SOCIEDAD DE OBREROS PANADEROS 1º DE MAYO

A LOS OBREROS PANADEROS DE PALMA Y SUS CONTORNOS

COMPAÑEROS:

La Sociedad de Obreros Panaderos El 1º de Mayo, a vosotros se dirige por medio de este manifiesto, para daros la voz de alerta, porque estamos en peligro de perder la poca libertad que los domingos disfrutamos, en virtud de la ley del descanso dominical. Pero antes de entrar en materia sobre este interesante asunto, permitidnos algunas observaciones que creemos necesario hacer para bien de los compañeros del ramo de panadería que aún no han entrado a formar parte activa de la vida social, mostrándose indiferentes cuantas veces esta sociedad los ha llamado para sumar sus fuerzas a las nuestras y marchar juntos a la conquista de nuestra deseada emancipación.

Compañeros: Desde que los hombres han comenzado a tener conciencia de sí mismos, han reconocido en la asociación un medio más racional de vida.

El hombre, aislado, en el presente orden social, no es posible pueda vivir; su existencia depende del ambiente social creado por todos, del concurso de una gran colectividad de hombres con una gran variedad de actividades que puestas en acción, constituyen el motor de la productividad y, por consiguiente, la base de la vida individual y común.

Todas las manifestaciones de la naturaleza, por adquirir la forma de lo bello y complejo, necesitan la transformación y el labor del brazo humano, de lo contrario no podrán manifestarse sino en la rústico. Por consiguiente, hoy la asociación es signo de vida, la nota vibrante de nuestra pujanza y el medio más conveniente para sustraernos del yugo capitalista.

En el período actual, la asociación se ha convertido en poderoso medio de progreso humano, de lucha vital, de perfección de la especie y de bienestar para los individuos.

Si el hombre no reconociera en este bello y sublime principio su dicha, y si no concibiera que uniéndose a los demás hombres semejantes suyos, constituyendo juntos un fuerte baluarte, lazo de solidaridad recíproca para librarse de tanto despotismo y que este lazo es el más preciso para vencer la miseria, la opresión y la esclavitud; la humanidad no tendría salvación posible.

La ignorancia en que la clase obrera ha estado siempre acerca la cuestión que más debe interesarle, y más aún en estos decisivos momentos de progreso humano, ha sido el germen de su malestar y desigualdad económica, causa esta de todas las formas de esclavitud.

La explotación infame y el servilismo que los capitalistas han inflingido a las masas, ha sido lo que ha destruido el arranque que debía conducirles al triunfo de su emancipación completa.

Sin embargo, a pesar de todo esto, la experiencia acumulada por las generaciones que nos han precedido, nos han enseñado que uniéndonos a los demás hombres, así formando un solo cuerpo y bajo una misma inspiración luchando contra la desenfrenada explotación que sobre nosotros se ejerce, llegaremos a alcanzar el fin anhelado.

Y nosotros, hombres consecuentes y siempre animados por el espíritu de la solidaridad, frente tamaña majestuosidad del pueblo obrero ¿hemos de demostrarnos indiferentes? ¿hemos de consentir que oigamos la maldición de nuestros compañeros de infortunio? Eso no, jamás. Nosotros al igual que todos los proletarios del Universo, hemos de llevar nuestro grano de arena para efectuar la emancipación de la clase obrera puesto que nosotros también somos parte integrante de ella.

Hagamos, pues, que todos los trabajadores nos admiren, seamos modelo de una asociación fuerte y poderosa que admire a nuestros Patronos y adversarios, y esto bastará para poner freno a la más vil de las tiranías, como es la de hacernos trabajar una jornada sin límite; y lograremos disminuir el peso de la explotación que como losa de plomo pesa sobre nuestros cansados  cuerpos.

Adelante pues obreros panaderos; hora es ya de despertar y abrir los ojos a la uz de la realidad para ser hombres libres y no humildes esclavos vendiendo nuestras fuerzas, nuestras energías y nuestra inteligencia al ínfimo precio que nos lo pagan, viendo con dolor que lo que nos dan en recompensa de nuestros esfuerzo de trabajo no alcanza, ni con mucho, a cubrir las primeras y más perentorias necesidades de nuestra vida; y viendo también con dolor y contemplando con la más punible indiferencia, que el producto de nuestro trabajo vaya a parar a manos de nuestros avarientos explotadores, engrosando más y más capital acumulado con nuestra sangre y sudor, por la codicia, rapacidad y egoísmo de los que sin piedad y sin conciencia ni humano corazón, no perdonan medio alguno para estrujar cruelmente el pobre obrero panadero, sumiéndole al miserable estado en que se halla, mientras ellos viven y gozan cómodamente, gastando y derrochando en lujo y recreo, lo que tantas gotas de sudor nos cuesta.

Hora es ya, repetimos, de sacudir el yugo que nos oprime y degrada, y sin detenernos ante miras de ninguna clase, nos asociemos todos y engrosemos la sociedad “El 1º de Mayo”.

Al efecto se convoca a todos los obreros panaderos al mitin que la sociedad celebrará el domingo próximo día 2 de Septiembre, a las 10 de la mañana, en el local del Circo Reñidero, Plaza del Olivar, nº 4; donde además de exponer las ventajas de la asociación se tomarán acuerdos importantes con el fin de que sea respetado el descanso dominical a los obreros panaderos, dentro de la legalidad, y si no se nos respetan nuestros derechos y las autoridades no nos atienden al reclamar que se haga cumplir a los patronos el exacto cumplimiento de la mencionada ley, apelaremos, aun contra nuestra voluntad, al recurso que nos obliguen las circunstancias, esto es: al paro general de todos los obreros panaderos.

Acudid pues a la cita, el día señalado, y demostremos a nuestros explotadores que tenemos entereza y conciencia de nuestros derechos y que estamos dispuestos a que nos sean respetados estos en los sucesivo, y no como hasta el presente que han sido atropellados y escarnecidos, haciendo trabajar a los obreros todos los domingos, las horas que su negra conciencia ha tenido a bien.

Palma 29 Agosto de 1906

La Comisión Organizadora

EL OBRERO BALEAR

Núm. 301, 1 de septiembre de 1906

fideus/