INTERESANTE PARA LOS TRABAJADORES

Grandes reformas en el Monte-Pío de la Federación Obrera

Esta Sociedad de socorros mutuos, que fue fundada por socios de la Federación de Sociedades Obreras y que vive en el mismo domicilio de ésta sin que tenga que abonar ningún céntimo para gastos de alumbrado y alquiler de local, en su última reunión general celebrada el pasado domingo, acordó introduces grandes reformas en su Reglamento, reformas que han de redundar en beneficio muy considerable para sus asociados, y del que pueden aprovecharse todos los trabajadores palmesanos en general, desde el momento que se dispongan ingresar en ella.

Es el caso que dicho Monte-Pio ha unificado la cuota mensual de los socios a 1’25 ptas. dando un subsidio de 1’50 ptas. durante los cuatro meses primeros de enfermedad de aquellos, de 1 peseta diaria durante los dos meses posteriores y de 0’50 ptas. por espacio de dos meses mas. Pues hasta hoy las cuotas mensuales variaban entre 1 peseta, 1’25, 1’50 y 2 ptas. percibiendo los asociados enfermos un socorro pecuniario cada día equivalente a la mensualidad que venían satisfaciendo.

Como se ve, la mejora obtenida por virtud del mencionado acuerdo consiste en haber aumentado el socorro en 0,25 ptas. por dieta a todos los socios. ¿Qué Sociedad de Socorros mutuos existe en Palma que pagando los socios una mensualidad de 1’25 ptas, perciban 1’50 de subsidio diario? No conocemos ninguna. Y eso que hay muchas sociedades de esa índole que cuentan con quinientos y seiscientos afiliados, cuando el Monte-Pio de la Federación cuenta con sesenta y tres solamente.

Si con ese reducidísimo número de socios ha podido dicho Monte-Pio, en cuatro años que hace que se fundó, conceder ventajas que no han podido conceder a sus asociados otras sociedades que llevan treinta años de existencia y que cuentan los agrupados por centenares y hasta por miles, ¿cuanto mayores no podrían ser si los trabajadores se decidieran ingresar en él? Es necesario que los obreros palmesanos, y principalmente los federados que aún no se han alistado a tan importante organismo, mediten sobre esto; es preciso que dejen de pertenecer a esas sociedades llamadas de socorros y que en realidad no son otra cosa que sociedades recreativas o de explotación burguesa. Y decimos recreativas o de explotación burguesa, porque casi todas las existentes en Palma están llenas de burgueses, los cuales son los mangoneadores de la Sociedad, a la que explotan y de la que se valen para explotar a los médicos.

El fin porque se han fundado estas sociedades fue para socorrer a pobres y no a ricos, para auxiliar a los que no pueden pagar dos pesetas al médico cuando necesita de sus servicios, para aliviar a los que en caso de enfermedad necesitan alimento y medicinas y no pueden proporcionárselas, porque carecen de todo, incluso del salario que percibían cuando estaban sanos y vigorosos. Para esto son fundadas las sociedades de socorros, para los obreros, no para los burgueses que disponen de cuanto necesitan en estos casos. Pero a pesar de eso hacen cuanto pueden introducirse en dichas sociedades, con el fin de recrear a sus ocios a despensa del pobre Juan –trabaja, como sucede en La Protectora, Asistencia Palmesana y otras, que en ciertos períodos del año, más parecen centros de corrupción que corporaciones de protección a enfermos.

Por aquí, por aquí se van los beneficios que debieran percibir los asociados cuando se hallan postrados en el lecho.

Pues bien, en el Monte-Pio de la Federación no sucede porque todos los socios somos obreros, porque en él no puede ingresar nadie que no lo sea, y para acreditarlo tiene que pertenecer a su Sociedad gremial o a la de Oficios Varios de la Federación.

Por ésta razón y por no gastar nada en lujo ni recreo, ni hacer gasto alguno de local no de alumbrado, es porque, en cuatro años de existencia y con sólo sesenta y tres socios ha podido ofrecer más ventajas que las demás sociedades. Y hay que tener en cuenta también que la Sociedad dispone de siete médicos para los asociados, de todos los cuales pueden servirse estos en caso de una consulta o una operación, sin que les cueste un céntimo más; y esto es una ventaja que la ofrecen poquísimas sociedades. También se garantizan del fondo 40 ptas. a la viuda o pariente más próximo del socio que falleciere. Todo esto en cuatro años, repetimos, y con sesenta y tres socios nada más.

Y ahora viene la ventaja para los que no son socios y se decidan a serlo; y ella consiste de que todos los obreros de Palma y sus contornos, que no pasen de 44 años ni padezcan ninguna enfermedad o desperfección física, pertenezcan o pidan el ingreso en su Sociedad gremial o a la de Oficios Varios, pueden ingresar en dicho Monte-Pío sin más entorpecimientos que los citados, en la condición, que desde el instante en que hayan ingresado entran en los mismos derechos que los fundadores, pudiendo percibir de las mejoras que tiene acordadas, el día siguiente al de su ingreso, si se hallasen de baja de ordeen facultativa.

Así procede el Monte-Pío Obrero, en vez de hacer pagar cuota de entrada a los que solicitan entrar en él, como hacen muchas sociedades de socorros, no tan sólo les abre libremente la puerta, sino que también los libra de la esclavitud que otras sociedades tienen establecida de tener que estar uno o medio año pagando la cuota mensual sin tener derecho a subsidio pecuniario.

¡Trabajadores! ¡A ingresar, pues, en el Monte-Pio de la Federación Obrera!

EL OBRERO BALEAR

Núm. 322, 26 de enero de 1907

fideus/