1920 –  A los albañiles de Mallorca / LA DIGNIDAD PISOTEADA

Habiendo dado el Comité del Sindicato Regional, que quería disolverlo para transformarlo en Federación, a la publicidad un documento lleno de calumnias injuriosas y falsedades hipócritas, propias solamente de hombres sin sensibilidad en la mente y sin escrúpulos en las mejillas, nos vemos obligados el Comité nombrado en la primera asamblea de Pueblos, que es el que defendió en la segunda el Regional y el que no ha permitido se disolviera, a poner la verdad en su puesto y dispuestos a sostener cuanto digamos, ante la opinión pública.

1º Cuando se opusieron los albañiles socialistas a que el Sindicato fuera Regional y hacia casi dos años que los aprobaban sin ninguna observación en todas las reuniones que se celebraban y que eran muchas y que después de haber estampado su firma en los estatutos la negaron en la votación de la segunda asamblea, porque se dieron cuenta de la avalancha revolucionaria que tomaba el Sindicato. Bien claro lo demuestra un párrafo del citado calumnioso documento que dice: “Si han ocurrido estos incidentes es debido a que estos individuos expulsados querían hacer del gremio de albañiles un centro de sindicalismo revolucionario” Única verdad del documento, y así lo haremos, porque si bien hay algunos fanáticos del charlatanerismo, los hay también con raciocinio que quieren luchar por la conquista de la Tierra y Libertad.

2º Es una falsedad enorme que el Sindicato Regional no se ajuste a los acuerdos del Congreso celebrado en la Casa del Pueblo, cuando se acordó constituir una Federación Regional de Sindicatos. ¿Por qué no se constituye? Por no despertar a las masas, ¿verdad? Y cuando al celebrarse el Congreso ya estaba constituido nuestro Sindicato y cuando ahora es aceptado sin más modificación que la de hacer un Comité socialista, del cual hay individuos que aún no han asistido a ninguna reunión, con más de tres meses que llevan de su cargo.

3º Es falso, también, y nos extraña muchísimo, que hayan firmado estas calumnias compañeros de carácter como son Torrens y March; no han leído bien, seguramente lo que han firmado, que el Comité del Sindicato diera razones al de la Casa del Pueblo ni nadie insistió a favor del Regional, solamente uno de los suscriben, con carácter particular pidió a la fracción del Comité de la Casa del Pueblo que se oponía a nuestro Sindicato, pues era solamente la fracción socialista la que estaba tramando el complot con la fracción de albañiles también socialistas, para echar a tierra el trabajo de dos años de organización de los pueblos que nosotros hemos hecho, porque le damos el carácter revolucionario y ellos lo quieren conservador, para conservar la Casa del Pueblo regalada por un multimillonario sin escrúpulos, y les pedí solamente si había en España Sindicatos Regionales y me dijeron que sí, cuando a la reunión anterior me habían dicho que había de ser Federación. ¿En qué quedamos?

4º Las hojas que dirigimos a las Secciones de los pueblos atentadoras a la dignidad del Sindicato, según opinión del nuevo Comité de la fracción socialista de albañiles, han dado su fruto atentatorio, pues antes de publicarlas no pudimos lograr existiera el Regional y ahora hay dos, y además estábamos autorizados a velar por el Sindicato Regional porque nos habían autorizado en la primera asamblea la dirección del mismo y prometimos en la segunda impedir su disolución y cumplimos nuestro deber, manifestando a los pueblos nuestra decisión, y dicha hoja salió publicada en CULTURA OBRERA del próximo número pasado, para que la opinión pública nos juzgue.

Y 5º Los incidentes ocurridos es que algunos individuos de la Casa del Pueblo de los más caracterizados, apoyan el gobierno y a la burguesía para dar la batalla de muerte a la organización obrera que no piense como ellos; es tan idéntica la lucha que contra el sindicalismo revolucionario han emprendido la burguesía y el socialismo que no sabemos cual de los dos será más resistentes. ¡Coincidencias extrañas! ¿Verdad?

Y para terminar, pues ya sentimos náuseas de tanta polémica estéril, solo diremos, que si bien ha habido albañiles mayores de edad, de esas edades que no tienen convicción y hacen el mono, que han quedado en la Casa del Pueblo; ha habido albañiles menores de edad, que han sabido romper las cadenas opresoras y han organizado Un Sindicato Único Regional del Ramo de albañilería con el ideal que tanto asusta a los socialistas: “El sindicalismo revolucionario” Y este Sindicato sabrá educar a las masas con el espíritu rebelde para derrotar a la burguesía criminal y explotadora, ya que en el Congreso rechazaron una proposición en este sentido hecha por Aloy, expulsado hoy del Sindicato de albañiles de la Casa del Pueblo.

Tomad nota, apreciados lectores, de la táctica socialista.

Jorge Aloy, Antonio Salvà y Miguel Rigo

CULTURA OBRERA nº 32

20 de marzo de 1920

¡