Los zapateros en movimiento

Una reunión magna del gremio. “Animación y entusiasmo.”

Como se había anunciado por medio de una hoja convocatoria dirigida al gremio de obreros zapateros de Palma, y que EL OBRERO BALEAR publicó, el pasado lunes se reunió éste en junta magna en el local del CENTRO OBRERO, al objeto de cambiar impresiones sobre el estado actual del oficio y de la industria y tomar las medidas necesarias para ver de mejorar el precio de la mano de obra de los oficiales.

El movimiento de zapateros que desde muy antes de la hora señalada para la reunión se notaba en el CENTRO y sus alrededores, indicaba que el llamamiento de la Sociedad “La Igualdad” había sido oportuno y que los obreros constructores de calzado, convertidos hoy en poco más que esqueletos móviles, todavía conservan vivo el instinto de conservación, contra lo cual equivocadamente creíamos todos nosotros, al ver las penurias y calamidades que sufrían y el estado de inercia e indiferencia en que se hallaban respecto de su Sociedad, único baluarte en donde pueden encontrar los medios de satisfacer sus justas ansias de mejora.

A las ocho y media el compañero Vicente Paul, presidente accidental de la Sociedad, dio principio al acto, explicando el objeto de la convocatoria y demostrando su satisfacción por lo bien que había respondido el gremio al llamamiento de la Sociedad, como lo prueba –dijo- el que este salon  las dependencias continuas a él no han tenido suficiente cabida para contener a la numerosa concurrencia de zapateros que han asistido, debido a lo cual os halláis muy molestados y un número de más de cien han tenido que quedar fuera del local. Nosotros –añadió- no esperábamos tanta concurrencia y por eso nos habéis encontrado desprovistos de un local adecuado para esta reunión, pero en vista del despertar entusiástico del gremio, la Sociedad os volverá a llamar en otro local más grande para enterar a todo el oficio de los acuerdos que hoy se tomen e incitarle a emprender una actitud seria pero enérgica y decisiva en lo que respecta al mejoramiento de nuestra clase.

Siguiéronle en el uso de la palabra los compañeros Bonf, Albertí, Llabrés, Aguiló, Bisbal y otros, abogando todos por la unión más estrecha de todos los zapateros de Palma al objeto de recabar mediante ella un pronto y positivo beneficio. Bisbal leyó las bases de petición que más abajo publicamos, para que fuesen dirigidas a la Sociedad de patronos, mereciendo unánime y entusiasta aprobación por parte de los reunidos. Además dicho compañero hizo historia de la decadencia del oficio e industria del calzado de Baleares, explicando todas las causas que desde hace catorce años la tienen en el borde del precipicio de ellas, dijo, las más principales son: la desenfrenada competencia de las mismas industrias que, llevados de una codicia individual mal entendida, han perjudicado los intereses colectivos de la industria, han arruinado los mercados conquistados después de haber perdido los de Cuba, Filipinas y Puerto Rico y nos han arruinado a nosotros porque para sostener la competencia por ellos establecida no han visto otro medio que el de rebajarnos la mano de obra, obligándonos a trabajar noche y día para mal vivir. Esto, añadió, ha dado por resultado el desmembramiento de nuestro oficio a consecuencia de la emigración y cambio de oficio de los zapateros, pues todos procuramos huir de los zapatos como de los terremotos. Pero aún hay otra consecuencia más grave de esta emigración forzosa de los zapateros baleáricos, y ella es que habiendo fijado su residencia en Francia un par de centenares de ellos, su trabajo en aquel país ha venido a sustituir el que hacíamos desde aquí, dando como resultado fatal la pérdida completa de aquel mercado. Pues todos sabéis que hace un par de años eran pocos los talleres de Palma donde no se hiciera calzado para Francia, siendo su elaboración la que mejor se pagaba al operario. ¿Sabéis ahora por ventura algún taller donde se elabore un zapato para dicha nación? Yo no se ninguno.

Otra circunstancia que ha contribuido a la anemia de nuestra industria es la poca pericia industrial de nuestros fabricantes y los pocos recursos con que cuentan la mayoría para emprender empresas de explotación y conquistas de mercados nuevos.

