SOBRE LA GUERRA
LA ACTITUD DE LIEBKNECHT
TEXTO DE LA PROTESTA
El “Berner Tagwacht” acaba de publicar el texto
íntegro de la protesta de
Carlos Liebknecht contra los créditos de
guerra votados últimamente en el Recihstag. Esta
protesta no pudo ser leída en la Cámara por
haberse opuesto a ello el presidente so pretexto
de que su lectura hubiese motivado una llamada
al orden. Remitida a todos los periódicos
alemanes, no fue publicada por ninguno. El día 4
de agosto, 14 diputados socialistas se
pronunciaron en
contra de los créditos en el seno del grupo
parlamentario. El 2 de diciembre los
protestantes dentro también del grupo, fueron
17; pero esta vez
Carlos Liebknecht votó en contra
públicamente.
“He de explicar mi voto sobre el proyecto
sometido hoy a nuestra aprobación.
La guerra actual, que ninguno de los pueblos
empeñados en ella la han querido, no estalló con
miras al bienestar del pueblo alemán ni al de
ningún otro pueblo. Se trata de una guerra
imperialista, de una guerra por la dominación
capitalista del mercado mundial y por la
dominación política de importantes regiones
donde se podría establecer el capital industrial
y bancario. Desde el punto de vista de los
insoportables gastos de armamentos es una guerra
preventiva, provocada solidariamente por los
partidos militares de Alemania y Austria entre
las sombras de un semi absolutismo reinante y de
la diplomacia secreta.
Es también una empresa de carácter napoleónico,
que tiende a desmoralizar y destruir el
movimiento obrero, más pujante cada día. Esto es
lo que los acontecimientos de los últimos meses
han demostrado con una claridad más
resplandeciente cada vez, a pesar de la cínica
farsa que constantemente se ha estado
representando para alucinar los espíritus.
El tópico alemán “contra el zarismo”, como el
tópico francoinglés “contra el militarismo”, han
servido para poner en movimiento los instintos
más nobles, las tradiciones y las esperanzas
revolucionarias del pueblo en provecho del odio
entre los pueblos. Cómplice del zarismo,
Alemania, país modelo hasta el presente de la
reacción política, no tiene derecho ni aptitud
alguna para desempeñar el papel de libertadora
de los pueblos.
La liberación del pueblo ruso como la del pueblo
alemán debe ser obra de los pueblos mismos.
La guerra actual no es una guerra de defensa
para Alemania. Su carácter histórico y la
sucesión de los acontecimientos nos impiden fiar
en un Gobierno capitalista cuando declara que
pide los créditos para la defensa de la Patria.
Una paz pronta y que no humille a nadie, una paz
sin conquistas, es lo que hay que pedir. Todos
los esfuerzos en tal sentido se deben acoger con
calor. Solamente la afirmación continua y
simultánea de esta voluntad en todos los países
beligerantes podrá detener la cruenta matanza
antes del agotamiento absoluto de todos los
pueblos interesados.
Solo una paz basada en la solidaridad
internacional de la clase obrera y sobre la
libertad de todos los pueblos puedes ser una paz
durable. Y en este sentido, el proletariado de
todos los países debe secundar. Aún en el curso
de la guerra, un esfuerzo socialista por la
paz”.
Yo votaría los créditos si se pidieran para
emprender trabajos que pudieran remediar la
miseria existente, y aún los encontraría
notoriamente insuficientes.
Apruebo, igualmente, cuanto se hace por aliviar
la suertes de nuestros hermanos sobre el campo
de batalla y a favor de los heridos y enfermos,
para los cuales siento la más ardiente
compasión. Para esto, cuanto se pidiera
parecería poco a mis ojos.
Mi protesta va contra la guerra; contra aquellos
que son los responsables de ella; contra los que
dirigen; contra la política capitalista que la
hizo estallar, contra los fines capitalistas que
ella persigue; contra los planes de anexión;
contra la violación de la neutralidad de Bélgica
y del Luxemburgo; contra la dictadura militar;
contra el olvido absoluto de los deberes
sociales y políticos, olvido del cual se hacen
culpables, todavía hoy, el Gobierno y las clases
dominantes.
Por esto, yo rechazo los créditos militares
demandados.
Berlín 2 de diciembre de 1914
Núm. 672, 19 de siembre de 1914 |