Más sobre “El 1º de Mayo”

Los doce excompañeros de la repartición del dividendo, según parece siguen bien aún en su importante salud, pues que sepamos aún no se han enterado bien de cómo andan las cosas por los alrededores de la Federación.

Pero como suele decirse que a cada cochino le llega su San Martín, indudablemente a ellos debe llegarles también.

Nosotros lo sentimos en extremo, que tal hayan hecho, pues seguramente sabemos, que más de dos ya hubieran devuelto el dinero, comprendiendo que tal hecho no era legal, ni justo, ni reglamentario, y digo reglamentario porque bien claro lo dice el reglamento en su artículo 6º que a la letra dice así:

“Aet 6º En caso de disolución de esta Sociedad los fondos y enseres de la misma se entregaran a la Federación Local; pero si a los cuatro años no se hubiese organizado de nuevo el gremio de obreros panaderos, quedarán de pertenencia de aquella.”

Y por si esto no fuera bastante veamos el artículo 19 que dice: “Esta Sociedad no es ni puede ser propiedad individual ni podrá disolverse mientras hay cinco socios que deseen sostenerla”.

Más claro, agua; si fondos y enseres deben entregarse a la Federación, si no es ni puede ser propiedad individual ¿Por qué esos obreros cometen un acto tan feo como es el apropiarse de lo que no es suyo?

Ellos dirán; nosotros lo habíamos pagado, nosotros habíamos satisfecho semanalmente nuestras cuotas y por tal motivo el capital, el fondo reunido es nuestro.

Pero no es así, lo satisfacias a la Sociedad, pues de la Sociedad eran, vosotros la queríais abandonar, pues la hubieses abandonado en buenhora, pero sin quitarle nada de lo que era verdaderamente suyo; y aquí en Mallorca al que toma lo que no es suyo o que pertenece a otro, al así realizado, le llamamos un robo y al que roba, las leyes se entienden con él, por medio del Código penal.

Esto es, ni más ni menos lo que hicisteis vosotros, carísimos compañeros, un acto abominable bajo todos los conceptos; cuyo acto no quisiéramos ver repetido de ninguna manera aunque casi estamos en la seguridad de que no servirá para precedente.

Así es que obreros panaderos, todos en general acudid a la Sociedad no la olvidéis, porque si no la hubieseis olvidado, si todos como un solo hombre hubiésemos estado unidos, seguramente que hoy no tendríamos que lamentar actos como el que estamos lamentando ahora.

Es más aún, si hubiésemos seguido unidos cual lo está una piña, hoy no tendríamos que lamentar tampoco el desprecio de los patronos no tan solo el desprecio individual, sino que hasta ha habido patrono que su soberbia le ha dejado decir que todo lo que oliera a “El 1º de Mayo”, no quería que entrara en sus relaciones ¡Olé morena! Y ¡bien por el farruco de temple!

Así me gustan los hombres que sean inflexibles y no se dejen doblegar por nadie, manque sea un león.

Creemos que los obreros panaderos comprenderán algo todas estas sandeces y depués de pensarlo bien acudirán a formar en las filas de nuestro ejército, a fin de poder dar una batalla en toda regla cual se merecen entes de tal índole.

Pues un hombre, que a expensas del sudor de unos cuantos semejantes suyos, habla de esta manera, no merece siquiera, ni hasta el derecho a pisar la tierra que pisa y sin embargo se lo consienten, no es más que un déspota.

Otro de los asuntos palpitantes y de actualidad es el pensamiento que tienen la mayoría de los patronos panaderos y es la supresión de la cocida del pan casero estilo siglo XIV. Tan rudimentaria y antigua es esa costumbre, como penosa y empalagosa para los obreros; pues mediante esa costumbre, que data del tiempo de los romanos, los obreros tienen que verificar una labor diariamente que oscila entre unas diez y seis a diez y ocho horas y si esto es justo, si esto es humano, que venga el mismo Dios lo vea y luego lo diga.

Esto es abrumador, antilegal, antihigiénico y contrario a la salud, y por lo tanto eso no puede durar más tiempo, es preciso que de una vez levantemos la cabeza y digamos a una esto se acabó y lo hagamos acabar por medio de nuestro propio esfuerzo.

¡Con que panaderos palmesanos es hora de acabar con esa lepra que nos corroe y hora es también de sacudirnos la pereza.

A la Sociedad todos,

P.B.T.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 473, 8 de abril de 1911

 

fideus/