Otra con los panaderos

Ya estamos otra vez metidos en lidia con los rascandiles repartidores de fondos, los cuales, por lo visto, están registrado en el índice de la Sociedad por buenos chicos puesto que lo son y a nadie cabe la menor duda.

Pues entre la mayoría de panaderos se había pensado, supuesto que el domingo pasado era de feria, y a los chicos buenos se les suele comprar el juguete el comprarles una ratonera y que fuera acompañada con la letra y música de las tatas de “La Granvia”.

Pero luego salen otros compañeros en contra de tal idea y apoyando su proposición con los argumentos de que con las treinta pesetas que cada uno se llevó bien podían comprar lo que bien quisieran; y miren Vds., por donde los pobrecitos se quedan sin juguete.

Por quien lo sentimos más es por el pobre Gabriel Bibiloni, que seguramente pateará de rabia porque él en cuanto tocan a repartir enseguida ya está en primera fila por si se presenta alguno de reacio, animarle con palabras si es menester y siempre con el ejemplo.

Eso si tiene una cosa buena y que no le cuesta ningún trabajo por salir del natural suyo, que es hacer de alcahuete; pues haciendo este papel sirve a los patronos que se lo consienten a la perfección y cuando no sirve a los patronos sirve a los obreros pero a estos cuando llega el resultado es para robarlos los fondos de la Sociedad e induce a los demás a que hagan lo  propio.

¡Pobre hombre! ¡que por un puñado de pesetas consiente a cualquier cosa! Y tiene que sufrir que le digan todo esto en letras de molde.

Al igual que el excompañero Puig, el consentir tal absurdo y tener que aguantar que en la vía pública y en voz alta le igan a persona de su familia que el había robado a los panaderos.

Esto es insoportable, esto es irresistible para una persona bien nacida y por tanto volved sobre acuerdo y considerad que sois asalariados como nosotros y por tanto sujetos al yugo capitalista como todos los demás obreros que quizá mañana mismo os puedan prestar auxilio.

Pero hasta la hora presente os hacéis el sordo y seguramente porque creéis que no os conviene el aflojar la mosca y si racionáis un poco el caso veréis que habéis tomando un mal sendero del cual vais a salir algo maltrechos, puesto que nosotros haremos lo que podemos para que este asunto se arregle a nuestra satisfacción.

P.B.T.

EL OBRERO BALEAR

Núm. 474, 15 de abril de 1911

 

fideus/