SOCIEDAD DE CURTIDORES

Huelga de curtidores

Estamos ya en el transcurso de las trece semanas y los huelguistas siguen aún tan unidos y decididos a seguir luchando en pro de la justa petición que pretenden; pues a pesar de las persecuciones que el martes fueron víctimas varios de ellos, no por eso pierden los ánimos, antes al contrario, ello les presta alientos para que la justicia se aplique con la imparcialidad debida. Y si hablamos de justicia, es porque con lo ocurrido el martes pasado sobre las cinco y media de la tarde, convendría depurar la verdad de lo sucedido.

El hecho según manifiestan los huelguistas, no pudo ser más arbitrario; pues habiendo pasado varios de éstos al suburbio de La Soledad al objeto de entrevistarse con los esquirols que trabajaban en la fábrica del Sr. Ros para buscar un medio de avenencia con respecto a la huelga, y estando hablando sobre el fin indicado, se divisó una pareja montada que a todo galope dirigíase hacia el grupo que ellos formaban, en actitud nada tranquilizadora, lo que hizo que los huelguistas se retirasen por comprender las intenciones de los jinetes; así que llegaron, interrogaron a los esquirols y como contestasen la verdad, esto es, que hablaban con los huelguistas amistosamente, un reclutador conocido por Caritas empezó a hacer señales hasta que logró lo que deseaba lo cual era que se dijera que los huelguistas habían insultado a los esquirols. Entonces el mismo reclutador empezó a dar nombres de huelguistas incluso de algunos que no habían asistido. Llamados que fueron algunos de los anotados, después de tomarles declaración dejándoles marchar.

Mas tarde, cerca de las once de la noche, después de subir y bajar escaleras buscando a los huelguistas en sus domicilios, hallaron a dos de los anotados y los llevaron a capuchinos donde han estado hasta las once del miércoles. Kis anotados restantes no dieron con su cuerpo en el encierro, por no haberles hallado durante la noche, pues en ocasión en que los perseguidores a las once de la noche acudieron al Centro Obrero en busca suya, éstos en aquel preciso momento dirigíanse hacia el gobierno civil para dar conocimiento a la primera autoridad del atropello, no logrando hablar con ella dado lo avanzado de la hora. El miércoles a primera hora los mismos compañeros acudieron otra vez al gobierno civil, mientras que los que por la noche no pudieron dar con ellos, hallábanse atareados en la misma faena.

Por fin los comisionados hablaron con el señor gobernador enterándole de lo sucedido, lo cual era ignorado por dicha autoridad, y haciendo más tarde poner en libertad a los dos detenidos. Uno de ellos ni siquiera había salido de su casa, sin embargo el citado Caritas declaró que insultaba a los esquirols.

Nuestra imparcial “La Almudaina” también hace constar que los huelguiostas apedrearon a aquéllos.

¡Si será Maurista el colega!

De todo lo sucedido se desprende que el jefe de los guardadores del orden huelguístico es el señor Salas y quien dispone a la vez de la libertad de los obreros en huelga; porque ni el gobernador civil no sabía nada de lo sucedido y por tanto no había ordenado la detención de aquellos ¿Quién había de ser sino el Sr. Salas?

¡¡Y que cozazas habranse podio observar durante esta huelga!!

Esta semana también han pasado comisiones a los pueblos de Inca, Andratx, Capdepera y Artá; en estos dos últimos hubo reunión demostrando su adhesión a los huelguistas.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 463, 28 de enero de 1911

 

fideus/