SOCIEDAD DE CURTIDORES

La prensa local y la huelga de curtidores

Con motivo del conflicto planteado en esta Ciudad entre patronos y obreros curtidores, nuestra prensa burguesa lo viene haciendo a la maravilla. Verdad es que no se pueden pedir peras al olmo; pero por la delicadeza con que nos informa respecto al movimiento huelguístico, no puede servir mejor a la clase que pertenece.

Gracias a ella, pudimos enterarnos de la agresión habida entre un huelguista y un esquirol, en todos sus detalles. En cambio aún no hemos podido enterarnos si se cometen atropellos por los guardias que custodian las fábricas de las afueras, con los obreros que se atreven a dirigir sus pasos por aquellas cercanías. Otra cosa sería si un infeliz obrero, en las circunstancia que atravesamos, se propusiera a que se le guardase el respeto y consideración que se debe a las gentes, por quienes debieran ser los primeros en dar alto ejemplo.

Pero como ante toda hay que garantizar la libertad del trabajo, no podemos de menos en convenir que es verdad que al obrero se le deja en libertad de morirse de hambre. Y en esta ocasión en que tanto se habla de libertad, los huelguistas están convencidísimos del fin perseguido mediante la tan cacareada libertad. Y a propósito, ¿Por qué los patronos no son dueños de obrar como les plazca y según convenga a sus intereses en el presente período de lucha … ?

Por algo aún vivimos en plena lucha de clases y sometida una al poderío de la otra, y los componentes de esta última, supeditados a los más fuertes.

También pudimos leer en “La Tarde” del día 15, que la determinación de la huelga de curtidores de Palma, sería un hecho en breve. Pues según ella, los patronos habían redactado unas bases para regular sus relaciones con los obreros, las que habían sido aceptadas por todos, obligándose a su escrupuloso cumplimiento, a cuyo efecto y para garantir su promesa habían depositado cinco mil pesetas en la caja de “Unión Industrial”. Y en corroboración de lo expuesto, nos daba ya como hecho la presentación de cuatro huelguistas de la fábrica del señor Castell, por lo aceptables que les parecieron las nuevas bases.

La exactitud de esta información podrá apreciarse en lo que vale, cuando se sepa que es inexacto en lo que se refiere a la aceptación de los huelguistas, por cuanto hasta la fecha aún todos ellos mantienense en la misma actitud que el primer día que se declaró la huelga.

Pero como nada se pierde con intentar que entre los bravos huelguistas empiece a cundir el desaliento hete aquí, lo que a las personas imparciales les pueda parecer poco serio, no suceda lo mismo a las partes interesantes, aunque se procure hacer público lo contrario a costa del ridículo.

Sépanlo, pues, los obreros, la prensa burguesa ahora y siempre, atenderá preferentemente a los intereses de su clase, y las autoridades como representantes genuinos de la burguesía, solo por los intereses de ésta velará.

De todo lo cual se desprende, que la clase trabajadora únicamente debe confiar su mejoramiento a los esfuerzos de la misma clase; y el triunfo de los huelguistas curtidores depende en primer término de su estrecha unión y de la solidaridad que sus hermanos de trabajo puedan prestarles.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 454, 19 de noviembre de 1910

 

fideus/