¡JUVENTUD SOCIALISTA!

 

Es con un fuerte dejo de melancolía con el que escribo estas cuartillas que me pide RENOVACIÓN. En momentos como éstos, al enfrentarse uno con la juventud, prontamente advierte que el transcurso insensible de los días ha arrancado poco a poco trozos de nuestra vida para entregarlos al pasado, y son ya más los años vividos que los que nos restan por vivir.

 

Pero al propio tiempo es un gran consuelo, para los que vamos ya hacia el ocaso de la vida, la contemplación de esa juventud que asoma pujante y vigorosa y que comienza a abrir sus brazos a los ideales que alimentaron buena parte de nuestros años y consumieron nuestros sacrificios y nuestras abnegaciones, porque ello significa que nuestros desvelos no habrán sido estériles y que la obra de todos nosotros no quedará interrumpida. Esa ha de ser precisamente la misión de todos los que nos dedicamos a la vida pública. Aprovechar las enseñanzas de nuestros antecesores, aportar a la obra por ellos realizada nuestro grano de arena y preparar el camino a los que hayan de sucedernos, si no queremos interrumpir la solidaridad que debe existir entre todas las generaciones.

 

¡Juventud socialista! He aquí dos términos que se complementan, que no se contradicen como los de juventud monárquica o juventud católica. Porque entre todas las doctrinas políticas ninguna respira tanta juventud como la socialista. Socialismo es eso: juventud, promesa de redención, esperanza de un futuro justo y humano.

 

En la quiebra de la economía capitalista el Socialismo es la única solución viable, y habréis de ser vosotros, jóvenes socialistas, los que tendréis la suerte de ver implantada nuestra doctrina de ver instaurado el orden dentro del desorden actual.

 

Trabajad, jóvenes camaradas, con todas vuestras fuerzas para el pronto triunfo de nuestras ideas. No desmayéis por abrojos que encontréis en vuestro camino. Pensad, al sentir algún desaliento, en la obra abnegada, plena de sacrificios, de vuestros antecesores. Pensad en el empuje que han dado al Partido Socialista la abnegación y el sacrificio de Pablo Iglesias, de Besteiro, de Fernando de los Ríos, de Prieto, de Largo Caballero, y ello reconfortará, seguramente, vuestro espíritu y os servirá de estímulo para proseguir animosos vuestra marcha.

 

Los socialistas anónimos, desconocidos, tenemos puestas en vosotros nuestras ilusiones y nuestras esperanzas. No defraudéis esas fundadas ilusiones nuestras. Sed dignos de la trascendencia histórica de vuestra misión.

 

En nombre de las Juventudes baleáricas, recibid, jóvenes camaradas, un fuerte abrazo de fraternidad.

 

Alejandro Jaume

 

RENOVACIÓN

Cuarta época.-  Núm 21. Madrid, 10 de septiembre de 1931

 

fideus/