LABOR FRUCTÍFERA

Ahora empieza el gremio de tipógrafos de Palma a realizar una labor que será nueva en esta localidad dentro de las Sociedades de resistencia merece ser también estudiada por las demás colectividades, porque bien demostrado está y de ello hablan las estadísticas de muchas entidades del extranjero y algunas de España, como la nuestra que ya tienen incluido en sus estatutos la base múltiple.

La “Unión Tipográfica”, la ha puesto en vigor dando una dieta a todo asociado que caiga enfermo; igual beneficio tendrá el que carezca de trabajo; también tiene una cuota asignada de una peseta diaria para todos aquellos compañeros que llegados a una edad madura se vean imposibilitados de poder trabajar y lleven un número determinado de años de socio.

En este terreno van colocándose los tipógrafos palmesanos; de este modo creo no disminuirá el número de socios en caso de crisis de trabajo, que siempre redunda en perjuicio de los que componen el gremio encontrándose en tales circunstancias, llegando a éstas, como hay exceso de brazos y por lo tanto escasez de trabajo; los obreros ofrecen sus brazos a un bajo precio y hasta a veces muy irrisorio, valiéndose de esto los patronos para bajar los salarios a sus operarios.

En los actuales momentos los tipógrafos de Palma están sufriendo una explotación insoportable debido a la falta de organización por parte de ellos, llegando al extremo en que hay imprenta como la casa Amengual y Muntaner donde se confecciona el periódico La Almudaina, que ve la luz a las primeras horas de la mañana, y unos cuantos operarios que trabajan en dicho periódico realizan unas siete u ocho horas de trabajo por la noche sin interrupción de ninguna clase; los mismos obreros vuelven a trabajar por la tarde otras cuatro horas o cuatro y media, viniendo por la tanto a realizar una jornada de 11 a 12 horas.

Fíjense bien; casi toda la jornada de estos compañeros es nocturna; nuestro trabajo es muy pesado realizado en estas condiciones; dichos trabajadores o sea la mayoría de ellos realizan el trabajo a destajo y vienen percibiendo como remuneración de sus fuerzas alquiladas, de 18 a 19 pesetas semanales.

Si nos paramos a estudiar las fuerzas físicas que pierden estos compañeros, veremos que son muchas, porque las principales horas que uno reposa tranquilo es por la noche, y ellos, cuando los otros van a reconciliar el sueño, tienen que empezar la labor debajo de la luz sin saber la hora que van a concluir. Además, como trabajan a destajo se comprenderá el modo de realizar dicha labor; en estas circunstancias no se crean más que inquinas entre unos y otros, porque como su afán únicamente estriba en ganar mucho, no reparan si redunda en gran perjuicio para ellos y al gremio en general.

Hay otras imprentas que también rige el destajo, y se trabajan nueve y hasta diez horas, pero al menos no se trabaja por la noche, excepto de La Tarde que se confeccionan una hoja los sábados por la noche.

Podría enumerar muchas otras deficiencias que se notan en la tipografía de Palma, pero por hoy basta, puede que otro día me ocupe de los males que las engendran.

Lo único que nos incumbe, es que nosotros los perjudicados pongamos un poco de constancia por nuestra parte recurriendo a la asociación, pudiendo por tanto aprovecharnos de ella para mejorar nuestra situación; si no lo hacemos así, cuando pisemos los umbrales de la edad senil no tendremos razón para quejarnos de la humillante vejez que se nos prepara. Y no sólo por esto, sino por nuestro bien presente es indispensable que luchemos para ser considerados en algo, al mismo tiempo alcanzar un trozo de pan (que falta nos hace) para mitigar nuestra hambre y poder resistir a nuestros hijos de más fuerza moral de la que poseemos nosotros, (porque son los hombres del mañana;) de esta manera no haremos más que cumplir con un deber. El hombre que no lucha, el que deja que los acontecimientos vayan a él y no él a los acontecimientos, es un hombre sin voluntad propia, sin sentimientos, y, por añadidura, hasta suele aquejare la atrofia de la inteligencia.

El obrero de nuestro gremio es el llamado a formar en la vanguardia del proletariado por los medios que el mismo trabajo nos presta para la instrucción; y aunque no se más que por amor propio, no debemos resignarnos a militar entre los más reacios. Vemos al simple agricultor, que necesita más fuerza de voluntad que nosotros para aprender algo, se asocia, lucha y consigue mejorar sus condiciones ¿habremos de resignarnos nosotros a ser hombres petrificados, sin movernos, sin una fibra que dé señales de vida, y a ser menos que el agricultor?

Es indudable la necesidad que tenemos de unirnos todos los tipógrafos y artes similares de Palma, todos debéis estar convencidos de ello, los de buena voluntad no tenéis más remedio que ingresar. Los que aún no estáis convencidos, meditad, os lo recomiendo, porque estoy seguro de que así ingresareis en la Sociedad y una vez en ella tendremos al menos la satisfacción de estar asociados; única manera de poder conseguir algunas mejoras en nuestra situación precaria de hoy.

Un tipógrafo

EL OBRERO BALEAR

Núm. 347, 6 de junio de 1908

 

fideus