SOCIEDAD DE PANADEROS 1º DE MAYO

Sr. Alcalde, ¡oh el descanso dominical!

Estamos abrumados de tanta injusticia y de tan poco cumplimiento de la Ley del Descanso Dominical por parte del gremio de panaderos, que andando de esta manera llegará a quedarse con sólo el nombre de ley.

Nosotros queremos a todo trance el cumplimiento de dicha ley, pues de lo contrario, tendremos, a pesar nuestro, disgustos muy serios y antes que así suceda damos la voz de alerta a las personas las cuales tienen el sagrado deber de hacer cumplir a todo lo que falte, sea quien sea y pese a quien pese. Tanto es así, que desde que se creo dicha ley puede decirse sin temor de mentir, que por parte de la mayoría de patronos panaderos no se ha cumplido ni un solo Domingo y no tan solo cumplido sino que con el mayor cinismo se vienen cometiendo estas infracciones. Vamos a dar detalles: ¿Cuántas multas se han impuesto? Muchas ¿Y cuantas se han hecho efectivas? Ninguna. Pues, ¿A dónde vamos Sr. Alcalde y Sres. Vocales de la Junta de Reformas Sociales con este modo de proceder? ¿Por qué no se castiga al que falta?

Y si así fuese, podríamos decir: el Sr. Alcalde de Palma, castiga con severidad a tan indignos infractores y se pone al lado de los obreros; pero si no procede así será cuento de nunca acabar porque los Sres. Patronos parece que se han propuesto burlarse de los obreros, de las leyes, de las autoridades y de quien las fundó.

Tanto es así, que el domingo 21 del próximo pasado los vocales Bauzá y Bisbal, sorprendieron la tahona de D. José Forteza, de la calle de la Bolsería, que habían empezado el trabajo a las 11 y 20 minutos, con ayyda del motor, estando prohibido, por las ordenanzas municipales, y a la del dignísimo D. Clemente Noguera de la calle de las Capuchinas en compañía de su celebrado obrero D. Miguel Picó; el primero, el domingo siguiente empezó media hora más pronto que el anterior por quien no lo gusta el caldo, y el último en compañía de su inseparable amigo obrero Picó no tan sólo empezó a la misma hora sino cuando le dio la gana y después despidió a un obrero por haberle dicho que los domingos no quería trabajar. Casos como los presentes podríamos citar muchos; pero por ahora nos limitamos a poner de manifiesto un caso nuevo y de actualidad, para que vea la primera autoridad popular lo poco que se cumplen sus órdenes.

Hace poco tiempo que se publicó un bando exigiendo a todas las tahonas y expendedurías de pan que se vendiese dicho artículo a peso, bajo la pena de ser multados todos aquellos que faltasen a dicha orden; pues, ¿Qué ha resultado Sr. Alcalde? Que duró 15 días con un poco de rigor y desde entonces cada uno vende como mejor le parece, como si no se hubiese dicho nada.

Esto dará a comprender que los Patronos Panaderos no tienen más ley ni autoridad que su antojo. Pues bien; ¿puede esto prolongarse por más tiempo? No, y mil veces no; porque de los contrario nosotros los obreros estamos expuestos a perder nuestro tan justo y necesario Descanso.

Todo lo dicho y muchas otras cosas más que dejamos por ahora en el tintero, son de imprescindible necesidad ponerlas coto de una vez quien pueda remediarlo.

Claro es que incumbe al Sr. Alcalde y dicha autoridad no hace caso que hagan burla de sus órdenes; demasiado poco sabe hacerlas cumplir puesto que tantas veces ha demostrado su impotencia. Por consiguiente, si no quiere que le molestemos más, duro y a la cabeza, que siempre nos tendrá a su lado dispuestos a denunciarle todas las infracciones que se cometan y una vez emprendida una enérgica campaña en persecución de tales desmanes y con ayuda de la prensa local, (pues esta nunca está al lado de los obreros), de seguro el triunfo será completo y entonces no molestaremos a nadie.

En las columnas de este reducido semanario poco efecto tendrán estas líneas toda vez que se trata de un periódico órgano del obrero; esto no nos arredan puesto que nuestro emblema es honra y trabajo. Pero si los periódicos de más circulación que este, se dignasen alguna vez salir en pro de nuestra causa, mientras que nos da la espalda seguramente tales cosas no sucederían. 

Por la Sociedad “El 1º de Mayo

El Comité

EL OBRERO BALEAR

Núm. 336, 11 de mayo de 1907

 

fideus/