguir que la clase capitalista mire y trate con más respeto al trabajador, quien, a pesar de producirlo todo, es el que carece de todo lo que hace agradable la vida.

Otro bien reporta la asociación y quizá sea el mayor, y es el de formar obreros conscientes y convencidos; que es deber de todo asalariado el sumar su esfuerzo personal al colectivo para empujar al actual régimen hasta lograr su completa transformación en otro más armonizado con la razón, la igualdad y la justicia.

Con el objeto de que sea un ariete más, y de que los trabajadores de Baleares puedan disponer de un periódico en el cual quepan sin trabas ni cortapisas todos los escritos que a su interés convengan, se ha creado este semanario.

Redactado por simples obreros manuales sin más instrucción que lo que han podido adquirir a fuerza de voluntad después de enervante jornada de trabajo, carecerá del estilo correcto del que tiene por oficio escribir; mas sin pretensiones de ninguna clase procuraremos expresar nuestro modo de sentir como sepamos, lisa y llanamente, aunque el lenguaje sea rudo y falto de pulimento, que no es necesario en estos tiempos mucha retórica, bastándonos que no entiendan, aquellos por los cuales escribimos. Dejando perjudiciales convencionalismos, llamaremos a las cosas por sus nombres, y tendremos por ladrón al que venda falto de peso, y por vil envenenador al comerciante que expenda artículos adulterados.

Era necesario un esfuerzo para sacudir la atonía que lleva al enervamiento lo mismo al individuo que a la colectividad; el esfuerzo está hecho: ahora que cada cual cumpla con su deber.

C.B.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 1, 8 de diciembre de 1900

Núm. 1, 8 de diciembre de 1900      

 

fideus/