Y todas esas culpas de esos señores ¿Quién las paga? Si hemos de juzgar con imparcialidad- agregó nuestro amigo- las sufrimos todos: la industria, los industriales y en superior grado nosotros; y si no nos prevenimos a tiempo contra el riesgo que corremos, en pocos años vendrá la desaparición total de la industria y la disolución completa del oficio. Esas bases que os he leído encarnan el espíritu de salvación de todos; para salvarse en primer lugar la industria y los industriales es preciso en primer lugar retener la emigración de los oficiales zapateros que les dan vida con su trabajo; para impedir que nosotros emigremos es de inaplazable necesidad que mejore nuestra situación. Este es el dilema que encierra la proposición: “ó muere la industria por falta de brazos, o se salva haciendo que estos aumenten”. En el primer caso la responsabilidad será única y exclusivamente de los patronos por no haber atendido a tiempo al remedio, en el segundo siempre nos alcanzará algo de la gloria a nosotros por haber señalado la enfermedad y contribuido a su curación. Así es, terminó diciendo, que esta petición, pues, que la defendamos con toda seriedad y cordura en el terreno de la concordia y convencimiento de los patronos, y con la huelga general enérgica y decisiva si a ello nos obligan después de haber agotado todos los recursos de la diplomacia.

Nuestro compañero fue interrumpido varias veces en su comedido discurso por los aplausos del público, siendo sus últimas palabras acogidas con una prolongada y entusiasta ovación.

El presidente manifestó si se aprobaba todo lo propuesto por Bisbal y un sí unánime fue la contestación. Entonces se procedió al nombramiento de una Comisión para presentar las bases a los patronos siendo nombrados los compañeros Boni, Marroig, Albertí, Bisbal y Paul. También se acordó que para el próximo lunes a las ocho y media de la noche se celebre una reunión en el Casino de Unión Republicana para dar cuenta al gremio del resultado de la demanda y tomar las medidas que procedan.

Estas medidas serán seguramente, caso de ser denegada la petición, acordar ir a la huelga general del gremio, pues jamás le habíamos visto tan dispuesto y enérgico como ahora. Tal vez es una convulsión de desespero de su última etapa  de vida.

Excusamos decir que estas columnas están a la disposición del gremio de zapateros, pues entendemos que su causa es nuestra causa y para que triunfen en su justa demanda les ayudaremos en todo lo que podamos.

Unión y firmeza en todos es lo que les recomendamos.

He aquí las bases en que formulan sus peticiones a los patronos.

A la Sociedad de Fabricantes de Calzado

“LA INDUSTRIAL”

Sr. Presidente

El gremio de obreros zapateros de esta capital, y en su nombre y representación la Sociedad de constructores de calzado “La Igualdad”, haciéndose cargo de las circunstancias actuales de reflorecimeinto de la industria, que borra su aspecto cadavérico que venía presentando desde que en mal hora perdió España las Antillas que dio por resultado el desmembramiento de nuestro oficio a consecuencia del malestar de sus individuos y su emigración forzosa, como también la ruina de muchos fabricantes y un menoscabo colosal en la riqueza de esta isla; considerando que la demanda de calzado mallorquín es de cada día más ascendente a la que el número de trabajadores zapateros continúa disminuyendo, lo cual constituye un contraste y un serio peligro para la vida y sostenimiento de la industria; considerando que la causa primera y única de esta anomalía en la demanda y oferta consiste en lo poco y mal remunerada que ésta la mano de obra de los que confeccionamos el calzado, que aún trabajando a toda velocidad y realizando dos jornales cada día no nos ofrece garantías de subsistencia y nos vemos impelidos, muy a pesar nuestro, a tener que emigrar a países extranjeros o cambiar de oficio; considerando que los obreros que emigran suelen ser en general los mejores oficiales y que en las plazas o mercados donde fijan su residencia su trabajo viene a establecer la competencia al nuestro y por tanto es un factor contrario a la vida y desarrollo de nuestra industria; considerando que el retorno a su país natal de dichos emigrados seria un hecho a medida que viesen un renacimiento verdad de la industria y una remuneración más equitativa y humana en la confección del calzado; considerando que dicho

EL OBRERO BALEAR

Núm. 411, 22 de enero de 1910

 

fideus