Alejandro Jaume /HERTZIANAS    Llamamiento a la concordia

No pensábamos, por ahora, romper nuestro involuntario silencio. Nos duele tener que apelar a la argucia, a la habilidad, para bocetar nuestro pensamiento. El terreno vedado es precisamente el que más deseos sentimos de invadir. La lingua balte dove il dente dole. El pecado original, causa inicial de todas nuestras desventuras, es el más lógico de todos los pecados. No concebimos hombre con virtud bastante para no hincar el diente a la manzana prohibida. Preferimos callar a tener que emborronar las cuartillas de temas indiferentes cuando hondas inquietudes agitan nuestra alma. He aquí explicado nuestro silencio.

Pero, la lectura del último artículo de fondo de EL OBRERO BALEAR, nos excita a abandonar nuestra postura. Clama EL OBRERO BALEAR por la unidad obrera, a la que ha dedicado siempre todos sus esfuerzos, con motivo de la actuación de Ignacio Ferretjans, que considera perturbadora de dicha unidad. Conozco, desde hace ya bastantes años a Ferretjans. Más de una vez, desde que sintió en su espíritu la fuerte impresión de la Revolución Rusa, que tanto me ha conmovido a mí también, he debatido con él sobre la influencia que este gran hecho histórico ejercería en todos los órdenes de la vida. En honor a la verdad debo decir que siempre he creído ver en Ferretjans a un compañero de buena fe. Tanto es así que me parece haber observado que no han pasado inadvertidas para él las equivocaciones lamentables sufridas por el partido comunista, equivocaciones que han enfriado su antigua devoción.

No se me oculta la fuerza inmensa que tendría la clase trabajadora alineada en un solo frente de batalla. A conseguir ese resultado debemos encaminar todos nuestros esfuerzos los que sintamos la justicia y la humanidad de las reivindicaciones obreras: socialistas, comunistas, sindicalistas, anarquistas. Pero no pretendamos que toda la clase trabajadora contemple el ideal de su redención a través del mismo prisma. Ello no es posible ni tal vez deseable. La diversidad de opiniones y tendencias enriquecen los partidos y vigorizan las fuerzas organizadas. Cuánto mayor sea el número de elementos diversos que nutran una orquesta mayor resultará la harmonía, El choque de nuestras ideas con las adversas solidifica nuestra posición depurándola de posibles equivocaciones. Hemos de desear siempre que a nuestras ideas se opongan otras ideas y a nuestra táctica otra táctica. Todos deberíamos recordar siempre, como guía de nuestra vida la afortunada concepción de Gabriel Alomar “El Futurismo”, sentir el placer de ver a nuestros hijos, en torno a nuestro lecho de moribundos, destruir con nuevos ideales los ideales que alimentaron nuestra vida.

No creo perjudicial para el partido socialista ni para la U.G. de T. de Mallorca la actitud de Ferretjans. Le creo colocado, por ahora, en plano distinto al nuestro, en un momento de crisis espiritual, fruto de decepciones sufridas, pero convencido, como nosotros, de la necesidad de alinear en un solo frente de batalla a todas las organizaciones obreras, impulsadas por ideales afines y dispuesto a trabajar en ese sentido.

Y como tengo esa convicción, el deseo de evitar que torcidas interpretaciones puedan malparar una acción común y ahondar diferencias entre hermanos de una misma causa, me ha impulsado a escribir estas cuartillas para formular una suplica a Ferretjans que desearía ver atendida. Quien intente influir en la orientación de las fuerzas obreras está obligado a señalar, con claridad y precisión, el camino que deben seguir, a juicio suyo, esas fuerzas, para conseguir su redención. Yo suplico al compañero Ferretjans que en las columnas de EL OBRERO BALEAR exponga sus puntos de vista, su actitud, su pensamiento, con toda sinceridad. Sujetos nuestros brazos y sellados nuestros labios frente al enemigo, aprovechemos esa tregua forzosa, para liquidar nuestras diferencias y fortalecer así nuestras fuerzas preparándolas para futuros asaltos.- J

Alejandro Jaume

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Insertamos íntegro el precedente artículo del camarada J. en el mismo lugar donde apareció el nuestro que lo motiva, aún cuando no compartimos, en parte, sus puntos de vista, sin duda por ser distinto el plano en que él y nosotros estamos colocados frente a las realidades del problema obrero, cuyos aspectos varían según las distancias desde donde se observan.

Contrariamente a lo que se cree el correligionario Jaume, la actitud de Ferretjans nos ha hecho el efecto del molinero que procura llevar el agua a su molino, y como ello se hace a costa del molino que nosotros hemos creado (la UGT) no creeríamos cumplir nuestro deber si no le defendiéramos de tal peligro.

La invitación que el camarada J. hace a Ferretjans de que exponga las ideas y orientaciones  que a su juicio deben seguir las fuerzas obreras, nos satisface, y desde luego, ofrecidas para ello estas columnas, a su disposicilón están, reservándonos, como es natural, el derecho a la refutación y a la crítica, que por nuestra parte estará exenta de bajas pasiones.

LA REDACCIÓN

EL OBRERO BALEAR nº 1269

6 de agosto de 1926