SOCIEDAD DE CURTIDORES

Cosas y hechos

La situación anormal que con motivo de la huelga del gremio de curtidores y durante su curso se ha creado en esta ciudad, hace que se manifieste de una manera clara y terminante la lucha de clases en todos sus ordenes; aunque lo contrario digan los servidores de la burguesía.

Parece lógico que de los efectos que surgen de la tal situación, se hagan los comentarios y exposiciones que al observador le sugieren, siempre que se partiere de la base de la realidad de lo hechos; sin embargo, no sucede así.

La tan cacareada democracia radical que se nos ha impuesto por obra y gracia del milagro nos recuerda los tiempos en que el señor Maura disponía de las libertades, asemejándolas a su manera de pensar y sin tener en cuenta para nada el derecho de ciudadanía. El caciquismo actual nada deja que desear comparado con el de aquellos tiempos.

Puede que, dado nuestro modo de ser exageremos la nota y, se nos antoje reacción lo que es puro radicalismo; pero a fuer de sinceros hemos de confesar, que nunca habíamos conocido tal estado de cosas.

Sabemos si, que el antagonismo de clases origina ciertas luchas en  las que, para conseguir el triunfo, ambos bandos se baten denodadamente, y, cuando en la lucha se procede imparcialmente, el mejor pertrechado, que siempre resulta ser el más fuerte, alcanza la victoria. El vencido en este caso, reconoce su parte flaca y le sirve de gran lección la derrota sufrida.

Por lo que a Palma se refiere, en la presente lucha de curtidores se han desencadenado tal cantidad de elementos de favoritismo por parte de los patronos, como no se ha visto en ninguna otra. En cuanto al apoyo recibido hasta el presente, nada tienen que envidiar a los acaudalados patronos mineros de Vizcaya, dándose el caso, que una hoja publicada por los huelguistas mereció los honores de la denuncia por las autoridades militares, y sumariados su autor y comisión de huelga, por supuesta ofensa a la fuerza armada.

Se pretenderá hacer ver que la balanza no se inclina del lado de los poderosos burgueses, pero no se logrará convencer a la opinión pública; pues en esta ocasión la solidaridad ha traspasado los límites prudenciales, y se ha dejado traslucir el odio que hacia los desheredados sientes todos los que viven a sus expensas.

Nada de extraño tiene pues, que la clase productora al darse cuenta de tales hechos, adquiera las enseñanzas que le suministra la gran maestras experiencia y procure a medida de sus fuerzas, atraerse a su campo los proletarios que aún no se han dado cuenta de la realidad, para con su organización económica y política, acelerar la transformación del injusto presente régimen con otro, en el que impere la justicia y la fraternidad, cual el Socialismo.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 456, 3 de diciembre de 1910

 

fideus/